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Santos Protectores / Intercesores en las Enfermedades
¿Tienes un familiar enfermo?, encomiéndalo a un Santo


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net



Todo católico debe saber que solo Dios tiene el poder de hacer milagros y que atribuirle ese poder a otro es idolatría. El catecismo de la Iglesia Católica (No. 2,113) dice:

“La idolatría no se refiere solo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hay idolatría desde el momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios”.

Y la ‘Biblia’ enseña que “Nuestro Dios es el único Señor” (Dt.  6.4; Mc. 12.29).

Ni la Santísima Virgen María ni los santos hacen milagros. Entonces, ¿por qué les rezamos? Lo hacemos para que intercedan por nosotros ante Dios por medio de Jesucristo -verdadero Dios y verdadero hombre-. Como dice la ‘Biblia’: “Solo hay un Dios y solo hay un hombre como mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús” (1 Tm. 2.5). La Virgen María, los ángeles, los santos y también nosotros presentamos las necesidades de quienes piden intercesión ante Dios, mediante Jesucristo; y cuando por esa intercesión se produce un milagro, es obra de Dios, no del que intercede.

Interceder significa que unas personas rezan a Dios por otras personas. Nosotros, que estamos en la tierra, lo hacemos, y muy especialmente los que están en el cielo, más cerca de Dios, como la Virgen María, los ángeles y los santos. Todos los miembros de la Iglesia somos santos (apartados para Dios), pero los que están en el cielo alcanzaron la plenitud de la santidad y a algunos, la Iglesia les reconoce públicamente su ejemplar santidad canonizándolos.



El ‘Credo de los Apóstoles’, que resume las enseñanzas fundamentales de estos, expresa que creemos “en la comunión de los santos”, o sea que en la Iglesia estamos unidos todos los santos: los que estamos en este mundo, los que ya fallecieron y están preparándose para entrar en la gloria, y los que ya están en la gloria de Dios, que llamamos Cielo. Y todos intercedemos unos por otros (Catecismo 946-959). San Pablo recomienda que se hagan “peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres”, recalcando que “estas oraciones son buenas y Dios nuestro Salvador las escuchará” (1 Tm. 2. 1-3). 

Especialmente debemos solicitar la intercesión de los que ya están en el cielo santificados plenamente, porque “la súplica del justo tiene mucho poder” (St. 5.16). La Virgen María ocupa un lugar especialísimo cerca de Dios, pues ella ha sido colmada, llena de gracia; es bendita entre todas las mujeres, madre de Dios –del Señor Dios hecho hombre–, a quien llamamos bienaventurada todas las generaciones (Lc. 1.28; 42-43; 48). Por eso, María es una intercesora especial.

En el ‘Antiguo Testamento’ leemos que el arcángel Rafael le dijo a Tobías: “Cuando tú y Sara rezaban, yo presentaba tus oraciones al Señor” (Tb. 12.12). Jesús nos enseña que “nuestros ángeles” interceden ante el Padre por nosotros: “Sus ángeles en el Cielo están mirando siempre la cara de mi Padre celestial” (Mt. 18. 10).

Debemos orar frecuente y directamente a Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo; adorándolo únicamente a él. Llamarle “Padre nuestro” y “abbá” (papá), con confianza. Acercarnos a Jesús, especialmente en el Santísimo Sacramento. Invocar al Espíritu Santo. Nuestro amor, nuestro culto, nuestra devoción a Dios debe ser lo principal y prevalecer sobre todo. Pero a Dios también le agrada que sus hijos intercedamos unos por otros. Oremos por nuestros hermanos vivos y difuntos, y recemos a la Virgen María, a los ángeles y a los santos, cuidando de no caer en la idolatría.

Fuente: El Nuevo Diario



A continuación la lista de los santos protectores para muchas de las enferrmedades más comunes:

 

ENFERMEDAD

SANTO PATRONO

ABSCESOS San Job
ALCOHOLISMO

San Juan de Dios

AMPOLLAS San Blas
AMPUTADOS San Antonio de Padua
ANSIEDAD San Vito

APLOPEJÍA

San Andrés Avelino

APENDICITIS San Erasmo de Formia
ARTRITIS

San Alfonso María de Ligorio

Santiago el Mayor

San Hilario de Poitiers

ARTICULACIONES San Felipe Neri
AUTISTAS San Ubaldo Baldassini
BAILE DE SAN VITO San Vito
BOCIO San Mauro
CALAMBRES San Pancracio
CÁLCULOS RENALES San Liborio de Le Mans

CÁNCER

San Peregrino

CEGUERA Santa Lucía
CÓLERA San Roque
COMPLICACIONES EN
EL PARTO
San Norberto
CONVULSIONES San Andrés

CORAZÓN

San Juan de Dios

CONTRA ABORTOS

Santa Gianna Beretta Molla

Santa Catalina de Suecia

DEMENCIA Santa Filomena
DEPRESIÓN San Drogón
DERMATITIS

San Blas

DESMAYOS San Valentín
DIABETES San María Rafael Arnáiz Barón
DISENTERÍA San Policarrpo de Esmirna
DOLOR DE LA
DENTICIÓN

San Blas

DOLOR DE
MUELAS
Santa Isabel De Hungría
DOLOR EN EL
BRAZO
Santa Amalberga
DOLORES
ABDOMINALES
San Carlos Borromeo
DOLORES DE CABEZA San Dionisio de París
DOLORES DE OÍDO San Cornelio
DOLORES DE PARTO San Erasmo
ESTRÉS
POR EL TRABAJO
San Walter de Pontoise
ENFERMEDADES
BACTERIANAS
Santa Agripina de Roma
ENFERMEDADES DE
LA PIEL
San Amando de Maastricht
ENFERMEDADES DE LA VEJIGA Y VÍAS URINARIAS San Blas
ENFERMEDADES DE
TRANSMISIÓN SEXUAL
San Fiacrio
ENFERMEDADES DEL
ESTÓMAGO
San Timoteo
ENFERMEDDES
NEUROLÓGICAS
Santa Difna
ENVERMEDADES RENALES Santa Margaritaa de Antioquía
ENFERMEDADES
RESPIRATORIAS

San Blas

EPIDEMIAS San Remigio de Reims
EPILEPSIA Santa Bibiana
ERISIPELA San Cástulo
ESTERILIDAD Santa Agueda de Catania
GARGANTA San Blas
GOTA San Andrés
HEMORROIDES San Fiacrio
HERNIA San Conrado de Piacenza
HERPES San Antonio Abad
HIDROFOBIA San Belino de Padua
HIDROPESÍA San Blas
INCONTINENCIA
URINARIA
San Vito de Lucania
LEPRA San José de Veuster
(Damián de Molokai)
MALARIA Santa Francisca Javier Cabrini
PERDIDA DE AUDICIÓN San Drogón
TIFOIDEA / TIFUS San Adelardo de Corbie
ÚLCERA Santa Aldegunda
VIRUELA San Matías

 

Para finalizar indicar que hay que evitar el asignar una suerte de especialidad a los santos, es decir, hay que resistir a la tendencia de pensar que, por ejemplo, si San Matías es el santo protector de los enfermos de viruela y yo sufro de lupus, él no podrá interceder por mi, eso es un error que puede caer incluso en el campo de la superstición o idolatría, lo que va contra el primer mandamiento de la ley de Dios.
Otro error es asumir que el santo de mi devoción no puede ayudarme intercediendo por mí en mi enfermedad.
La lista que compartimos es una que se ha ido generando con el paso de los años y, seguramente, habrán enfermedades que no tienen aún un santo protector, eso no debe frenar tu devoción hacia un santo o beato en particular; cualquiera que sea el santo al que tu acudas pidiendo su intercesión estará encantado de ayudarte intercediendo ante Nuestro Señor para que el Padre te conceda lo que pides, si esa es Su Voluntad y es para el bien de tu alma.
Esa devoción es la que permite que
los milagros sigan ocurriendo y la lista de nuevos bienaventurados -beatos y santos- reconocidos por la Iglesia se incremente cada año.

 

 







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