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14 de junio de 2019

Jesús, ¿es exigente?
Santo Evangelio según San Mateo 5, 27-32. Viernes X del tiempo ordinario


Por: H. Hans Candell, L.C. | Fuente: www.somosrc.mx



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, te entrego este momento de mi vida y revélame, cada vez más, el amor que diariamente me entregas.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 27-32

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio; pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.

También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio”.

Palabra del Señor


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Desmonta pieza por pieza nuestras interpretaciones diluidas de sus mandamientos... Cuántas veces nos acercamos a la fe como si Dios fuera el Ministerio de Hacienda: hay que pagar impuestos, pero ¡cuanto menos paguemos, mejor! Tenemos que creer en algo, pero si tenemos que convertirnos para creer, entonces convirtámonos lo menos posible.

En los afectos, por ejemplo: algún pensamiento obsceno ciertamente no hace daño, alguna fantasía, no causa daño, tanto es así que me mantengo fiel a mi cónyuge...¡Sí, claro! Jesús propone una actitud completamente diferente: Desde el principio, Dios quiso que la pareja, un hombre y una mujer que se amaran el uno al otro por el resto de sus vidas, fueran compañeros en el camino hacia la plenitud, hacia la santidad. La interpretación reductora de la relación de pareja no es el sueño de Dios, no es el proyecto que Él quería. Jesús nos recuerda esto, diciendo que vale la pena sacrificarlo todo para perseguir este sueño, para realizar este proyecto.

Tomemos en serio las palabras del Maestro: la fe puede iluminar y cambiar radicalmente nuestras vidas, incluso cuando se trata de la vida afectiva y de pareja. ¡Qué hermoso es poder decir esto en estos tiempos frágiles en los que hasta se teme amar!

«Tengamos muy en cuenta que todos los mandamientos tienen la tarea de indicar el límite de la vida, el límite más allá del cual el hombre se destruye y destruye a su prójimo, estropeando su relación con Dios. Si vas más allá, te destruyes, también destruyes la relación con Dios y la relación con los demás. Los mandamientos señalan esto. Con esta última palabra, se destaca el hecho de que todas las transgresiones surgen de una raíz interna común: los deseos malvados. Todos los pecados nacen de un deseo malvado. Todos. Allí empieza a moverse el corazón, y uno entra en esa onda, y acaba en una transgresión. Pero no en una transgresión formal, legal: en una transgresión que hiere a uno mismo y a los demás.»
(Audiencia de S.S. Francisco, 21 de noviembre de 2018).


Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Me examinaré y seré sincero sobre la vivencia de mi vida afectiva; le pediré a Dios que la ilumine.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.







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