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Esperanza en tiempos de prueba
Cristo es nuestra verdadera libertad.


Por: Rafael Moya | Fuente: Cristo en la Ciudad



 

Ayer sábado 20 de septiembre, el Auditorio Nacional se convertio en un santuario abierto al cielo. Cielo Abierto celebrará su 15º aniversario con dos conciertos de adoración eucarística bajo el lema “Esperanza”, en plena sintonía con el Año Jubilar proclamado por el Papa Francisco. No es casualidad: en medio de la incertidumbre, la violencia y la desconfianza que golpean a nuestra nación surge un signo de los tiempos.

La esperanza no es un eslogan ni una emoción pasajera. Es la virtud que nos sostiene cuando las cifras de inseguridad desaniman, cuando la corrupción parece inamovible y cuando las familias cargan dolores que no aparecen en los titulares. La esperanza cristiana no se alimenta de discursos políticos, sino de la certeza de que Dios actúa en la historia, aun en los momentos más oscuros.

El Jubileo de la Esperanza que viviremos en 2025 nos recuerda que somos peregrinos, no náufragos. Que el mal no tiene la última palabra, y que cada gesto de fe, cada oración compartida, cada canción entonada con el corazón, es una semilla de luz en medio de la noche. Cielo Abierto, con sus más de 250 conciertos y 1,500 noches de adoración a lo largo de estos años, ha sido justamente eso: un faro en medio del caos, un recordatorio de que Cristo Eucaristía sigue siendo el centro.

Hoy más que nunca necesitamos levantar la mirada y proclamar juntos que sí es posible confiar, reconciliarnos, sanar y construir paz. Que México, con todas sus heridas, puede encontrar en Cristo Rey y en Santa María de Guadalupe la fortaleza para no rendirse.



Que este concierto no sea solo música, sino una oración nacional que proclame con fuerza: Cristo es nuestra verdadera libertad.







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