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Dios creo al hombre...
La dignidad sagrada de la persona y los derechos humanos


Por: Mauricio Ochoa Urioste | Fuente: Catholic.net



El 10 de diciembre de 2018 se cumplirán 70 años de la adopción por parte de la Asamblea General de la ONU de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DDHH), y el momento es propicio para escribir acerca de la dignidad sagrada de la persona humana y de los DDHH como su expresión social.

Respecto a la dignidad sagrada de la persona, la doctrina de San Clemente de Alejandría afirmó que “Dios creó al hombre para la comunión y la comunidad”. Ya la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Actual, Gaudium et Spes, de 7 de diciembre de 1965, declaró que la dignidad de la persona humana se basa en el hecho que es creada a imagen y semejanza de Dios y elevada a un fin sobrenatural trascendente a la vida terrena. La persona, pues, como ser inteligente y libre, sujeto de derechos y deberes, es el principio y se puede decir el corazón y el alma de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI).

En efecto, el principio o valor permanente de la DSI relativo a la persona humana indica que creyentes y no creyentes están generalmente de acuerdo en este punto: todos los bienes de la tierra deben ordenarse en función del hombre, centro y cima de todos ellos... En su alcance antropológico constituye la fuente de los otros principios que forman parte del cuerpo de la doctrina social.

El hombre - persona es el sujeto y centro de la sociedad... Por esa razón la Iglesia no se cansará nunca de insistir sobre la dignidad de la persona humana, contra todas las esclavitudes, explotaciones y manipulaciones perpetradas en perjuicio de los hombres no sólo en el campo político y económico, sino también en el cultural, ideológico y médico.

En el desarrollo doctrinal de este principio, Juan XXIII sostiene en la Encíclica Mater et Magistra, que el hombre es necesariamente fundamento, causa y fin de todas las instituciones sociales, el hombre, en cuanto es sociable por naturaleza y ha sido elevado a un orden sobrenatural. Y Gaudium et Spes consagra esta doctrina afirmando que es el hombre todo entero, cuerpo y alma, corazón y conciencia, inteligencia y voluntad, quien centrará las explicaciones..., porque el desarrollo de la persona humana y el crecimiento de la propia sociedad están mutuamente condicionados.



Centesimus Annus relee Rerum Novarum afirmando que el Magisterio y la acción social de los católicos, a lo largo de un siglo, desde León XIII, es un gran movimiento para la defensa de la persona humana y para la tutela de su dignidad.

Los derechos humanos en este contexto, son una expresión social de la dignidad de la persona humana. Juan Pablo II cree que para confirmar los derechos humanos mucho ayuda la reflexión teológica sobre la dignidad de la persona humana en la historia de la salvación y la revelación cristiana puede aportar los fundamentos necesarios de la dignidad de la persona humana a la luz de la historia de la creación y en las diversas etapas de la historia de la salvación.

Algunos derechos humanos más importantes en la DSI, son el derecho a la vida (don de Dios), la libertad religiosa, la participación en la vida social, la participación económica con el derecho a la iniciativa económica, y el derecho de los pueblos a salir de la miseria. Pío XII asegura en su tiempo: “tutelar el campo intangible de los derechos de la persona humana... El origen y fin de la vida social ha de ser la conservación, el desarrollo y el perfeccionamiento de la persona humana... Los fundamentos de la paz social a través de la dignidad y derechos de la persona humana...”.

 









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