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Escalada de violencia
Amemos siempre a amigos y enemigos, oremos por los que nos persiguen, como nos dice Jesús


Por: Rodrigo Aguilar Martinez | Fuente: El observador



Noviembre 19, 2015

Nos consterna la violencia desatada por el terrorismo en los atentados que han tenido lugar en París, en que han muerto cientos de inocentes; pero también nos consterna la respuesta violenta por la que, asimismo, mueren otros inocentes.
Peor todavía cuando la violencia se alimenta de racionalismos fundamentados en criterios de prepotencia o aparente religiosidad.
Hay muchas otras manifestaciones de violencia que lleva a la muerte a inocentes: por ejemplo robos, secuestros, venganzas.
Porque algo han hecho contra nosotros y buscamos el desquite, nos hace entrar en esta escalada de violencia.

Ante el mandamiento de “no matar”, Jesús amplía y agudiza la perspectiva: “Si uno mata será condenado por el tribunal. Pues yo les digo: todo el que trate con coraje a su hermano será condenado por el tribunal” (Mateo 5,22). Por eso san Juan sentencia de esta manera: “No amar es quedarse en la muerte, odiar al propio hermano es ser un asesino”  (1Juan 3,15).
Oremos por la paz en el mundo entero. Oremos por la paz construyendo paz, dondequiera que estemos.  No nos dejemos llevar por el coraje y el odio. San Pablo nos recomienda: “no te dejes vencer por el mal, vence el mal a fuerza de bien” (Romanos 12,21).

Amemos, perdonando y pidiendo perdón. Amemos siempre a amigos y enemigos, oremos por los que nos persiguen, como nos dice Jesús “para ser hijos del Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos” (Mateo 5,45).
Para vencer la escalada de violencia, necesitamos orar y amar de manera extraordinaria.







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