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Entrevista completa

Cuando el avión parte me vienen las miradas de tanta gente...
El Papa Francisco con los periodistas que le acompañaban en el vuelo papal de regreso de Estados Unidos. 27 septiembre 2015


Por: Redacción Zenit / Elisabetta Piqué | Fuente: Zenit.org / lanacion.com.ar



El santo padre Francisco, como es habitual al concluir un viaje apostólico, conversó con los periodistas que le acompañaban en el vuelo papal de regreso de Estados Unidos. De este modo, el Papa respondió a preguntas durante más de 40 minutos, sobre la pederastia, el sacerdocio femenino, el inminente Sínodo de los Obispos y también de cuestiones más personales, como lo que siente cuando se va de los países que visita, tal y como han publicado los medios presentes en la rueda de prensa con el Pontífice.

ABUSOS SEXUALES A MENORES

Los abusos a menores están por todas partes, están en el entorno familiar, en el entorno vecinal, en las escuelas, en los gimnasios... pero “cuando un sacerdote comete un abuso es gravísimo porque la vocación del sacerdote es hacer crecer ese niño, esa niña, hacia el amor de Dios, hacia la madurez afectiva, o el bien. En vez de hacer eso lo ha impulsado al mal y por esto es casi un sacrilegio”. Asimismo, aseguró que los sacerdotes que abusan de menores traicionan la vocación. Es más, “también son culpables aquellos que han tapado estas cosas”, afirmó.

Sobre el perdón a estas personas que comete abusos, Francisco respondió que “si una persona ha hecho mal, es consciente de lo que ha hecho y no pide perdón, yo le pido a Dios que lo tenga en cuenta. Yo lo perdono, pero él no recibe el perdón. Está cerrado al perdón”. Y a propósito de las víctimas y sus familias que no logran perdonar o no quieren hacerlo, el Papa explicó que “los comprendo, rezo por ellos y no los juzgo”. Y contó que una vez, en una de estas reuniones con víctimas, una mujer le dijo que cuando su madre se enteró que habían abusado de ella “blasfemó contra Dios, perdió la fe y murió atea”. Por eso, el Papa aseguró que comprende a esa mujer y “Dios, que es más bueno que yo, la comprende. Y estoy seguro que a esa mujer Dios la ha recibido porque lo que fue manoseado, lo que fue destrozado, era su propia carne, la carne de su hija. Yo la comprendo”.

CRISIS MIGRATORIA



Por otro lado, Francisco habló de las barreras de alambre de espino que muchos países están construyendo para contener a los inmigrantes. En primer lugar, indicó que esta crisis es “el resultado de un proceso de años, porque las guerras de las que aquella gente huye son guerras de años. El hambre es hambre de años”. Y añadió que “todos todos los muros caen, hoy, mañana, o dentro de cien años, pero todos caen. No es una solución. El muro no es una solución”. Pero --observó-- con el diálogo entre países deben encontrarla.

PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA

A propósito de la firma de la paz entre las FARC y el Gobierno de Colombia, el Santo Padre señaló que cuando supo la noticia de que en marzo se va a firmar el acuerdo, pidió al Señor “haz que lleguemos a marzo, que se llegue con esta bella intención porque faltan pequeñas cosas pero la voluntad existe, de ambas partes”. Y añade que se quedó “contentísimo” y que se sintió parte “en el sentido que yo siempre quise esto”. Asimismo, recordó que habló tres veces con el presidente Santos sobre este problema y que la Santa Sede está muy abierta a ayudar como pueda.

CHINA

Respondiendo a una pregunta sobre las relaciones de la Santa Sede con China y la situación en este país, el Pontífice aseguró que “es una gran nación que aporta al mundo una gran cultura y tantas cosas buenas”. Y recordó que le “gustaría mucho ir a China” y que ama “al pueblo chino, lo quiero mucho”.



SACERDOCIO FEMENINO

El Papa fue muy claro sobre este tema: “eso no puedo hacerlo”. Recordó que el papa san Juan Pablo II, después de largos tiempos de reflexión, lo dejó dicho claramente. ¡No porque las mujeres no tengan la capacidad!

Asimismo, observó que en la Iglesia son más importantes las mujeres que los hombres, “porque la Iglesia es mujer. La Iglesia, no el iglesia. La Iglesia es la esposa de Jesucristo”. Y la Virgen --precisó-- es más importante que los Papas y los obispos, y que los curas. Pero, también reconoció que “nosotros estamos un poco con retraso en una elaboración de la teología de la mujer; debemos avanzar en esa teología”.

ÉXITO DE FRANCISCO Y VIAJES PAPALES

Yendo a cuestiones más personales, interrogado sobre su éxito y el hecho de que se ha convertido en “una estrella”, el Papa indicó que “las estrellas son bonitas para verlas” pero “el Papa debe ser el siervo de los siervos de Dios”.

A propósito de Estados Unidos, el Santo Padre aseguró que le han sorprendido “las miradas, el calor de la gente, tan amable, una cosa bella y también diferente”. Y también le impresionó mucho “el recibimiento en las ceremonias religiosas y también por la piedad, la religiosidad”.
Del mismo modo, contó que “cuando el avión parte después de una visita me vienen las miradas de tanta gente, me vienen las ganas de rezar por ellos”, y decirle al Señor: "Yo vine aquí para hacer algo, para hacer el bien. Tal vez hice mal, perdóname pero custodia toda esa gente que me ha visto, que ha pensado las cosas que yo he dicho, me ha escuchado, incluso los que me criticaron y por todos”.

 

A continuación, la transcripción de la entrevista a 10.000 metros de altura. Por Elisabetta Piqué. LA NACION:

-Fue su primera visita a Estados Unidos: ¿Qué le sorprendió y qué fue diferente?

-Sí, fue la primera visita, nunca estuve aquí. Me han sorprendido las miradas, el calor de la gente, tan amable, una cosa bella y también diferente. En Washington (tuve) un recibimiento caluroso pero un poco más formal, en Nueva York un poco extralimitado, y en Filadelfia, muy expresivo. Tres modalidades diversas, pero la misma acogida. Me ha impresionado mucho el recibimiento en las ceremonias religiosas y también por la piedad, la religiosidad. Se veía a la gente rezar y esto me impresionó mucho, mucho, era bello.

 

-¿Hubo algún desafío que no se esperaba?

-No, gracias a Dios, no. Todo fue bien, no hubo ninguna provocación, todos educados. Ningún insulto, no, ninguna cosa fea. No, no. Tenemos que continuar trabajando con este pueblo creyente y como han trabajado hasta ahora, acompañando al pueblo en el crecimiento de sus cosas buenas y en sus dificultades, acompañándoles en la alegría, en los momentos malos, en las dificultades, cuando no hay trabajo, en la enfermedad. El desafío de la Iglesia, ahora comprendo bien, es el de ser como ha sido siempre, cercana a la gente, cercana al pueblo de los Estados Unidos, con proximidad. No una Iglesia desapegada del pueblo, sino próxima. Este es un desafío que la Iglesia de los Estados Unidos ha entendido bien.

 

- Filadelfia tuvo momentos difíciles con abusos sexuales, es una herida abierta. Muchos en Filadelfia estaban sorprendidos porque en Washington ofreció palabras de consolación. ¿Por qué?

- En Washington le hablé a todos los obispos de los Estados Unidos. Sentí la necesidad de expresar la compasión porque pasó una cosa feísima. Y tantos sufrieron porque no sabían esto o cuando surgió la cosa sufrieron tanto, hombres de Iglesia, de oración, verdaderos pastores. Y yo dije que sabía que ellos -usé una palabra de la Biblia, del Apocalipsis: vosotros estáis viviendo de la gran tribulación- y eso es lo que sucedió, fue una gran tribulación, pero no solo el sufrimiento afectivo, es lo que he dicho hoy al grupo de las personas abusadas, fue no digo una apostasía, pero casi un sacrilegio.

Cuando los abusos, lo sabemos, están por todas partes, están en el entorno familiar, en el entorno vecinal, en las escuelas, en los gimnasios... Pero cuando un sacerdote comete un abuso es gravísimo porque la vocación del sacerdote es hacer crecer ese niño, esa niña, hacia el amor de Dios, hacia la madurez afectiva, o el bien. En vez de hacer eso lo ha impulsado al mal y por esto es casi un sacrilegio. Y él ha traicionado la vocación, la llamada del Señor, por esto la Iglesia no se debe encubrir.También son culpables aquellos que encubrieron estas cosas, también hay algunos obispos que han tapado esto. Es una cosa feísima y las palabras de consuelo no son decir: «quedáte tranquilo, no es nada». No, no, no. Ha sido así, pero ha sido tan feo. Me imagino que han llorado tanto que en ese sentido han sido esas palabras. Y hoy hablé duro.

 

-Usted ha hablado mucho del perdón, que Dios nos perdona y los que a menudo estamos pidiendo perdón somos nosotros. Hay muchos sacerdotes que han cometido abusos sexuales en perjuicio de menores y no han pedido perdón a sus víctimas. ¿Usted los perdona? Y por otra parte, ¿usted entiende a las familias que no logran perdonar, no quieren perdonar?

-Si una persona ha hecho mal, es consciente de lo que ha hecho y no pide perdón, yo le pido a Dios que lo tenga en cuenta. Yo lo perdono, pero él no recibe el perdón. Está cerrado al perdón. Una cosa es dar el perdón. Todos estamos obligados a perdonar porque todos fuimos perdonados, pero otra cosa es recibir el perdón y si ese sacerdote está cerrado al perdón no lo recibe porque él cerró la puerta con la llave desde adentro y lo que queda es rezar para que el Señor le abra esa puerta. O sea, para dar el perdón hay que estar dispuesto, pero no todos lo pueden recibir, lo saben recibir o no están dispuestos a recibirlo. Es duro lo que estoy diciendo y así se explica que haya gente que termine su vida dura, mal, sin recibir la caricia de Dios. ¿La segunda pregunta cuál era?

 

-¿Usted entiende a las víctimas y sus familias que no han logrado perdonar o no quieren perdonar?

-Si, los comprendo, rezo por ellos y no los juzgo. Una vez en una de estas reuniones me encontré con varias personas y una mujer me dijo que «cuando mi madre se enteró que me habían abusado blasfemó contra Dios, perdió la fe y murió atea». Yo la comprendo a esa mujer. La comprendo. Y Dios, que es más bueno que yo, la comprende. Y estoy seguro que a esa mujer cuando murió Dios la ha recibido porque lo que fue manoseado, lo que fue destrozado era su propia carne, la carne de su hija. Yo la comprendo. No juzga a alguien que no puede perdonar. Rezo y le pido a Dios porque Dios es un campeón en buscar caminos de solución. Pido que lo arregle.

 

- Ahora que hay un acuerdo histórico, por el proceso de paz en Colombia, entre las FARC y el gobierno, ¿usted se siente un poco parte de este acuerdo? Usted había dicho que iba a ir a Colombia cuando hubiese acuerdo, ahora muchos colombianos lo están esperando. Y otra pequeñita, usted ¿qué piensa cuándo pasó este viaje tan largo y el avión se va?

-La primera. Cuando tuve la noticia de que en marzo se va a firmar el acuerdo le dije al Señor: «Señor haz que lleguemos a marzo, que se llegue con esta bella intención porque faltan pequeñas cosas pero la voluntad existe, de ambas partes, de ambas partes». Existe. También en el pequeño grupo, por lo tanto están de acuerdo. Tenemos que llegar a marzo al acuerdo definitivo. Queda el punto de la justicia internacional. Yo me quedé contentísimo y me sentí parte en el sentido que yo siempre quise esto. Hablé tres veces con el presidente Santos sobre este problema, y la Santa Sede está muy abierta a ayudar como pueda.

Lo otro, esto es un poco personal pero debo ser sincero. Cuando el avión parte después de una visita me vienen las miradas de tanta gente, me vienen las ganas de rezar por ellos, decirle al Señor: «Yo vine aquí para hacer algo, para hacer el bien. Tal vez hice mal, perdóname pero custodia toda esa gente que me ha visto, que ha pensado las cosas que yo he dicho, que me ha escuchado, incluso los que me criticaron y por todos, siento esto». No sé, me viene. Perdóneme, es un poco personal. Esto no se puede decir en los periódicos.

 

- ¿Qué piensa de que muchos países están construyendo nuevas barreras de alambre de púas?

-Usted ha usado una palabra: crisis. Se convierte en un estado de crisis después de un proceso largo. Esto es el resultado de un proceso de años, porque las guerras de las que aquella gente huye son guerras de años. El hambre, es hambre de años. Cuando yo pienso en África, esto es un poco simplista, eh, pero lo digo como ejemplo. Pienso en África, el continente explotado y ahora vienen las guerras tribales, pero tienen detrás intereses económicos. Y yo pienso que antes de explotar un continente, un país, una guerra, se podrían hacer inversiones para que aquella gente tenga trabajo. Esto evitaría esta crisis. Es verdad, es una crisis de refugiados , como he dicho en el Congreso (de EEUU), nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial. Y usted me pregunta sobre las barreras. Usted sabe cómo terminan los muros. Todos, todos los muros caen, hoy, mañana, o dentro de cien años, pero todos caen. No es una solución. El muro no es una solución. En este momento Europa está en dificultad, es verdad. Debemos ser inteligentes porque viene toda aquella ola migratoria y no es fácil encontrar soluciones. Pero con el diálogo entre países deben encontrarlo. Los muros nunca son la solución. En cambio, los puentes sí. Siempre. Siempre. Eso es lo que pienso sobre los muros y las barreras. No son una solución. El problema permanece y permanece con más odio.

 

- Sabemos que no se puede anticipar el debate de los padres sinodales, pero queríamos saber si antes del Sínodo en su corazón de pastor quiere realmente una solución para los divorciados vueltos a casar. Queremos saber si su motu proprio sobre la facilitación de la nulidad ha cerrado este debate. ¿Qué responde a aquellos que temen que con esta reforma se ha llegado a la creación de facto del llamado divorcio católico?

-Empiezo por la última. En la reforma de los procesos he cerrado la puerta a la vía administrativa, que era la vía por la cual podía entrar el divorcio. Y se puede decir que aquellos que piensan en el divorcio católico se equivocan porque este último documento ha cerrado la puerta al divorcio que podía entrar por la vía administrativa. Siempre está la vía judicial.

Después, la reforma la habían pedido la mayoría de los padres sinodales en las reuniones del año pasado. Hacía falta agilizar los procesos. Había procesos que duraban diez, quince años. Una sentencia, y luego otra sentencia, y una apelación y otra apelación y no se terminaba nunca. La doble sentencia, cuando era válida, fue introducida por Benedicto XVI , porque en Centroeuropa, no digo el país, había algunos abusos, y para pararlos él introdujo la doble sentencia. Pero no es una cosa esencial al proceso. Los procesos cambian y la jurisprudencia cambia y se mejora siempre. Este documento, este motu proprio, facilita los procesos en el tiempo, pero no es un divorcio, porque el matrimonio es indisoluble cuando es sacramento, y esto la Iglesia no lo puede cambiar, es doctrina, es un sacramento indisoluble.

Los procesos legales son para probar que eso que parecía sacramento no lo era, por falta de libertad, por ejemplo, por falta de madurez, enfermedad mental. Son muchos los motivos. Un ejemplo, que ahora no es común, pero en ciertos sectores de la sociedad era común, en Buenos Aires: los matrimonios cuando la novia quedaba embarazada y tenía que casarse. Yo aconsejaba, casi prohibía, hacer el matrimonio en estas condiciones. Nosotros los llamamos los matrimonios de apuro. Y el niño nace, y algunos (matrimonios) salen bien, pero no hay libertad. Y después las cosas van mal, se separan y dicen «Me obligaron a casarme porque tenía que ocultar esta situación». Esto es causa de nulidad. Son muchas las causas, las pueden buscar en Internet. Después, el problema de los divorciados que están en nueva unión: ustedes lean lo que tienen, el Instrumentum Laboris (el instrumento de trabajo), eso se pone en discusión. Me parece simplista decir que se puede hacer la comunión. Lo que Instrumentum Laboris propone es tanto. También (está) el problema de las nuevas uniones, de los divorciados, no es el único. Por ejemplo, los jóvenes que no se casan, es un problema pastoral. Otro problema, la madurez afectiva. Otro problema, la fe, la preparación al matrimonio. Para hacerse cura hay una preparación de 8 años. Para casarse, que es para toda la vida, se hacen cuatro cursos. Hay algo que no va. El sínodo tiene que pensar en este problema. Pero me gustó la pregunta. No existe un divorcio católico, sino que no existió el matrimonio. Y si existió, es indisoluble.

 

- Usted visitó a las Pequeñas Hermanas de los Pobres, y nos dijeron que usted quería mostrar su apoyo para ellas y de su caso en la corte. Y usted también apoya a las personas, incluso funcionarios del gobierno, que por objeción de conciencia no llevarían adelante por ejemplo una legislación en favor del matrimonio homosexual. ¿Usted apoyaría también este tipo de reivindicaciones en el marco de la libertad religiosa?

-No puedo conocer todos los casos que pueden existir de objeción de conciencia. Pero sí puedo decir que la objeción de conciencia es un derecho que entra en cada derecho humano. Es un derecho. Y si una persona no permite hacer objeción de conciencia, niega un derecho. En cada estructura judicial debe entrar objeción de conciencia porque es un derecho, un derecho humano. En caso contrario, terminamos en la selección de los derechos: este es un derecho de calidad, este es un derecho de no calidad, este... Es un derecho humano, eh. A mi siempre, y esto va en mi contra, siempre me conmovió cuando de joven leí muchas veces La Chanson de Roland, cuando estaban todos todos los mahometanos en fila y delante estaba la pila bautismal, o la espada. Y tenían que elegir. No le estaba permitido la objeción de conciencia. No, es un derecho y si tenemos que hacer paz, hay que respetar todos los derechos.

 

-Incluyendo también a funcionarios gubernamentales...

- ¡Es un derecho humano! Si el funcionario de gobierno es una persona humana, tiene ese derecho. Es un derecho humano.

 

- En la ONU utilizó palabras muy fuertes para denunciar el silencio del mundo ante la persecución de los cristianos que son privados de sus casas, son privados de sus bienes, esclavizados y ademas brutalmente asesinados. Ahora el presidente Hollande anunció el inicio de bombardeos de parte de Francia contra las bases del sobre Estado Islámico, en Siria. ¿Qué piensa de esta acción militar?. ¿Por otra parte, también una curiosidad, el alcalde de Roma, Ignazio Marino, el alcalde del Jubileo, declaró que vino a la misa del Encuentro Mundial de Familias porque usted lo invitó. ¿Cómo fueron las cosas?

 

-Empiezo por la segunda: yo no invité al alcalde Marino ¿claro? No lo hice y le pregunté a mis colaboradores y ni siquiera ellos lo invitaron. Él se dice católico y vino espontáneamente. Es claro.

La otra sobre el bombardeo. En verdad tuve noticia la noticia antes de ayer y no leí, la verdad es que no conozco bien la situación. Escuché decir que Rusia tenía una posición, los Estados Unidos aún no estaba claro. La verdad, no sé que decirte, no entendí bien la cosa... Pero cuando escucho la palabra bombardeo, muerte, sangre, repito lo que dije en el Congreso y en las Naciones Unidas : hay que evitar estas cosas, pero no sé, la situación política no la juzgo porque no la conozco.

 

- ¿Qué piensa de las relaciones de la Santa Sede con China y sobre la situación en este país, que es bastante difícil también para la Iglesia católica?

- China es una gran nación que aporta al mundo una gran cultura y tantas cosas buenas. Yo dije una vez, en el avión cuando estábamos sobrevolando, volviendo de Corea que me gustaría mucho ir a China. Yo amo al pueblo chino, lo quiero mucho. Yo deseo que existan las posibilidades de tener buenas relaciones, buenas relaciones. Tenemos contactos, hablamos e ir adelante. Para mí tener un país amigo como China, que tiene tanta cultura y tanta posibilidad de hacer bien, sería una alegría.

 

- Por primera vez ha visitado Estados Unidos, ha hablado ante el congreso, ante Naciones Unidas, se ha llevado auténticos baños de multitudes. ¿Se siente más poderoso?. Y quería preguntarle también, porque le hemos escuchado destacar el papel de las mujeres, las monjas en EEUU, ¿veremos alguna vez sacerdotes en la Iglesia católica, como piden grupos en EEUU y como tienen otras iglesias cristianas?

-Las monjas en EEUU han hecho maravillas. En el campo de la educación, en el campo de la salud... El pueblo de EEUU ama a las monjas; no sé cuánto ama a los curas, pero a las monjas las ama, las ama mucho. Son buenas, son mujeres estupendas, estupendas. Cada una sigue a su congregación, sus reglas, hay diferencias... Pero son magníficas. Y por eso yo me he sentido en la obligación de agradecer todo lo que han hecho. Una persona importante del gobierno de EEUU me ha dicho en estos días: «Yo, lo que tengo de cultura, se lo debo primariamente a las monjas». Las monjas tienen escuelas en todos todos los barrios, ricos, pobres, trabajan con los pobres en los hospitales. Esta era la primera, de la tercera me acuerdo, ¿y la segunda cuál era?

 

-Si se siente poderoso después de haber estado en EE.UU. con esta agenda y de haber tenido tanto éxito

-Yo no sé si he tenido éxito o no. Pero yo tengo miedo de mí mismo. Porque me siento siempre débil, no sé, en el sentido de no tener el poder. También el poder es una cosa pasajera, hoy está y mañana no está. Es importante si tú con el poder puedes hacer el bien. Y Jesús ha definido el poder: el verdadero poder es servir. Hacer los servicios más humildes. Y yo tengo todavía que avanzar en este camino del servicio, porque siento que no hago todo lo que debo hacer. Ese es el sentido que yo tengo del poder. Y en tercer lugar, las mujeres sacerdotes. Eso no puedo hacerlo. El Papa San Juan Pablo II , después de largos largos tiempos de reflexión, lo dejó dicho claramente. ¡No porque las mujeres no tengan la capacidad! Mira que en la Iglesia son más importantes las mujeres que los hombres. Porque la Iglesia es mujer. La Iglesia, no "el" iglesia. La Iglesia es la esposa de Jesucristo. Y la Virgen es más importante que los papas y los obispos, y que los curas. Hay una cosa que debo reconocerte: nosotros estamos un poco con retraso en una elaboración de la teología de la mujer; debemos avanzar en esa teología. Eso sí es verdad.

 

- En EE.UU. usted se ha convertido en una estrella. ¿Es bueno para la Iglesia que el papa sea una estrella?

- ¿Tú sabes cuál era el título que usaban los papas y que se debe usar? Siervo de los siervos de Dios. Es un poco diferente de una estrella. Las estrellas son lindas para verlas. A mí me gusta mirar cuando el cielo está sereno, en verano... Pero el Papa debe ser, debe ser, el siervo de los siervos de Dios. Sí, en los medios de comunicación se usa esto, pero hay otra verdad: cuántas estrellas hemos visto que después se apagan y caen. Es una cosa pasajera. En cambio, ser el siervo de los siervos de Dios es bueno; eso no pasa. No sé, así lo pienso.







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