Santa Teresa del Niño Jesús
Jesús tomó la firme determinación de ir a Jerusalén
Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net
En nuestro mundo y en nuestro tiempo han aumentado considerablemente los suicidios y las doctrinas que favorecen esta práctica. No es raro escuchar aun en jóvenes y adolescentes, reclamos serios sobre las causas de la vida y por qué sus padres los han traído a este mundo. Job, cuando ha llegado al límite de sus fuerzas y siente que todo es oscuridad, también lanza al Señor esta acusación: “¿Para qué dar la luz a un miserable?” Cuando ha llegado el dolor, cuando los fracasos se acumulan, cuando se ha perdido todo: familia, dinero y salud, se llega a un estado tal que no tiene sentido la vida y muchos optan por el suicidio.
En el pasaje de este día aún no encontramos la respuesta que nos ofrece el libro de Job. Solamente presenta sus quejas y su extrema situación. En cambio, el pasaje del Evangelio, que va por otro camino, nos presenta lo que puede ser una verdadera propuesta: “Cuando se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de ir a Jerusalén” Jesús no rehúye el dolor y el sufrimiento, pero les da un verdadero sentido. No es sufrir por sufrir, sino que tiene un sentido salvador.
No depende del bienestar material para ser feliz, hay valores más preciados y verdaderos que nos sostienen en esta vida. Por eso, aunque sabe que habrá dolor y sufrimiento acepta el reto de subir a Jerusalén. Los discípulos en cambio toman el camino fácil cuando encuentran la dificultad. Proponen que a quienes no quisieron recibirlos les caiga fuego del cielo y los destruya. Destruir lo que no se entiende, acabar con lo que es diferente… ¿Y si lo que no se entiende es la propia vida? ¿Y si el dolor y la enfermedad se nos acercan? ¡Entonces se propone el suicidio! Es una falsa salida.
Dejémonos tocar por Jesús y por sus valores y nuestra vida cambiará. No es cierto que solamente con salud y dinero se puede ser feliz, hay otro tipo de felicidad y nosotros conocemos a muchas personas que, a pesar de su enfermedad y su pobreza, viven felices y aportan felicidad a sus hermanos. ¿Qué te dice Jesús de tus enfermedades y problemas? ¿Cómo puedes tú tomar la firme determinación de subir a “tu Jerusalén” de soledad o sufrimiento? Acércate a Jesús. Él será tu fortaleza.