¿Se puede ser joven después de los 60, 70 u 80?
Por: María Teresa González Maciel | Fuente: Catholic.net

Con el paso del tiempo el cuerpo se desgasta, pierde fuerza salud, vitalidad, ánimo. Ante esta realidad existe la posibilidad de elegir diferentes rutas para esta andadura final:
• Una es vivir estos años con pensamientos mortecinos que convierten a la persona en auténtico viejo; aquí se asume la idea de decrepitud, de enfermedad, de inutilidad, aunada a una depresión que lleva a languidecer.
• La otra es vivir los mismos años sin perder el brillo de la ilusión afrontando los dolores del cuerpo con un para qué de la vida, con retos interminables a conquistar dentro de las propias posibilidades.
En estos tiempos existen los medios para accesar a aprender una materia de interés, un idioma, un instrumento musical. ¿Cuál es la razón para dejar morir los propios recursos interiores ante un mar de posibilidades?, ¿para qué olvidar que se puede aportar algo a los que están cercanos, a la sociedad?, ¿para qué dejar que el cerebro se anquilose, si al mantenerlo activo con estudio, jugando ajedrez, domino… se ejercitan los circuitos neuronales que contribuyen a su mejor funcionamiento?
Si la decisión es ser joven se pueden considerar algunos medios:
- Sacar a la luz el tesoro que hay dentro (fortalezas, capacidades).
- Atreverse a dar el primer paso, perseverar con paciencia, dedicación, evitando la comodidad, la cobardía.
- No limitar las propias posibilidades, se puede hacer más de lo que se cree. Alimentar el cerebro con pensamientos positivos, que lleven a construir una vida digna y plena.
- Estar atentos y agradecer las cosas buenas que la vida ofrece.
- Orar, la oración es el abrazo del hombre con Dios, es aceptar su invitación a participar de sus regalos, de su fuerza, amor, paz, esperanza, de una visión más sabia de la realidad.
- Recordar, si se es abuelo, que hay un legado, una herencia, que se puede transmitir a los nietos
- Cuidar la salud, con ejercicio físico, buenos hábitos, alimentación equilibrada, descanso y sueño adecuado.
- Si se tiene alguna adicción, abandonarla. Cultivar buenos hábitos.
- El trabajo, realizar algo que motive, o buscar la forma de ilusionarse con alguna actividad.
- Realizar un programa de vida, que lleve a trabajar todas las áreas: espiritual, intelectual, física, social.
- Si se requiere ayuda médica, espiritual o psicoterapéutica buscarla.
- Fortalecer la relación con la esposa o esposo. Una buena relación esponsal favorece la salud física y psicológica.
Inclinarse por una decisión que exija retos, esto será como brisa suave que aligere los pasos, y llene de luz el entorno. Lo contrario un tornado que entorpezca y oscurezca el caminar.
No se puede envejecer cuando en el corazón habitan los sueños, el amor, la alegría y la decisión de dar y de compartir.

