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La comunicación social en América Latina
Tercera conferencia general de los obispos latino-americanos sobre la "Evangelización hoy y en el futuro de América Latina (PUEBLA, MEXICO 1979). Se profundiza en la relación de la Iglesia y los medios de comunicación social.


Por: . | Fuente: Tercera conferencia general de los obispos latino-americanos



LA COMUNICACIÓN SOCIAL EN AMERICA LATINA

Tercera conferencia general de los obispos latino-americanos sobre la "Evangelización hoy y en el futuro de América Latina (PUEBLA, MEXICO 1979)



La tercera Conferencia general del episcopado latino-americana tuvo lugar al inicio de 1979 en Puebla, en Méjico. El "Consejo Episcopal Latino Americano" ( CELAM) es considerado como el organismo más alto de planificación y reflexión de la Iglesia latino-americana El encuentro de Puebla tuvo lugar después del de 1986 en Medellín, Colombia, durante el cual la Iglesia latino-americana había cumplido un paso decisivo hacia los "opción" por los pobres.

Ya en esta ocasión anterior la comunicaciones sociales eran reconocidas como una fuerza especial y como medios vitales para el trabajo pastoral de la Iglesia en América Latina.

Las conclusiones de Medellín dedican un capítulo entero a los medios de comunicación social. Otras partes importantes del documento son las de la promoción humana mediante la justicia y la paz, la familia, la educación y los jóvenes.

Existe también una sección sobre la Evangelización y crecimiento de la fe a través de la pastoral, la catequesis y la liturgia. La tercera parte, que tiene por objeto la Iglesia visible y sus estructuras, abre con un capítulo sobre los movimientos laicos y continúa hablando de los sacerdotes, de los religiosos, de la formación del clero, de la pobreza de la Iglesia y de la interrelación entre las actividades pastorales y las estructuras a su disposición.

La parte inicial del último capítulo del documento de Medellín habla de los medios de comunicación social y, en particular, de su papel en relación con la Iglesia. Se consideran, juntamente con los otros medios, como instrumentos de sensibilización, sostén y guía para una participación activa y como agentes cruciales en el proceso de transformación, integración y desarrollo de la dignidad humana y crecimiento de la fe.

En el mundo de hoy, se afirma en el documento de Medellín, la Iglesia no puede realizar su misión" en cada rincón del mundo" si no emplea los medios de comunicación social para unir a toda la gente ( n.7)

Los medios de la comunicación social se ven también como instrumentos para la autopresentación de la Iglesia. Además, el documento de Medellín requiere, entre otras cosas, que se tenga un compromiso pastoral dinámico, y subraya la necesidad de una formación profesional y apostólica adecuada y de una educación en los medios en todos los niveles: se debe impartir una formación específica al personal de la Iglesia, especialmente a quienes van a proclamar la Palabra ( nn.13-16).

Este documento se refiere a una cultura emergente de los nuevos medios y a la necesidad de una teología adecuada y a una seria búsqueda en el campo de la comunicación ( n.17).

El contenido general del documento de Puebla presenta en su primera parte una panorámica histórico-sociológica de la realidad pastoral en América Latina. El tema de la segunda parte es la evangelización y el plan de Dios de salvación.

La evangelización como comunión y participación son los temas de la tercera parte, cuyo primer capítulo trata de los centros de la comunión y participación ( La familia y las comunidades eclesiales); el segundo capítulo habla de los agentes de la obra pastoral: los ministros de la jerarquía, los religiosos, los laicos; el tercer capítulo, finalmente, trata de los medios para la comunicación y participación.

Los medios de la comunicación social son el objeto de la quinta sección de esta capítulo, al que sigue la sección sobre la Liturgia, la oración privada, la piedad popular (1), el testimonio ( 2), catequesis (3) y educación ( 4). En este contexto, la comunicación se coloca entre los medios de evangelización, así como la Evangelii Nuntiandi lo había ya hecho con los medios.

El Diálogo para la comunicación y la participación es el tema del capítulo final de la cuarta parte, que habla de la comunicación y de la participación. El documento de Puebla, ya de por sí interesante, hubiera adquirido una dimensión más global si el término comunión se hubiera sustituido por el de comunicación: la comunicación es un elemento necesario que lleva a la comunión. La comunión es una forma de comunión continua.

El documento de Puebla, especialmente sobre la comunicación social, tiene una importancia que va más allá de América Latina. Sus conclusiones son el testimonio de cómo los obispos de un todo un continente ven, juzgan y promueven la comunicación de la Iglesia, sobre todo desde un punto de vista pastoral

También el capítulo tercero ( La cultura cristiana) de las Conclusiones de la cuarta Asamblea general de la Conferencia de los obispos latino-americanos, celebrada en Santo Domingo en 1992, hay una sección sobre la comunicación social y la cultura (nn. 279-286) que no hace otra cosa sino repetir y reflejar posteriormente sobre consideraciones a propósito de la comunicación social contenidas en otros documentos de la Iglesia.

Las perspectivas teológicas (n.279) toman el camino de la sección de Puebla titulada "Evangelización y comunicación" y ven la comunicación como un camino que debe emprenderse para llegar a la comunión (comunidad). Hay también una referencia a Aetatis novae ( Nueva Era) (n.6) - que cita a su vez la Communio et progressio y a Juan Pablo II en la apertura de aquella misma Conferencia:" A fin de que la intensificación de la presencia de la Iglesia en el mundo de los medios llegue a ser una de nuestras prioridades".

En la sección que se refiere a los desafíos pastorales (n. 280) se habla de los avances tecnológicos, del desarrollo de la industria de las comunicaciones, de los peligros de la publicidad y de la programación televisiva en general; se deplora la insuficiente presencia de la Iglesia en los medios y en las telecomunicaciones y se ve la transmisión como un nuevo desafío.

Las "líneas pastorales" animan a todos aquellos que mediante los medios de comunicación defienden su identidad cultural". Ellas intentan "coordinar las comunicaciones de masa con la comunitaria y de grupos y pide que la Iglesia tengan sus propios medios (n. 281).

Además, se refieren a la elaboración de políticas y estrategias de la comunicación (n. 282), a las organizaciones católicas de los medios ( n.283), a la preparación técnica, doctrinal y moral de todos los agentes pastorales y a una adecuada educación de los receptores para los medios (n.284)

Finalmente, se anima a que las universidades católicas al estudio de la informática (n.285) y a que se hagan todos los esfuerzos para coordinar las editoriales católicas para una función pastoral planificada (. 286)...Las Conclusiones de Santo Domingo impulsan una acción educativa y un compromiso por la comunicación moderna (n.300).


Indice de los temas
1. Introducción
2. Situación
2.1. Visión de la realidad latinoamericana ( n.865)
2.2. Visión de la realidad de la Iglesia latinoamericana (n. 866)
3. Opciones
3.1. Criterios (n. 867)
3.2. Orientaciones pastorales


DOCUMENTO DE PUEBLA



1. INTRODUCCIÓN
La evangelización es comunicación; hay que tener en cuenta todos los aspectos de la transmisión de la Buena Nueva. La comunicación como acto vital social nace con el hombre mismo y ha sido potenciada en la época moderna mediante los poderosos medios tecnológicos. La evangelización no puede prescindir hoy de estos medios.( EN n.45; CP, n.1)


2. SITUACIÓN
2.1. Visión de la realidad latinoamericana

865. La comunicación social surge como una dimensión amplia y profunda de las relaciones humanas. Por medio de ella el hombre, individual y colectivamente, entra en relación con el mundo, cae bajo la influencia de la civilización audiovisual y sufre la contaminación de la "polución vibrante" (CP, 8).

Por la diversidad de medios existentes ( cine, radio, TV, prensa, teatro...) que operan de forma simultánea y masiva, la comunicación social incide en toda la vida del hombre y ejerce sobre él, de forma consciente o subliminal, una influencia decisiva La comunicación está condicionada por la realidad sociocultural de nuestros países y a su vez constituye uno de los factores determinantes que sostienen dicha realidad.

Reconocemos que los medios de comunicación social son factores de comunión y contribuyen a la integración latinoamericana, a la expansión y democratización de la cultura; contribuyen igualmente a la distracción de la gente que vive fuera de los centros urbanos; acrecienta la capacidad perceptiva mediante estímulos visuales y auditivos de evidente penetración sensorial.

A pesar de estos aspectos positivos debemos denunciar el control y la manipulación ideológica que sobre estos medios de comunicación social ejercen los poderes políticos y económicos comprometidos en mantener el "statu quo" e incluso crear un orden nuevo de dependencia-dominio o, por el contrario, subvertir este orden para crear otro de signo opuesto.

El disfrute de las pasiones, de los sentimientos, de la violencia y del sexo para fines consumistas constituye una flagrante violación de los derechos individuales. La misma violación se manifiesta con la misma falta de discriminación de mensajes, repetitivos o subliminales, con escaso respeto de la persona y de la familia.

Los periodistas no siempre se muestran objetivos y honestos en la transmisión de noticias pues a veces son ellos mismos los que manipulan la información callando, alterando o inventando sus contenidos para desorientar a la opinión pública.

El monopolio de la información, tanto por parte de los gobiernos como por parte de los intereses privados, permite el uso arbitrario de los mensajes según intereses sectoriales. Particularmente grave es el tratamiento de la información en nuestros países que hacen empresas transnacionales.

La programación, en gran parte extranjera, produce una transculturación no participativa y destructora de valores autóctonos; el sistema publicitario y el uso abusivo del deporte, como evasión, los vuelve alienados; su impacto coercitivo con las masas provoca con el aislamiento la desintegración de la comunidad familiar

Los medios de comunicación social se han transformado en vehículos de propaganda del materialismo reinante, pragmático y consumista y crean en nuestro pueblo falsas expectativas, necesidades ficticias, frustraciones graves y una malsana ansia competitiva.

2.2. Visión de la realidad de la Iglesia latinoamericana
866. Existe en la Iglesia latinoamericana una cierta percepción de la importancia de la comunicación social, pero no así de la comunicación como hecho global que tienen en cuenta todas las relaciones humanas y la misma pastoral, y el lenguaje específico de los medios.

Se le ha pedido a la Iglesia que publique documentos sobre esta materia, pero se está tardando tiempo en poner en práctica sus enseñanzas. Hay una utilización insuficiente de las ocasiones de comunicación que normalmente se tienen en la vida de la Iglesia, medios e instrumentos específicos de los que se hace una utilización incompleta o se colabora poco con ellos para la pastoral de conjunto.

No existe en la Iglesia latinoamericana una gran preocupación para educar al pueblo de Dios mediante la comunicación social y capacitarlo para un compromiso crítico frente al bombardeo de los "mass media", para contrastar el impacto de sus mensajes alienantes, ideológicos, culturales y publicitarios.

Esta situación se grava por la escasez del uso que se hace en los Cursos organizados en este campo y por el poco papel asignado a los medios como fuente de evangelización y por la escasa atención que se reserva a los propietarios y técnicos de estos medios.

Es necesario recordar aquí, como fenómeno altamente positivo, el desarrollo rápido de los Medios de Comunicación de Grupo (MCG) y de los pequeños medios con una producción cada vez más creciente de materiales para la evangelización y con empeño cada vez mayor por parte de los agentes pastorales, favoreciendo así un crecimiento seguro de la capacidad de diálogo y de contacto.

La Iglesia latinoamericana ha hecho en estos últimos años muchos esfuerzos por favorecer una comunicación en su interior. Sin embargo, en muchos casos, cuanto se ha realizado hasta ahora no responde plenamente a las exigencias del momento.

La expresión pública de opiniones en el interior de la Iglesia se reduce a manifestaciones esporádicas, y por tanto insuficientes, que tienen poca influencia en la totalidad de la comunidad eclesial.

3. Opciones
3.1. Criterios
867. a) Integrar la comunicación en la pastoral de conjunto.

b) En el interior de las obligaciones que hay que realizar en esta campo, dar prioridad a la formación en la comunicación social, tanto del público en general como de los agentes pastorales en todos los niveles.

c) Respetar y favorecer la libertad de expresión y la correlativa libertad de información, presupuestos esenciales de la comunicación social y de su función en la sociedad, en el interior de la ética profesional en conformidad con la Communio et Progressio.

3.2. Orientaciones pastorales
868. A la luz de la problemática latinoamericana y teniendo en cuenta el fenómeno de la comunicación social y sus implicaciones en la evangelización es oportuno formular las siguientes propuestas pastorales:

a ) Urge que la jerarquía y los agentes de pastoral conozcan, comprendan y experimenten más profundamente el fenómeno de la comunicación social, con el fin de que adapten las propias respuestas pastorales a esta nueva realidad e integren la comunicación en la Pastoral de conjunto.

b) Para hacer efectiva la articulación de la pastoral de la comunicación con la pastoral orgánica es necesario crear donde no existe y potenciar donde ya existe un Departamento o un organismo específico ( nacional o diocesano) para la comunicación social e insertarlo en las actividades de todas las áreas pastorales.

c ) El deber de formación en le campo de la comunicación es un acto prioritario. Urge formar en este campo a todos los agentes de la evangelización: para los aspirantes al sacerdocio y a la vida religiosa es necesario que esta formación se incluya en los planes de estudio; para los sacerdotes, religiosos, agentes de pastoral y para los mismo responsables de los organismos nacionales o diocesanos de comunicación social, es necesario programar cursos de formación permanente. Especial atención debe reservarse a los profesionales de la comunicación y una formación más adecuada para quien se ocupa de la información religiosa.

d ) Cada Iglesia particular, en el interior de las normas litúrgicas determine la fórmula más adecuada para introducir en la liturgia, que en sí misma es comunicación, los medios de sonidos e imágenes, los símbolos y las formas de expresión más idóneas para representar la relación con Dios, de modo que faciliten una mayor y más adecuada participación en los actos litúrgicos.

e ) Educar al público receptor para que asuman un compromiso crítico frente al impacto de los mensajes ideológicos, culturales y publicitarios que nos bombardean continuamente con el fin de contrarrestar los efectos negativos de la manipulación y de la masificación. Se recomienda a los organismos eclesiales continentales ( UNDA, OCIC, UCLAP) que dediquen particular atención a la formación tanto del público receptor como de las personas mencionadas anteriormente.

f) Sin descuidar la necesaria y urgente presencia en los medios de comunicación de masas, es urgente intensificar el uso de los medios de comunicación de grupo ( MCG) los cuales, además de ser menos costosos y de una más operatividad más fácil, ofrecen la posibilidad del diálogo y son más aptos para una evangelización de persona a persona que suscita una adhesión y un empeño verdaderamente personales (cf EN, 45,46).

g ) Para una mayor eficacia en la transmisión del mensaje la Iglesia debe usar un lenguaje actualizado, concreto, directo, claro y cuidado. Este lenguaje debe estar cerca de la realidad en la que vive el pueblo, su mentalidad y su religiosidad de modo que se reciba con facilidad. Por eso es necesario tener en cuenta sistemas y expedientes del lenguaje audiovisual propio del hombre de hoy. Se recomienda un uso cuidado del sonido en los lugares de culto.

h ) La Iglesia, con el fin de iluminar a la luz del Evangelio los acontecimientos diarios y ayudar al hombre latinoamericano en base al conocimiento de sus ocupaciones de hoy y de cuanto influye en él, debe tener canales propios de información y de noticias que aseguren la intercomunicación de nuestras Iglesias y su diálogo con el mundo. Esto es muy urgente, ya que la experiencia demuestra que hay continuas distorsiones del pensamiento y de las obras de la Iglesia por parte de las agencias de información,

i) Dada la situación de pobreza, marginación e injusticia en la que se encuentran inmersas grandes masas latinoamericanas y la violación de los derechos humanos, la Iglesia, en el uso de los propios medios de comunicación, debe estar siempre y cada vez más con la voz de los desamparados, aún con el riesgo que eso implica.

j) Las limitaciones que hemos tenido en el continente nos lanzan a confirmar el derecho social a la información con sus correspondientes obligaciones éticas impuesta por la verdad y la intimidad de las personas. Estos principios son válidos en el interior de la Iglesia, la cual debe aceptar con humildad las críticas incluso las más injustas.

k) La presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación social exige importantes recursos económicos que deben aportar todas las comunidades cristianas.


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