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Evangelizar es comunicar el Evangelio, pero esta comunicación no es sencilla

¿Discutir o dialogar en las redes?
Nos podemos encontrar con indiferencia, precaución, rechazo educado o incluso enfrentamientos violentos. Si el Evangelio es un mensaje que nos da sentido y nos llena de esperanza ¿Cómo puede pasar esto?


Por: Néstor Mora Núñez | Fuente: Néstor Mora Núñez



Evangelizar es comunicar el Evangelio, pero esta comunicación no es sencilla. Nos podemos encontrar con indiferencia, precaución, rechazo educado o incluso enfrentamientos violentos. Si el Evangelio es un mensaje que nos da sentido y nos llena de esperanza ¿Cómo puede pasar esto?

La razón de cualquier actitud negativa frente al Evangelio son los prejuicios. Es decir, la incapacidad de entender y discernir lo que nos comunican. Cuando aparece en nosotros una señal de alarma, los prejuicios toman el lugar del entendimiento y bloquean toda posibilidad de comunicación. La pregunta que nos podemos hacer es ¿Cómo saltarnos los prejuicios? Y su respuesta es que es casi imposible con las fuerzas humanas. Sólo la Gracia de Dios puede hacer que el corazón de esa persona se abra al mensaje Cristiano. Nos toca tener paciencia y esperanza. Dios puede darnos una sorpresa cualquier día de estos. Lo que no hay que hacer es ofuscarse.

Si releemos la parábola del Gran Banquete (Lucas 14:15-24) veremos que muchos fueron los invitados, pero pocos aceptaron la invitación. Estos han sido los elegidos para probar el Banquete del Reino. Tal como dice el Señor es la parábola, los que han declinado la invitación no probarán la comida que se les había ofrecido. Esto sucede igual cuando evangelizamos. Nosotros somos los mensajeros del Reino. Cada persona a que le ofrezcamos participar puede aceptar o rechazar la invitación. Lo que no podemos es pararnos a convencer a alguien que no desea venir. Hay tantas personas que dirán que sí, que no podemos demorarnos demasiado.

Entonces ¿Qué sentido tiene discutir en las redes sobre el Evangelio? No tiene sentido alguno. Quien lo acepta irá al Banquete, quien lo rechaza, habrá perdido la oportunidad. Ahora, otra cosa es dialogar. El diálogo aparece cuando una persona está interesada, pero necesita saber más o tiene dudas. En el diálogo podemos aprender unos de otros y encontrar a Cristo en nuestro hermano. No debemos rechazar el diálogo, sino propiciarlo.

Hay que tener en cuenta que dialogar no conlleva llegar a acuerdos que vayan contra la Palabra de Dios, Tradición Apostólica y Magisterio Eclesial. Más bien se trata de ser fiel y mostrar lo grande que es Dios dándonos discernimiento y guía para nuestra vida. Si somos capaces de comunicar la Esperanza contenida en el Mensaje Cristiano, estaremos preparados para mostrar esta Esperanza a los demás.









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