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Enloquecedoras diferencias
Somos diferentes... pero muy complementarios


Por: Dubraska Borrero | Fuente: catholic-link



Justo pensando en un tema, que pudiera abordar con un grupo de matrimonios, junto a mi esposo, recordé algo que les decimos a los novios cuando los preparamos para el sacramento,  y es que es muy importante tener en cuenta las diferencias naturales que hay entre hombre y mujer; esto para mi es básico en la convivencia, y justo cuando le dije el nombre que le quería dar a tal charla comenzaron nuevamente las diferencias. Yo quería darle a la charla  el mismo nombre que ahora tiene este artículo como título: enloquecedoras diferencias pero él quería algo más “normal” y su respuesta fue: “que feo, nada que ver eso de enloquecedoras, no me gusta”.

Pero la verdad es que para mí, sí lo son. Son enloquecedoras sobre todo si no las tenemos claras desde que comienza la convivencia. Es normal que existan estas diferencias, pues biológica  y psicológicamente somos diversos, aunque haya grupos que digan lo contrario; la verdad es que hombres y mujeres somos diferentes.

Hay muchos libros que hablan sobre el tema pero yo no pretendo sustituir lo que todos esos libros dicen con fundamentos, yo solo quiero contarte mi experiencia.

Hay algo que he descubierto junto a Enner, mi esposo, y es que él no supone absolutamente NADA es más, ni siquiera tendría que suponer sino imaginar. Pero, ¡NO!, su imaginación es una facultad muy poco desarrollada.

Detalles que “enamoran”



Hace poco recordé en un grupo de whatsapp el primer regalo de San Valentín que me dio mi esposo. Como es obvio para cualquier mujer, esperamos un detalle que no necesariamente tiene que ser costoso pero que represente un detalle de amor o ternura. Por ejemplo, una flor, un chocolate, una tarjeta, etc, sin pensar en cosas más extraordinarias. ¿Cierto? Bueno, no creo que te imagines cúal fue ese regalo: ¡una balanza! ¡Yo no lo podía creer! Ahí empezaron otras diferencias y es que mi cara fue de película pero trágica y él ni entendió, es más, creo que ni se dio cuenta. En cambio en mi cabeza, como en la de cualquier mujer, sentía que lo que me estaba insinuando era que estaba gorda… o ¿tú no lo habrías pensado?

Desde entonces entendí que los hombres, o al menos el que yo elegí, no tienen la más mínima idea de qué es algo tierno o romántico. Para él lo único tierno es un bebé en pañales; así que desde entonces comencé a decirle qué era lo que me gustaría que me regalara en cada San Valentín; así él no perdía tiempo, ni dinero y yo no me llevaba desagradables sorpresas. ¡Aún así a veces no me entiende!

No todo es literal…

Otra de las grandes diferencias tiene que ver con algo parecido y es que él no puede intuir qué me pasa en algunas situaciones por muy evidente que para mi sea, y yo pretendía que lo supiera por lógica. A veces hay cosas que me molestan y que con mi cara ya debería saber que estoy brava, resulta que en esos casos apenas logra percatarse de que algo pasa y me pregunta: ¿qué te pasa? Y mi respuesta inmediata es: ¡NADA! (cuando la verdad es que me estoy retorciendo de la rabia) él como si NADA sigue su camino. Así que me di cuenta que si le digo NADA, lo toma literal, por lo que es mejor decirle exactamente lo que me pasa. Porque por muy obvio que parezca, la verdad, es que lo más seguro es que el NO TENGA IDEA de lo que te está pasando.

Otra gran diferencia es precisamente cuando yo voy a contar algo. A mi me cuesta muchísimo no involucrarme emocionalmente con lo que digo.Mientras él simplemente dice ideas, yo manifiesto sentimientos, lo que hace que la comunicación no sea tan fluida porque yo espero que el también manifieste sentimientos y él espera que yo sea más concreta.
El amor vence diferencias



En fin, así como estas existen muchas diferencias que ya viene determinadas por tú género, a eso súmale las diferencias de temperamentos, de historias personales, hábitos, etc. Lo importante es tener claro que somos distintos, que muchas veces encontraremos cosas en común pero otras no, y que el reto es aceptar las diferencias tratando de ser cada día mejores personas y ayudar al otro a ser una mejor versión de sí mismo sin querer hacer al otro una copia de mi sino disfrutar de las enloquecedoras diferencias.







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