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¡Viva Cristo Rey!
¡Tú reinarás! es nuestro grito cuando hacemos de sus valores nuestro estilo de vida.


Por: Pbro. Francisco Ontiveros Gutiérrez | Fuente: Semanario Alégrate



A Él la gloria

El señorío es de Jesús: suyo es el reino, el poder y la gloria, él es el digno Cordero inmolado. Pero, su estilo de ser rey, dista mucho de lo que encarnan los poderosos de este mundo. Para Jesús, ser rey consiste en abajarse de tal manera, hasta tener la disponibilidad de pasar por nadie. Este es un rey al que no le preocupan las formas y estilos de los hombres, no tiene empacho en pasar en el mundo al natural. Por esta razón, a Él le pertenece el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. La gloria y la alabanza.

La bandera del Rey

No se puede hablar de rey sin hacer referencia a su reino. El reino de Jesús, el rey sin precedentes, es un reino de la verdad, donde únicamente los que acogen la verdad y viven de cara a ella le pertenecen. Es un reino de la vida porque él ha venido para que todos tengan vida y la tengan en abundancia. Es un reino de la santidad, porque los suyos están llamados a ser santos como el Padre celestial es santo. Es un reino de la gracia, donde la oportunidad de pertenecer a su séquito es un don que él otorga por pura gentileza. Es un reino de la justicia que se traduce en misericordia. Es un reino del amor, porque él nos ha amado primero y nos ha dejado ejemplo para amarnos a ese nivel. Por esta razón, suyo es el reino de la paz.

Un rey que se acuerda



Ya estando Jesús en la Cruz, en el momento definitivo de su acción liberadora, en medio de burlas y desplantes sarcásticos de poder por parte de los opresores; cuando parece que nadie ha entendido su estilo de reinar. Un malhechor, que no había sido del grupo de sus discípulos, ni apóstol, menos aún, del grupo de los amigos del Señor, le pide que se acuerde de él en su reino. Contrario a las justicias de este mundo que retribuyen según sus antojos. Este es un rey que se acuerda de sus hijos, de los que han sufrido desprecios y burlas. De los que han tenido una vida trágica.

Dignos herederos

Esta es la forma y el estilo en los que ha querido reinar Jesús, el Rey de reyes y el Señor de señores. No hay más que ser cristianos a su estilo, según el ejemplo que nos ha dado, siendo dignos herederos de su reino. ¡Tú reinarás! es nuestro grito cuando hacemos de sus valores nuestro estilo de vida. El año litúrgico comienza con el recuerdo de la llegada de Jesús en la ternura de un niño pobre y termina con el anhelo de la llegada magnífica del Rey de reyes y Señor de señores.







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