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Amigos gratis
Un verdadero amigo es más que un contacto de e-mail. Es un tesoro en esta tierra, que se camufla de padre, hermano, maestro, compañero… y que no es fácil encontrar en facebook.


Por: Fco. Uriel Argüello, L.C. | Fuente: Gama - Virtudes y Valores



El e-mail ha revolucionado dos contextos sociales: la comunicación y la amistad. La primera, la ha mejorado. La segunda, diluido.


Antiguamente las comunicaciones se enviaban mediante correos, hombres dedicados a recorrer los caminos para mantener informados a reyes, príncipes, eclesiásticos, negociantes, señores, familiares y amantes. Un correo urgente recorría a pie hasta 60 km. en un día. Uno ordinario sólo 35 km. Gracias al e-mail un correo ordinario y uno urgente recorren la misma distancia en el mismo tiempo. Tardando hasta 3 ó 4 segundos en darle la vuelta al mundo. Hoy, gracias al e-mail, políticos, párrocos, empresarios, conocidos y novios se mantienen informados al instante.

Antiguamente la amistad era un proceso lento, largo y complejo. Dos personas cruzaban miradas por la calle y pasaban de largo. A los pocos días se volvían a encontrar, quizá se sonreían. Luego, coincidían en un negocio, se saludaban y despedían educadamente. Más tarde se reencontraban en un transporte público y conversaban durante el trayecto. Uno acompañaba al otro a su casa. Se cambiaban preguntas “indiferentes”: ¿Qué te gusta? ¿Qué haces? ¿Cuándo nos vemos? Pero aún no eran amigos. La amistad florecía en ellos cuando sembraban la confianza y la flor perduraba más de una vida. En aquellos tiempos los amigos confiaban en los amigos, porque eran verdaderos amigos.

Hoy la “amistad” es un proceso rápido, corto y simple. Basta crear un correo electrónico para recibir propuestas de amistad. Con un click se puede ser “amigo” de alguien desconocido. Compartir fotos y simpatía con cientos de personas. En el mundo actual los “amigos” abundan, son gratis. El correo electrónico permite cultivar abundantes, íntimas y fieles amistades, conservándolas en un seguro facebook. Ya no hace falta salir, ver, saludar, coincidir, hablar, preguntar y mucho menos confiar para gozar de un amigo.

Carlos, por ejemplo, cuenta con 365 amigos y 27 fotos. Un amigo para cada día del año, si todo va bien. Cuando envió una circular de amistad, pidiendo dinero prestado para pagar la colegiatura, recibió trescientos mensajes rebotados, sesenta virus y cinco respuestas con un tajante ¡no! Carlos se sorprendió de las “amistosas” respuestas. Pidió a un compañero en quien confía y le ayudó. Carlos cuenta con un amigo y un correo saturado de mensajes.

Desde luego que un amigo no es quien presta dinero, sino quien da la cara en momentos difíciles. Quien escucha y comprende. Quien busca por encima de todo nuestro bien. Quien nos ofrece su cariño y su tiempo. Quien no tiene miedo de decirnos las cosas claras, porque confía en nosotros. Un verdadero amigo es más que un contacto de e-mail. Es un tesoro en esta tierra, que se camufla de padre, hermano, maestro, compañero… y que no es fácil encontrar en facebook.

 

 

 

 



 

 

 

 

 









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