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La Cuaresma es un tiempo litúrgico especialmente propicio para la evangelización debido a la presencia de una gran cantidad de símbolos y manifestaciones religiosas, extrañas a la vida cotidiana

Evangelizando en Cuaresma
Si se encuentra usted con alguna oportunidad de evangelizar en Cuaresma, no deje pasar la ocasión. Póngase en manos del Espíritu y deje que Él sea quien le mueva.


Por: Nestor Mora Núñez |



La Cuaresma es un tiempo litúrgico especialmente propicio para la evangelización debido a la presencia de una gran cantidad de símbolos y manifestaciones religiosas, extrañas a la vida cotidiana. Muchas personas ignoran o han olvidado lo que representan estos símbolos, por lo que existe predisposición calificarlos de incoherentes y/o anticuado. Esto que puede podría parecer un momento de defensa de la fe, es mucho más. Es el mejor momento para dar testimonio de coherencia, enseñar al que no sabe y dejar en su corazón la semilla Reino. De todas formas hay que ser consciente que no existe sordo, más sordo, que aquel que no quiere escuchar.

En las redes son frecuentes los comentarios sobre la penitencia, el ayuno, las imágenes religiosas, las procesiones, la limosna, etc. Cuando nos encontremos con ellos, nos encontramos con una ocasión de oro para lanzar la semilla del Reino. Incluso si después no encontramos con comentarios poco “amistosos” nuestra semilla llegará a muchas personas silenciosas.

Ahora. ¿Qué debemos comunicar? Vamos a dividir nuestro mensaje en tres capaz o niveles:

  1. Mensaje emotivo. Lo que digamos debería contener alegría, afecto y compromiso. Alegría que evidencie que el Evangelio vive en nosotros. Afecto por las personas que comentan sobre el tema. No estamos en su contra, sino con ellas. Por eso no podemos dejar pasar la ocasión de compartir el Tesoro que hemos encontras. Compromiso con el Señor, la Iglesia y el prójimo.
  2. Mensaje cognitivo: Tenemos que explicar que el ser humano es un ser simbólico. Incluso en la sociedad laicista en que vivimos, las personas utilizan símbolos comunes para señalar y vivir su pertenencia, sensibilidad, ideología, compromiso, etc. ¿Por qué los cristianos vamos a ser diferentes?. Después convendría explicar que detrás de cualquiera de estos símbolos existe una realidad personal que va más allá del símbolo que utilizamos. Si ayunamos es para sentir la dependencia de Dios y para darnos cuenta que nada somos sin el Señor. Si hacer dieta es maravilloso para el cuerpo ¿Por qué no lo va a ser para el espíritu? Por último, conviene explicar el símbolo en cuestión. Por ejemplo, sacar las imágenes a la calle y “pasearlas” es un acto que tiene cierta relación con una manifestación donde se lanzan proclamas y se portan pancartas. Los cristianos queremos que Dios esté presente en nuestra vida a través de nosotros. ¿Qué mejor forma que transportar a la vista de todos unas imágenes que significa amor, compromiso, misericordia y trascendencia. No lanzamos proclamas política, sino que cantamos para que la belleza, que es símbolo de Dios, esté presente en todos los sentidos.
  3. Mensaje volitivo. Los cristianos, sentimos, sabemos y además actuamos. Nos organizamos para, unidos, vivir la fe y hacerla presente en el mundo. Los símbolos de la Cuaresma evidencian actitudes y virtudes personales. La limosna no es dar de lo que nos sobra, sino de lo que necesitamos. Podemos ayunar de aquello que Dios nos ha dado, pero para atesorarlos, sino para darlo al hermano. El testimonio es la mejor herramienta evangelizadora, por lo que no dudamos en hacer realidad tangible nuestra fe.

Si se encuentra usted con alguna oportunidad de evangelizar en Cuaresma, no deje pasar la ocasión. Póngase en manos del Espíritu y deje que Él sea quien le mueva. La semilla que lance, quedará en más corazones de los que le puede parecer. ¿Cuándo echará raíces y dará fruto? Eso sólo Dios lo sabe, no es asunto nuestro fiscalizar la acción de Dios en corazones ajenos.







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