<< Ven a cantar, ven a cantar, que ya está aquí la Navidad >> cantan en diversas partes del mundo. Los cantos, las sonrisas, las risas, la convivencia son sólo elementos de una fiesta en el trasfondo. Es un coro que habla por sí solo, que guarda un sentir. Una festividad viva donde se conservan experiencias inolvidables para niños y adultos.

´Ven´ es como comienza. Invita a acercarse. Entrar en la casa y dejar de lado todo aquello que nos preocupa. La fiesta exige olvidar o al menos postergar, algo que hoy día los jóvenes disfrutan hacer. Pero, si ahí está la fiesta, ¿qué me detiene? ¿Quién está a la puerta para no permitirme entrar? Nadie. La invitación es clara. Pide que vayamos.

Las familias reunidas, comida especial y los niños jugando no pueden faltar. Es Navidad. Otro año que queda atrás y en él sueños, proyectos hechos realidad. Se proyecta en el corazón como un cine. Pasan las diversas tomas y el corazón late más deprisa. Se añora lo que pasa. Se toca lo que en el fondo ya no se puede tocar, sino con la pura mente. Todo esto, por ser Navidad.

Un Belén y un bebé, unos padres y su hijo, un dios y sus creaturas. Misterio de fe y una fiesta. Esta es la Navidad. La verdadera Navidad. La fiesta que sin embargo se intenta borrar. Un Dios hecho hombre por amor. La balanza se inclina a favor del amor y no hay peso que la haga restituir.

´Felices fiestas´ se escucha en la calle. Otros tantos esperan a un Santa Claus. Sin fin de anuncios y peticiones de juguetes. ¿Y el corazón de la fiesta? ¿Dónde está? El mito aparente queda en el pasado. Lo real se hace irreal y se pierde en el horizonte.

Navidad habla de nacimiento. Toca en lo profundo la vida misma. Un niño que abre los ojos a un mundo. Ese es Cristo quien mira a su madre y a su padre. María y José en familia recibieron a Jesús. En familia muchos se reúnen este día para celebrar la Navidad. Hoy es Navidad. Hoy, hace siglos una estrella iluminó la tierra y brilló sobre Nazaret.

Navidad es oportunidad de amar, de recordar, de añorar y porqué no… de trabajar en un futuro mejor. Día de fiesta, sí; día familiar, también. Pero siempre con la conciencia de un Cristo que ha querido nacer. Cantemos, vayamos, festejemos y gocemos de un momento único en el año. Es Navidad.

¡Vence el mal con el bien!

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