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El juego del amor
Diez pasos para que una pareja se encamine hacia la felicidad.


Por: Francisco Mario Morales | Fuente: Catholic.net



La promesa, libre, consciente y voluntaria de los conyugues en el matrimonio, el ofrecimiento, el compromiso solemne que hace una persona de cumplir con rectitud y fidelidad incluye el deberse a la pareja, mutuamente. Deberse significa: comprometerse, corresponder una obligación preferente que debe anteponer a los propios intereses. Es priorizar a la pareja sobre otras personas o cosas. Es entrega generosa, deberse a la persona, es pensar ya no sólo en los ideales o intereses personales, sino de ambos. Es la disposición absoluta de compartir la vida. En ese deberse, en esa entrega absoluta a la (el) compañera (o), incluye el respeto total a la persona, al ser humano. Pero todo comienza por respetarse y ser fiel a los propios principios morales. Y quien no los tienen no los puede dar.

¿Estás enamorado pero infeliz? ¿Piensas que tu pareja necesita una inyección de energía? Encontrar el equilibrio y la felicidad con la pareja es un recorrido lleno de obstáculos.

El profesor Robert Cheaib, teólogo, profesor en la Univesidad Católica del Sagrado Corazón en Roma y la Universidad Pontificia Gregoriana, en Il gioco dell’Amore (El juego del amor) presenta diez pasos para que una pareja se encamine hacia la felicidad. Diez consejos prácticos y útiles que volverán más sereno tu futuro. “Este libro –comenta Cheaib– pretende ir más allá del falso mito de que la pareja feliz es una empresa fácil. Feliz y fácil no siempre van de la mano. Por otro lado, feliz y difícil no son antónimos, ni siquiera en el diccionario.

La pareja es un camino, y cuando se camina se tiene menos equilibrio que cuando se está quieto o sentado. Pero los descubrimientos, los encuentros y las experiencias que se tienen mientras se camina valen completamente el riesgo de ponerse en marcha. Si ponerse en camino es arriesgado, estar inmóviles es mortal, es la muerte”.(1)

¡Qué hermosas frases! Para reflexionar: Feliz y fácil no siempre van de la mano” como “Feliz y difícil” no son antónimos. Toda preparación prematrimonial debería comenzar profundizando estos dos principios fundamentales en la relación de pareja.



La felicidad no llega por casualidad, en forma espontánea o como resultado de emociones o situaciones externas, sino como fruto de un continuo esfuerzo por buscar la unidad, la cordura, la prudencia, y muchas veces esto no es nada fácil. La felicidad es el continúo esfuerzo de hacer feliz a la pareja. De dar lo que se quiere recibir.  Lo fácil, no siempre nos conduce a la felicidad perdurable, sino a una “felicidad” pasajera, volátil.

La felicidad no será difícil alcanzar, si ambos cónyuges se proponen continuamente a lograr ésta como objetivo principal, a pesar de las vicisitudes y retos del camino en la vida de pareja.

Para vivir la verdadera felicidad considera estas breves sugerencias:
- Vive en paz contigo mismo(a), no guardes rencor, perdónate y perdona.
- Da lo mismo que quieras recibir.
- Evita ser víctima de ti mismo(a) y de tu negativismo e insatisfacción
- No te compares con nadie. Ni te sientas superior a los demás
- El éxito y la felicidad dependerán siempre de tu esfuerzo.

La felicidad no se encontrará jamás en: El poder, en la riqueza o en el placer. Pensar únicamente para sí mismo(a) es egoísmo. Y el egoísmo es enemigo del amor.

Nos casamos y seremos felices para siempre
Un gran porcentaje de filmes románticos culminan con una boda, llevando quizás el mensaje de que el fin máximo de la historia era el matrimonio y que con él se alcanzará la felicidad eterna. El verdadero desafío viene justamente después. Se requiere un alto grado de madurez emocional para comprender que el matrimonio por sí solo no trae la felicidad, ni es un estado de felicidad permanente. La clave de un matrimonio exitoso y feliz esta precisamente en que la pareja comprenda que los desacuerdos, las diferencias, las dificultades, la rutina, ellas son parte del matrimonio y que se requiere esfuerzo, entrega, inteligencia y trabajo en equipo para superarlas. Te aconsejo que leas este artículo para saber cómo usar la rutina de forma positiva(2). Siempre estar preparados positivamente para los momentos de adversidad, desfavorables, contrarios, hostiles, para las aflicciones y desafíos, eso es madurez.



Definición de fidelidad
Fidelidad es la lealtad hacia una persona. El término proviene del latín fidelitas y también permite hacer referencia a la exactitud o puntualidad en la ejecución de una acción.

La fidelidad es la virtud para dar cumplimiento a una promesa. Cuando un hombre se casa con una mujer le promete fidelidad (y viceversa). Se trata de un acuerdo que implica una serie de responsabilidades y que no debería ser violado por ninguna de las partes. Prometer es un compromiso ya que se decide qué es lo que se va a hacer es un futuro incierto.

La persona fiel que cumple con sus promesas y mantiene su lealtad aun con el paso del tiempo y las distintas circunstancias. La fidelidad supone seguir un proyecto de vida que fue establecido a partir del acto de la promesa.

La fidelidad en un matrimonio puede ser una obligación moral (quienes están casados en un acto religioso deben obedecer el mandato de Dios. O legal (cuando el Estado es el que certifica la unión) Por eso, quienes son infieles pueden ser castigados conforme a la norma vigente. En la antigüedad, incluso, existían castigos corporales y torturas a los infieles.

Al trascender la relación de pareja, la fidelidad es una virtud que nace a partir del respeto por la confianza que una persona deposita en otra. No solo debe ser fiel en el amor sino también en la amistad y el deber, por ejemplo. La fidelidad no sólo es de la esposa al esposo, sino de ambos.

El gran día de la promesa
Cuando los novios se dan la mano derecha "Yo N. te acepto a ti N. como mi esposa(o) y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida". Es de vital importancia estar preparados para los momentos adversos. Los momentos de prueba son importantes para robustecer la unión.

El amor todo lo puede y todo lo soporta
Aunque el amor sea el sentimiento más hermoso que pueda existir, para construir un matrimonio y una familia se necesita más que amor. Quizás el amor sea el motor, pero se necesitará además compromiso, perseverancia, paciencia y decisión.

Por otra parte, creer que el «el amor todo lo soporta» puede ser una forma de justificar, en nombre del amor, maltratos físicos y emocionales, constantes infidelidades y falta de compromiso. No creo que el amor todo lo soporte, hay límites y es importante aprender a reconocerlos(3). La entrega, la promesa y el deberse en pareja no incluye la aceptación de ninguna actitud negativa en contra la dignidad del ser humano.

¿Qué papel juega la decisión?
“Yo diría que el más importante de todos. La decisión que tú tomas de estar con una persona porque has hecho un compromiso legal o bien un pacto con Dios, debe prevalecer por encima de lo que puedas sentir. Cuando tus decisiones son más fuertes que tus sentimientos, demuestras ser una persona leal en cualquier circunstancia.

Podemos decidir dar amor, dar compresión, ser detallistas aunque nos cueste trabajo, aprender a escuchar aunque no sea fácil, entre muchas cosas más, solo basta tomar la decisión de ser así, aunque no lo sintamos.

Particularmente también pienso que al momento de iniciar una relación e involucrarme con alguien debo sentir algo (respeto, admiración, orgullo, amor, etcétera), de lo contrario, no podría sobrellevarla, sería difícil sostenerla solo porque lo haya decidido. El detalle está -ya lo he explicado anteriormente- en que ese sentimiento varíe o se altere. Es allí donde mi decisión debe ser más fuerte que mis sentimientos” (Shaysiu García familias.com).

El matrimonio no es la meta… es el camino para caminarlo juntos. Pero en sentido de unidad, de compartir objetivos, de obtener logros, de vivir el uno para el otro, todo esto cada día se desvanece más y más. Porque nadie quiere hacer el menor esfuerzo por mantener la unión. Como pareja, cada uno quiere “vivir” su vida…a su manera. Los casados quieren vivir como solteros, porque se pensó que al casarse habría liberación de las reglas y normas del hogar paterno.

Camino al matrimonio y el matrimonio es camino
Alcanzar una meta deseada es algo maravilloso. Pero cuando ésta se logra, el ser humano satisface una aspiración y quiere siempre más, porque ninguna meta llena plenamente el ansia del corazón que tiene siempre una sed “ilimitada”, Si se hace del matrimonio una “meta”, una vez que se ha logrado, aparece el vacío, la inconsistencia del propósito siempre limitado. El ser humano quiere siempre “más”.

Descubrir en cambio, que el matrimonio es “camino”, significa que el objetivo final es mucho más alto, es la meta de la vida misma; capacitarse para tocar las cumbres en el desarrollo de la propia personalidad. Es perfeccionarse en el amor.

Cuando afirmamos que el Matrimonio es camino y no meta a la que nunca se “ha llegado”, sino que siempre se está “realizando”, que siempre se está caminando, que cada día se están “casando” y que cada día hay que despertar la “decisión de casarse”, de realizar juntos “el ideal de vida soñada” y nunca realizada plenamente.(4)

Pero finalmente, en el peor escenario, cuándo alguno de los cónyuges decide abandonar el camino y la meta, por voluntad propia, o por influencia negativa, ventajosa, premeditada, de terceras personas, decide renunciar al respeto que debe a su pareja, traiciona la confianza y abusa de su libertad, en automático está destruyendo todo vínculo, esto podrá considerarse como deslealtad a su propia promesa, además de inmadurez y deshonestidad.

Bibliografía:

1. (Gelsomino del Guercio | Aleteia | 10 consejos para parejas intrépidas que buscan la felicidad)
2. (Diana Cantor Martínez| famlias.com | Las mentiras que nos vendieron del matrimonio)
3. (Diana Cantor Martínez| famlias.com)
4. (La familia hoy, Guadalupe Pimentel |Ediciones Paulinas)







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