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Sábado de la octava de Pascua

Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio
Meditación al Evangelio 23 de abril de 2022 (audio)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net



¿Por qué resulta tan difícil creerles a los pequeños? La primera lectura nos muestra a Pedro y Juan hablando y dando testimonio de Jesús, pero como son hombres “del pueblo, sin ninguna instrucción”, los escribas y los ancianos no aceptan su testimonio y les prohíben hablar de “ese Jesús”. En el evangelio la que sufre la incredulidad de los mismos seguidores de Jesús es una mujer: Magdalena.

Sí, sabían que el Señor la había curado, reconocían que era una fiel discípula del maestro, nadie dudaba de su entrega, pero era mujer y no podían creer que el Señor escogiera a una mujer como mensajera y portadora de tan importante noticia, por eso no le creyeron. Pero así es Jesús, así escoge a sus mensajeros: a los pequeños, a los insignificantes, a los ignorantes, a los pecadores, para que resalte el mensaje y no el portador. Pero llama la atención la fidelidad y firmeza de estos testigos.

Pedro afirma “nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto y oído” y les cuestiona a las autoridades si será justo obedecerlos a ellos antes que a Dios. Lo mismo nos cuestionaría hoy Jesús, si hemos sido fieles a su Palabra y a dar testimonio de su presencia resucitada y salvadora, o si vamos conformando nuestra palabra a las exigencias y gustos de un mundo que arrebata y subyuga pero que está lejos de su propuesta de vida.

El Papa Francisco invita a construir el Reino con los pobres y pequeños, aunque el mundo no lo entienda. Magdalena no teme que se burlen de ella o que la desprecien, ella también tiene que anunciar lo que ha visto y oído. Y la misión con que termina el evangelio de San Marcos es muy clara:

“Vayan por todo el mundo y prediquen  el Evangelio a toda creatura”. Nosotros, pues, no podemos callar lo que hemos visto y oído. La alegría del evangelio en el corazón no puede pasar desapercibida. Ahí  está la Buena Nueva de Jesús, ahí está la esperanza que da a nuestro corazón, ahí está el Reino de Dios que se va construyendo.










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