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Quedaron curados los ciegos que creyeron en Jesús
Meditación al Evangelio 2 de diciembre de 2022 (audio)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net



Los primeros días del Adviento despiertan en nosotros un deseo y una esperanza. Ya el profeta Isaías en al Antiguo Testamento anuncia las señales de la presencia del Salvador destacando cómo los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad. La oscuridad y la ceguera tanto físicas como morales impiden al hombre vivir una vida plena.

San Mateo nos presenta a Jesús como la verdadera luz que ilumina a los hombres. Aquellos dos ciegos que lo siguen en el camino están impedidos no sólo para contemplar la naturaleza y sus bellezas, sino hasta para exigir sus derechos y participar plenamente en la sociedad. Toda enfermedad es considerada impureza y separa de la comunidad. Y Jesús viene a integrar y a dar plenitud. Pero esta presentación que hace Mateo de Jesús viene señalada también con la fuerte participación de quien está impedido.

Los ciegos primero gritaron y suplicaron, después siguieron a Jesús hasta la casa y finalmente respondieron con una afirmación de fe en el poder de Jesús. Nuestro mundo está ciego, nosotros no podemos ver más allá de nuestros egoísmos. Hay tiniebla y pesimismo, angustia y desconfianza. Pero Jesús hoy nos invita primeramente a reconocer nuestra ceguera y deficiencias, en seguida a clamar en una oración continua y confiada, después seguirlo y por fin a afirmar nuestra fe en que Él puede sacarnos de nuestra ceguera.

Él ciertamente actuará pero se requiere nuestra participación y una gran dosis de fe. Muchos viven en oscuridad, pero prefieren las tinieblas al riesgo de verse iluminados y expuestos por el resplandor de la luz. Muchos prefieren no comprometerse ni arriesgarse en el camino de la fe. Pero ¡es la única forma de salir de nuestra ceguera!  Por eso este tiempo de Adviento es tiempo de manifestar ese deseo de luz que venga a iluminar los caminos, a mostrarnos el camino de la verdad, pero al mismo tiempo es una esperanza grande que ponemos en manos de nuestro Salvador, pero con todo nuestro compromiso y toda nuestra fe puesta en Él.

Tiempo de Adviento es tiempo de esperanza, tiempo de sueños, tiempo de salir de nuestras tinieblas, tiempo de dejar iluminar lo más profundo de nuestros corazones con la luz del Salvador que llega.










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