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Uno de ustedes me entregará. No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces
Meditación al Evangelio 7 de abril de 2020 (audio)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net



Si imaginamos la escena, nos parecerá más grande el dolor. Jesús habla en la intimidad de los amigos, con un dejo de nostalgia ante el presentimiento de su partida… y en este lugar, y en este momento, aparece la traición. No de los lejanos que abiertamente buscan matarlo y se declaran sus enemigos, no de los que lo consideran un peligro, sino de los cercanos, de los que comparten el pan, de los que se sientan con Él a la mesa.

La traición de Judas se hace más palpable frente a los gestos de amistad y confianza que le manifiesta Jesús. La traición se hace más dolorosa porque no se detiene ante la delicada llamada de atención que Jesús lanza esperando la conversión… Suenan muy fuertes las palabras del evangelio al presentarlo como traidor no sólo en la entrega, sino en la corrupción de cada día. Dicen que con el bocado entró la ambición, pero Juan nos presenta a un Judas más preocupado por el dinero que por la misión apostólica.

Y la noche se viene encima: para Judas que en la oscuridad, como todos los traidores, busca completar su fechoría; para Jesús, por el dolor que causa la traición de uno de los suyos. Pero este martes santo no sólo nos presenta a Judas, también habla de Pedro y sus reclamos ante las dudas y tristezas de Jesús. No cabe en su mente que pueda traicionar a su Maestro y “hasta la duda ofende”. Sin embargo, cuando vienen los peligros, cuando puede costar caro seguir al Maestro, no importó la mentira y la negación.

Dos de los suyos, de los más cercanos, hacen temblar al Maestro, uno con su traición y otro con sus negaciones. De los otros no podemos hablar mucho mejor: casi todos huyeron, sólo quedó Juan junto a la cruz. ¿Y nosotros? ¿Qué tan comprometidos estamos con Jesús? ¿Cómo lo acompañaremos en estos días? ¿Prevalecerán nuestras ambiciones de dinero o el temor al qué dirán? ¿Le dejaremos espacio para que pueda estar con nosotros? ¿También lo traicionaremos?







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