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La Gracia de Dios nos ayuda a ser capaces de lo que parece imposible

¿Quién puede ser evangelizador en las redes?
Todo aquel que se siente llamado a proclamar que Cristo es sentido de todos y todo. Aunque se sienta incapaz, si deja que la Gracia se haga cargo de todo, se dará cuenta que empieza a dar pasos que nunca hubiera pensado dar.


Por: Nestor Mora Núñez |



Es frecuente que nos valoremos poco. Si nos miramos a nosotros mismos vemos tantas carencias e incoherencias, que es natural que nos sintamos incapaces de llevar el Mensaje de Cristo a otras personas. Sin duda nuestras capacidades nos harían quedarnos en casa, bien encerrados, para no hacer más daño que bien. Pero, normalmente nos olvidamos de la Gracia de Dios. La Gracia de Dios nos es ningún hechizo mágico, sino la acción directa del Espíritu de Dios sobre nosotros. La Gracia nos permite superar nuestras inmensas limitaciones para hacer el bien. ¿Qué mayor bien que evangelizar a las demás personas?

San Agustín afirma que no se debe pensar que la gracia de la evangelización se haya extendido sólo a los Apóstoles y que con ellos esta fuente de gracia se ha agotado, sino que “esta fuente se deja ver cuando fluye, no cuando deja de fluir... De tal modo que la gracia a través de los Apóstoles alcanzó a los demás, que fueron enviados a anunciar al Evangelio... incluso, llega a llamar en estos últimos días, a todo el cuerpo de la su Hijo Unigénito, es decir su Iglesia difundida sobre toda la tierra” (Sermón 239,1). La gracia de la misión necesita a nuevos evangelizadores capaces de acogerla, para que el anuncio salvífico de la Palabra de Dios no disminuya nunca, en las condiciones cambiantes de la historia.

Existe una continuidad dinámica entre el anuncio de los primeros discípulos y el nuestro. En el transcurso de los siglos la Iglesia no ha dejado nunca de proclamar el misterio salvífico de la muerte y resurrección de Jesucristo, pero este mismo anuncio necesita hoy, un renovado vigor para convencer al hombre contemporáneo, a menudo distraído e insensible. La nueva evangelización, por esto, deberá hacerse cargo de encontrar los caminos para hacer más eficaz el anuncio de la salvación, sin el cual, la existencia personal permanece en su contradicción y privada de lo esencial" (Benedicto XVI, Disc. Consejo Pontificio para la Nueva evangelización, 30-mayo-2011).

El ser humano actual está tan distraído con el ruido mediático y la complejidad de su vida cotidiana, que es hasta comprensible que se olvide de Dios. Es comprensible porque no somos constantes ni coherentes. Buscamos la salida más sencilla antes que la que se ajuste a la Voluntad de Dios. De esa forma solemos pensar. ¡Que evangelicen los curas que para eso están!

Claro que los sacerdotes y diáconos, están para evangelizar, pero los laicos normales y corrientes tenemos también esa misma misión. ¿Quién puede ser evangelizador en las redes? Todo aquel que se siente llamado a proclamar que Cristo es sentido de todos y todo. Aunque se sienta incapaz, si deja que la Gracia se haga cargo de todo, se dará cuenta que empieza a dar pasos que nunca hubiera pensado dar.



Ahora, cuando se evangeliza hay que tener en cuenta varias cuestiones esenciales:

  1. El testimonio de vida, es lo fundamental. Las palabras se las lleva el viento, pero lo que demostramos en nuestra vida, es lo que contagia.
  2. No podemos hablar de Cristo sin saber de Él. Nos hará falta un poco de formación para diferenciar lo que sentimos, hacemos y conocemos, de manera que transmitamos justo lo que Cristo nos dijo y no otras cosas.
  3. Es necesario ser humilde, acogedor, paciente y sincero. Quienes se acercan a conocer a Cristo suelen ser personas heridas y llenas de problemas que necesitan ser escuchadas y consoladas con caridad.
  4. La Iglesia es unidad, por lo que no es debemos transmitir todo lo que nos une y dejar lo que nos separa como accesorio. ¿Qué es lo que nos une? Evangelio, Tradición, Doctrina y Magisterio. Estamos unidos porque tenemos la misma fe.
  5. Los medios tecnológicos que utilicemos son importantes y tendremos que aprender a utilizarlos, pero tomémoslo con calma. Poco a poco aprenderemos cómo se abre y gestionan blogs, cuentas en las redes sociales, utilización de foros virtuales, cómo compartir y crear recursos para la evangelización, etc. La mejor escuela es caminar junto a otros hermanos que nos ayuden.
  6. Por desgracia el maligno sabe meterse en todas partes, lo que nos lleva con frecuencia a problemas y rencillas. Aprendamos a tolerar mientras nuestra presencia resulte positiva. Cuando nuestra presencia se convierte en un problema y causa dolor, no tengamos duda que es mejor dejar en manos de Dios lo que sea y buscar espacios donde nuestra presencia sea positiva.

Espero que estos consejos les sean de utilidad.







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