Para Comunicar en Cristiano: Un Arma Secreta
Por: Salvador I. Reding Vidaña | Fuente: Catholic.Net

Quienes se interesan en “comunicar en cristiano” generalmente se enfrentan a ciertas preguntas, como ¿de qué escribo o hablo? ¿cómo lo digo? ¿dónde me informo? ¿cuándo hago público este tema o asunto?
¿Muchas preguntas? Sí, frecuentes y lógicas, ante la abundancia de acontecimientos, temas sobre la mesa e información. Lo que generalmente se hace es un repaso mental, discusión de colegas, o la simple decisión de tomar un asunto, frente a abundante temática del momento.
Pero todo se facilita con un arma secreta, que en realidad de secreta no tiene nada si la tenemos presente en nuestra vida diaria, es la oración. Cuando nos recogemos en nosotros mismos y pedimos, de verdad pedimos al Espíritu Santo que nos oriente y hasta nos indique directamente lo que debemos hacer, Él nos responde. Lo sé bien por propia experiencia.
En mis tiempos de Acción Católica, como dirigente de la misma, tuve muchas ocasiones en las que debía dirigirme a reuniones diversas, y la preparación de mi oratoria fue rezar: “Señor ¿qué quieres que diga?” Siempre, pero siempre hubo respuesta, a tal grado que se volvía casi un dictado de lo que debía exponer.
Para el periodismo evangelizador ha sido lo mismo, pedir constantemente al Señor la inspiración de las temáticas y su desarrollo, y nunca ha fallado. El estar siempre alerta a la temática debida, y hasta cuando repaso la posible para el momento o el próximo artículo, la inspiración de qué sí y qué no por ahora, y además el cómo decirlo, no falla. Esto desde el tema, el desarrollo y el título. Sobre todo estando en misa dominical, en ella aparecen en la mente de pronto los temas, a tomar o a dejar, pero siempre “bajo pedido”, orando.
Orar siempre funciona, y en el caso de la comunicación como mensajeros del Señor, el Espíritu Santo está con nosotros cada vez que se lo pedimos. Pero hay que pedirlo, hay que orar. Confiemos en Él: su voz llegará a nosotros, ¿cómo? De diversas formas, pero podremos escucharla. En adelante, el trabajo está en nuestras manos, reflexionar bien, informarnos y “pegarle” al teclado de la computadora.


