También te puede interesar
Madre mía
Por: María Teresa González Maciel | Fuente: Catholic.net

Permíteme Madre mía invocarte noche y día.
Dame la gracia de amarte y coronarte de rosas.
Cada vez que te repito “Dios te salve “amada mía.
Cada vez que te recuerdo que eres la llena de gracia.
Yo quisiera Madre mía alabarte noche y día.
Sabes cuánto necesito de tu gracia y compañía.
Madre amada ve a tu hijo que con insistencia me busca
clava profunda tu mirada y transforma mi miseria.
Madre Hermosa cuando llegue mi momento, no olvides mis plegarias, y sal pronto a mi encuentro.
Y recuerda oh Madre mía, cuando termine este viaje, cuántas veces te he llamado pidiendo estar a tu lado, oh mí amada Madre mía.
Consultorios


