¡Mamá sólo hay una!
Por: Pablo Perazzo | Fuente: catholic-link
En palabras sencillas una advocación mariana es una alusión relativa a apariciones, dones o atributos de la Virgen María. La Iglesia admite distintas advocaciones que significan la figura de la Madre de Jesús o alguna de sus cualidades, a las que se guarda devoción de diversas maneras. Las Advocaciones son un título, referencia o nombre aludido que se otorga a un lugar, figura, imagen o recuerdo.
Llevan distintos nombres de acuerdo al lugar de devoción, aparición o patronazgo. Las advocaciones son una piadosa costumbre, pero es necesario conocer el verdadero sentido de ellas evitando las supersticiones y sobre todo, la confusión de significados. Por esta razón hoy queremos compartir contigo las advocaciones marianas latinoamericanas.
Nuestra Señora de Guadalupe
Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Nuestra Señora de Chiquinquirá
Nuestra Señora de la Providencia
Nuestra Señora de Coromoto
Virgen del Carmen
Virgen de Copacabana
Nuestra Señora de Luján
Nuestra Señora de la Evangelización
Santa María de Caacupé
Mi experiencia de niño
¿Quién no se ha preguntado, en algún momento de su vida, por qué existen «tantas vírgenes María»? Yo lo recuerdo clarísimo, siendo niño, cómo me llamaba la atención que hubiesen tantas representaciones distintas de la misma persona: la Santísima Virgen María. Eso lo entendí, por primera vez, gracias a mi mamá. Quién me dijo un día: «¡No hijito! Lo que pasa es que nuestra Madrecita, que está en el Cielo, quiere hacerse cercana a las personas dónde se aparece.
Por eso en Japón, se aparece con los ojos «jaladitos», en Brasil; «negrita», en México, con rasgos mestizos etc. Sólo entonces, entendí que es la misma persona. Nuestra misma «madrecita del Cielo» como le decía de cariño, aquella que nos ama tanto, que se hace lo más parecido a nosotros.
¡Mamá… sólo hay una!
No obstante, pasa a menudo, que por falta de información o mejor dicho «formación», los cristianos confundan esos distintos nombres con diferentes santos, santas o «virgencitas», como suelen llamarle. Solemos apodar a la Virgen María, Madre de Dios, de distintas maneras, según el lugar dónde se halla instalada la devoción, o según la circunstancia. Pero esto no quiere decir que haya multitud de vírgenes. La Virgen es una sola. Como me lo explicó mi mamá, cuando yo era niño.
Dentro de las advocaciones marianas, existen dos tipos: las de carácter místico, relativas a dones, misterios, actos sobrenaturales o fenómenos milagrosos de la Virgen, como Anunciación, Asunción, Presentación. Y las apariciones terrenales, que en muchos casos han dado lugar a la construcción de santuarios dedicados a la Virgen.