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Vivamos la misericordia en familia
Celebremos por todo lo alto la misericordia de Dios.


Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net



Es tiempo de fiesta, tiempo de esperanza, es tiempo de celebrar que Jesús ha resucitado y nos ha regalado la vida eterna, pues ha cargado con nuestros pecados; en una palabra es tiempo de la Misericordia de Dios.

A veces, no le damos la importancia que tiene, pero debemos educar a nuestros hijos para que aprendan a reconocerla y a pedirla, pues todos somos pecadores y necesitamos de ella.

Y en la medida de lo posible también debemos educar a nuestros hijos para sepan ser misericordiosos para que puedan obtener misericordia, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Que aprendan a reconocer sus debilidades y defectos.
Es de vital importancia que nuestros hijos sepan ser humildes y puedan reconocer sus errores, sus debilidades, lo que les cuesta más trabajo, lo bueno les gusta hacer; para así trabajar en eso y poder ser mejores.

El problema viene cuando la soberbia entra en ellos y sienten que todo lo que hacen está bien, cuando sienten que cuando los corregimos es por que les hacemos injusticias y se ponen a la defensiva, que los que piensan diferente que ellos están mal y deben ser doblegados.



Este tipo de actitudes lo único que provocan es prepotencia y violencia; por eso debemos educarlos desde pequeños a detectarlas y corregirlas con amor.

Entre más pronto comencemos, más fácil será, pues nuestros hijos sabrán que vivir así es el estilo de vida familiar.

SEGUNDO. Que aprendan a ofrecer disculpas.
Una forma muy sencilla es, que no importa quien tuvo la culpa o quien provocó en alguna situación, los implicados en esa situación deben ofrecerse entre ellos disculpas y a los que están al rededor por incomodarlos.

Esto les ayudará para doblegar el orgullo y ser humildes para ofrecer disculpas y reconocer que se equivocaron.

Ante estos actos, los agresores y agredidos no pueden seguir lastimándose, pues la humildad sana y elimina la violencia.



Es necesario que vayamos contracorriente y dejemos de lado lo que dice el mundo, que debemos hacer justicia por propia mano.

Debemos propiciar que nuestros hijos sean humildes y que sepan ofrecer disculpas sin que les cause problemas.

TERCERO. Que no les cueste otorgar el perdón
Un problema muy grave se da cuando nuestros hijos son los agredidos y se vuelven rencorosos y no otorgan el perdón.

Esto les genera sentimientos de venganza y amargura, que no les dejan vivir con dignidad y que les tienen el alma envenenada y por lo mismo están buscando como hacer justicia por propia mano, o como darle en la torre a las personas que los dañaron.

Esto debemos evitarlo educándolos en el amor y en el perdón, con nuestro ejempo.

Nuestros hijos deben saber que les amamos y por eso los educamos. Que para educarlos hay que corregirlos pero que lo hacemos con amor. No pueden notar nuestro enojo o coraje al corregirles porque entonces aprenderán que la venganza es buena.

Nuestra forma de educarlos les deja una huella muy honda y debemos tener cuidado.

Que todo lo que hagamos por nuestros hijos sea por amor.

CUARTO. Que aprendan a restituir los daños causados
Para ser misericordiosos debemos sentir dolor de lo que hemos realizado o debemos conmovernos por el mal de los que nos rodean, es decir, debemos aprender a reconocer nuestros sentimientos y tratar de hacer algo para solucionar las situaciones que duelen mas.

La injusticia, es terrible, porque provoca deseos de venganza y violencia, es por esto que debemos educar a nuestros hijos para que no les cueste trabajo recuperar o resarcir el daño que han causado con sus acciones, sin pretextos ni justificaciones.

Para esto deben sentir que los apoyamos en todo y que los estamos respaldando, aunque no les demos nuestra aprobación a sus actos.

Restituir a veces consiste en abrazar, en sobar, en ofrecer la mano, en compartir lo que se tiene, en dar tiempo a los otros, etc. no siempre tiene que ver con la cuestión meramente económica; pues esa es la más fácil de dar.

Y QUINTO. Que sepan clamar a Dios por misericordia pues son sus hijos muy amados.
Ya hablamos de la parte humana, ahora hablemos de la parte espiritual.

Es necesario que nuestros hijos sepan que tenemos un Padre amoroso que nos cuida siempre y que está atento a nuestras peticiones.

Por eso debemos enseñarles que Dios está siempre atento a nuestras oraciones, que si le pedimos el nos escucha y que nos va a dar lo que es mejor para nosotros, por eso no siempre es tal cual lo que le pedimos; o no en el momento en que lo hacemos.

Debemos educarles con el ejemplo y propiciar momentos de oración para que nuestros hijos sepan que la familia completa hace oración y que es lo más natural, así cuando tengan alguna dificultad, acudirán a Dios para pedirle misericordia y ayuda.

Celebremos por todo lo alto la misericordia de Dios y pidámosle que tenga misericordia de nosotros y que nos libre de la pandemia que nos azota.

Jesús de la Misericordia, yo confío en Ti.







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