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Avances y retrocesos
¿Qué es lo malo y qué es lo bueno?


Por: P.Fernando Pascual, L.C. | Fuente: Catholic.net



Ideas como avanzar o retroceder se construyen sobre otras ideas, como la idea del progreso.

Se avanza cuando las decisiones van hacia una dirección que implica mejoras, en las personas y en los grupos. Se retrocede cuando ocurre lo opuesto, cuando se producen daños y empeoramientos.

Lo anterior, a su vez, supone conocer lo que pasa, y ser capaces de juzgar sobre los sucesos según puntos valorativos, que permitirían distinguir entre lo mejor y lo peor, entre avances y retrocesos.

Los problemas surgen ante el pluralismo y los cambios de perspectiva a lo largo del tiempo. Para algunos grupos musulmanes, hay avance y progreso cuando se impone la Sharia a todo el Estado. Para un liberal lo anterior sería visto como un retroceso.

Otro ejemplo, entre los muchos que pueden ponerse. Para quien desea mejoras en los transportes construir más carreteras puede suponer un notable avance. Para quienes defienden los bosques y los prados y un estilo de vida más sobrio tales carreteras serían un retroceso.



La lista de ejemplos podría multiplicarse, y muestra que no todos tenemos una idea clara de lo que signifique progresar o ir hacia la decadencia. Lo cual no significa que no sea posible buscar buenos fundamentos para tal idea.

No podemos quedar atorados en la incerteza. Hace falta recuperar la confianza en la inteligencia para identificar lo que sea mejor para nosotros y para las generaciones futuras, no solo en lo que se refiere a la vida económica, sino también respecto a las demás dimensiones que caracterizan al ser humano.

La filosofía, en ese sentido, tiene mucho que decir, si se lleva a cabo de modo serio y sin sofismas o manipulaciones que aparten de la verdad. Será, desde luego, una filosofía convencida de sus propias posibilidades, pero también consciente de los obstáculos que impiden pensar bien y actuar correctamente.

En medio del frenesí del mundo moderno, hace falta identificar parámetros válidos que nos permitan separar lo bueno de lo malo, el avance del retroceso, lo caduco respecto de lo que nos abre al horizonte más importante para cualquier vida humana: el que nos permite avanzar hacia el encuentro con Dios y a acoger a los demás según el criterio del amor verdadero.









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