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La esperanza nos impulsa desde el interior
En tu interior hay algo que te impulsa a dar otro paso más.


Por: Pbro. Jacinto Rojas Ramos | Fuente: Semanario Alégrate



Tengo la certeza de que necesitamos siempre caminar en esperanza contra toda esperanza y que venceremos todo obstáculo.

Desconozco si pasas por un período de sequía en tu vida, por ejemplo, en finanzas, en la relación con tus seres queridos o en el desarrollo personal; no sé si te sientes fracasado como padre, madre o como profesionista; pero sí sé, con toda certeza, que necesitas caminar siempre en esperanza contra toda esperanza y que, al final, saldrás vencedor. La familia puede ser transformada, los hijos ser agradecidos con los padres que tienen, la pareja amar aún más y ser el verdadero complemento. Quiero hablar a tu corazón, para que salgas del lugar en el que estás y llegues al sitio al que te propones ir y que tal vez se te dificulta llegar.

Siempre he creído que para Dios no hay nada imposible, nada que él no pueda hacer. Pero, para algunos, esto parece un cuento de fantasía porque no han visto sus imposibles convertirse en realidades. Hay dos cosas que comparto con el corazón en la mano, en espera de que puedan ayudarte a avanzar hacia el cumplimiento de los objetivos que te has propuesto para tu vida y tu familia:

Lo primero: tienes que creer y hablar lo que crees. Hay personas que acostumbran repetirse a sí mismas frases o palabras hasta creérselas, y con eso intentan vislumbrar un poco de esperanza en medio de la situación que están pasando. Esa no es la manera apropiada. Lo más correcto es, por principio de cuentas, creer en tu interior que aún tienes una oportunidad más frente a ti, que sí puedes ser diferente, comenzar a hablar lo que has creído y llevarlo a lo exterior, “sé que no es imposible, puedo ser diferente, sé que puedo cambiar, saldré de esta como he salido de otras; sé que seré aún más feliz con mi familia y la disfrutaré mucho tiempo más”. Tienes que estar seguro, creer en ti mismo y empezar a hablar con confianza. Llama a las cosas que no son como si fueran; llámalas a la existencia a través de tu fe. Necesitas creer para ver resultados.

Lo segundo: tienes que luchar con esperanza contra toda esperanza. ¿Qué significa esto? Habrá momentos tan, pero tan difíciles, que tal vez te harán retroceder. Quizás ya habías dado unos pasos de fe que te impulsaron a continuar con la esperanza de ver tu matrimonio restaurado, de ver ese negocio familiar levantarse y algo sucede que te hace volver atrás, te desanima, te desalienta. Ya habías dado dos pasos hacia adelante y ahora, uno atrás. Pero no te puedes quedar ahí.



En tu interior hay algo que te impulsa a dar otro paso más, esa es la esperanza, la fuerza que nos anima a luchar por alcanzar lo que deseamos, con optimismo, pero también con realismo. Por esa esperanza en el corazón te levantas, tomas impulso para continuar esforzándote por ser un buen cónyuge, o un buen padre... Esto es luchar esperanza contra toda esperanza: avanzas, retrocedes, vuelves a avanzar. No importa cuántas veces retrocedas, lo importante es levantarte y continuar hacia adelante, dando el doble de pasos de los que diste para retroceder. Te tomará más tiempo, es cierto, pero llegarás. Lo lograrás. Vencerás. Alcanzarás tu sueño.







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