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Reflexión del evangelio de la misa del Miércoles 1º de Noviembre de 2017.

Veremos a Dios, tal cual es
Todos estamos llamados a la Santidad


Por: Mons. Enrique Diaz, Obispo de la Diócesis de Irapuato |




Todos los Santos
Apocalipsis 7, 2-4. 9-14: “Vi una muchedumbre, tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas”
Salmo 23: “Esta es la clase de hombres que te buscan, Señor”
I Carta de San Juan: “Veremos a Dios, tal cual es”
San Mateo 5, 1-12: “Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”

 

Hoy se abre como un pórtico a la reflexión que nos ofrecen estos dos días: la fiesta de todos Santos y la Conmemoración de los fieles difuntos. Siempre proclamamos al recitar el Credo: “Creo en la comunión de los santos”, pero quizás le hemos puesto poca atención a esta confesión y hoy tenemos la oportunidad para reflexionar. Normalmente cuando hablamos de santos nos imaginamos esos seres extraordinarios que han cumplido de manera maravillosa su misión en el mundo… pero después en la vida diaria nos encontramos que somos simples mortales luchando contra las inclinaciones, contra nuestros apetitos, y nos descubrimos tan pequeños y  tan débiles que pensamos que la santidad no será para nosotros.

Sin embargo las lecturas de este día y toda la propuesta de Jesús son una invitación a la santidad. “Los marcados” y señalados que nos muestra el Apocalipsis son una multitud que aclama y alaba al Señor, y me imagino que nosotros muy bien podemos contar entre ellos a tantas personas que están luchando por una vida más digna y por una justicia para todos. Aparecerán entre esos ciento cuarenta y cuatro mil (número simbólico de plenitud), todos los hombres y mujeres que en la vida diaria con honestidad hacen realidad el evangelio. Y no es que sean santos de segunda o menos importantes que aquellos que son oficialmente reconocidos.

 



No se trata de santos de segundo orden como en una escala menor de aquellos “grandes santos”, especie de superhéroes, que es difícil imitar. Sino que este día reconocemos a todos esos hombres y mujeres que han tomado en serio la Palabra de Jesús y se han puesto a ser felices en medio de la pobreza, han buscado implantar la justicia y la verdad, han entregado su vida en servicio a los hermanos. Y de estos hay miles que en trabajo callado, desconocido y humilde, hacen presente la santidad de Dios. Si el mundo sigue funcionando es gracias a que estas personas se tornan manos, ojos y corazón de Dios para hacer presente su amor en el mundo. Siguen haciendo el milagro, anónimo, de dar vida.

A esta santidad todos estamos llamados. Con estos santos, todos estamos unidos y se establece una comunión entre quienes buscan hacer hoy presente el amor de Dios y quienes ya lo viven a plenitud en el cielo. Día de todos los santos, es una invitación de Dios a vivir en comunión con Él haciéndolo presente en nuestra vida cotidiana.

 







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