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Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos
Meditación al Evangelio 29 de junio de 2020 (audio)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net



San Pedro y San Pablo: dos santos, dos discípulos, dos columnas de la Iglesia. También son dos formas de vivir a plenitud el amor y el seguimiento de Jesús. Pedro en muchos momentos aparece como el modelo del discípulo, con su atrevimiento y su ímpetu, con sus posturas erradas y sus ambiciones, con su entrega generosa y desinteresada.

Pablo, incansable, abre nuevas fronteras al camino del Evangelio y lo lleva por caminos insospechados. Ambos se tuvieron que enfrentar en su misión apostólica a dificultades de toda clase, pero lejos de abandonar su actividad, las dificultades reforzaron su celo por la nueva Iglesia y la salvación de todos los hombres. Fueron capaces de superar cada obstáculo porque la verdad no está basada en aspiraciones humanas sino en la gracia de Dios, que libera a sus amigos de cada peligro y que los salva para su reino.

Hoy nosotros podremos sentirnos seguidores y continuadores de estos dos grandes apóstoles, no basados en nuestras propias fuerzas, sino en la gracia del Señor. ¿Serán más graves las dificultades que ahora padecemos que las de su tiempo? ¿No tenemos el ímpetu y las fuerzas necesarias para afrontar las dificultades actuales?

Pedro se enfrentó a las caducas interpretaciones de la ley del pueblo judío, él mismo tuvo que cambiar su pensamiento sobre el Mesías y conformar su pensamiento con el de Jesús. ¡Cómo sufrió en esta transformación! Pablo, tuvo que dejar todas las seguridades que la daba la doctrina farisea y abrirse a un mundo nuevo: la nueva religión, el nuevo camino, “el paganismo”.

Ambos hicieron un camino nuevo, diferente, despojándose de lo que eran y tenían para transformarse en Jesús, a tal grado que Pablo se llega a identificar plenamente con Cristo y Pedro asume su lugar en la dirección de la Iglesia. Conversión, dejar seguridades atrás, abrirse a la gracia del Señor, permanecer fieles a pesar de los obstáculos y una apertura a un mundo nuevo, son también las enseñanzas para cada uno de nosotros.



¿Seremos capaces de renovarnos y vivir al estilo de estos dos grandes apóstoles?








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