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Alter Christus
Santo Evangelio según San Marcos 6, 30-34. Sábado IV del tiempo ordinario


Por: H. Jose Torres, L.C. | Fuente: www.missionkits.org



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, concede la gracia de vivir con alegría tu palabra.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”. Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.

Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.

Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

En el Evangelio de hoy, vemos como Jesús se llena de misericordia al vernos, «como ovejas sin pastor», y sí, esas ovejas podemos ser nosotros cuando perdemos de vista el redil, o cuando estamos aislados y encerrados en nuestro propio egoísmo. Y ahí está Jesús que se compadece, que quiere que volvamos a Él, que nos busca y que sabe que tenemos sed de Él.

Hoy sería un buen día para preguntarnos cómo nos estamos formando para ser verdaderos discípulos del Señor, para ser misioneros en nuestro propio ambiente, esto es, en el trabajo, en casa, en el colegio. Allí donde solemos ir es nuestro ambiente, nuestro territorio para misionar llevando la alegría del Evangelio, el amor de Cristo que se manifiesta en nuestra caridad para con el prójimo, en nuestro buen humor, en ser sembradores de paz y fraternidad cristiana. Es allí donde tenemos que ser alter Christus (otro Cristo), llenarnos de compasión y ponernos al servicio de los demás como hoy nos lo muestra el Evangelio.

Pidamos a María, reina de los apóstoles, que nos ayude a ser cada día más misioneros y mejores apóstoles de su Hijo, sirviendo desinteresadamente para la expansión de su Reino.

«A sus discípulos, entusiastas de la misión cumplida, Jesús les dijo: “Vengan ustedes solos a un lugar deshabitado”. Nosotros necesitamos más todavía este estar a solas con el Señor para reencontrar el corazón de la misión de la Iglesia en América Latina en sus actuales circunstancias. ¡Hay tanta dispersión interior y también exterior! Los múltiples acontecimientos, la fragmentación de la realidad, la instantaneidad y la velocidad del presente, podrían hacernos caer en la dispersión y en el vacío. Reencontrar la unidad es un imperativo. ¿Dónde está la unidad? Siempre en Jesús.»
(Discurso de S.S. Francisco, 7 de septiembre de 2017).


Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

En algún momento del día rezare alguna oración pidiendo por el aumento de las vocaciones misioneras.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.







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