Menu


¿Cómo vivir el proceso de maduración del amor y no morir en el intento?
En el matrimonio es cuando la historia comienza realmente, y si bien supone dicha y felicidad, también implica alimentar ese amor con actitudes y acciones que lo mantendrán vivo


Por: Vicky Mijares | Fuente: ACC – Agencia de Contenido Católico



“Y vivieron felices para siempre…” Es el final clásico de los cuentos. Cuando después de pasar muchas vicisitudes y circunstancias adversas, la pareja se unía en matrimonio y se suponía que vivirían felices para siempre.

En el matrimonio es cuando la historia comienza realmente, y si bien supone dicha y felicidad, también implica alimentar ese amor con actitudes y acciones que lo mantendrán vivo. El amor es una realidad, no un cuento, la vida es continuo crecimiento y este crecimiento se realiza a través del tiempo.

La pregunta entonces sería, ¿Cómo vivir el proceso de maduración del amor y no morir en el intento?

Primero hay que tener claro que es necesaria la maduración en el amor, porque el amor que no crece, se estanca o se enferma.

Así como el ser humano tiene un ciclo de vida; nace, crece, madura y envejece, de igual manera el amor en el matrimonio. Los esposos, por mucho que se amen, no se amarán siempre de la misma manera. En este proceso habrá crisis, diferencias, tristezas y sufrimiento, retrocesos o estancamientos, pero también habrá avances, momentos de pasión, de calma, de dicha y alegría.



La pareja deberá estar muy alerta y en constante vigilancia, deberá hacer una de revisión de acuerdos y necesidades mutuas para superar más fácilmente los momentos críticos.

Se recomienda:

-Comunicación y escucha: Dedicarse por lo menos una vez al mes para salir en pareja y hablar de sus deseos, sentimientos, emociones, proyectos y sueños.

-Respeto y confianza: Dar su lugar al otro en todos los ambientes que frecuenten juntos o individualmente: con los suegros, con resto de la familia, en el trabajo, con las amistades y cuando estén solos.

-Perdón: El continúo ejercicio de disculpar las faltas y omisiones es un acto profundo de benevolencia, por el amor de aquel que perdona.



-Pequeños detalles:"Disfruta de las pequeñas cosas en la vida, porque un día mirarás atrás y te darás cuenta de que eran las cosas grandes". Robert Brault
Tener pequeñas acciones o detalles con la pareja: llevar el desayuno a la cama, limpiar los platos, hacerle su comida favorita, etc.

-Oración: La mejor oración es la que pueden hacer los esposos, pues se logra una conexión especial con Dios por medio del sacramento. Agradecer las bendiciones recibidas en el día, y pedir el uno por el otro. Es el acto más sublime en el que Dios se hace presente fortificando la unión esponsal.

El amor requiere, pues, del tiempo para crecer y madurar. No para satisfacer una pasión desordenada, sino para constituir un verdadero matrimonio.

¡Ten misericordia de ella y de mí, y concédenos llegar juntos a la vejez!".Ambos dijeron: "¡Amén, amén!",y se acostaron a dormir. Tobías 8, 7-9







Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |