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Hermanas de las Misericordia de las Américas
Las Hermanas de la Misericordia son mujeres que comprometen sus vidas a servir al pueblo de Dios, especialmente a los enfermos, los pobres y a los que le falta la educación


Por: Catholic.net | Fuente: www.sistersofmercy.org



Espiritualidad de la Misericordia: Servicio y Oración Unidos

"Sobre todo, la oración ferviente y constante." -- Catalina McAuley

Catalina McAuley llamó a sus seguidores al ritmo desafiante de la contemplación y la acción. Cuando se le pidió que describiera las cualidades necesarias en una mujer que buscara ser miembro de las Hermanas de la Misericordia, ella sencillamente respondió: "... un deseo ardiente de estar unida a Dios y de servir a los pobres."

Catalina consideraba la oración y el servicio como dimensiones complementarias de la espiritualidad. Esta enseñanza se encuentra repetida una y otra vez en sus cartas e instrucciones:

"El tiempo dedicado a la oración... debemos considerarlo como empleado en obtener gracia, fortaleza y ánimo sin los cuales todos nuestros esfuerzos serían en vano."

Estos "esfuerzos" son las expresiones prácticas de la Misericordia a las cuales somos llamadas. Estas buenas obras son el florecer externo del espíritu de la oración que arraigan y dan energía a la vocación de la Misericordia.

Un elemento central de la espiritualidad personal de Catalina era su devoción a Jesús, especialmente en su pasión. En la regla de vida para la comunidad de la Misericordia escribió que la congregación fue "fundada en el Calvario, para allí servir al Redentor crucificado." Esta devoción fluye de nuestra gratitud por el amor personal y salvador de Jesús.

Adaptado del texto: Hermanas de la Misericordia, por Helen Marie Burns, RSM y Sheila Carney, RSM. 1996


Misión

Las Hermanas de la Misericordia son mujeres que comprometen sus vidas a servir al pueblo de Dios, especialmente a los enfermos, los pobres y a los que le falta la educación. En el espíritu del Evangelio, nuestra misión es ayudar a las personas a sobreponerse a los obstáculos que les impiden vivir vidas con plenitud y dignidad. Una vida de oración y comunidad nos anima y nos apoya en nuestra misión.

Animadas por el Evangelio y la pasión de Catalina McAuley por los pobres, nosotras, Hermanas de la Misericordia de las Américas, somos impulsadas a comprometer nuestras vidas y nuestros recursos para actuar en solidaridad con:

- los empobrecidos del mundo, especialmente las mujeres y los niños;
- las mujeres que buscan plenitud de vida e igualdad en la Iglesia y la sociedad;
- unas y otras al abrazar nuestra realidad multicultural e internacional;.

Este compromiso nos impulsará a

- desarrollar y actuar desde una perspectiva multicultural e internacional;
- hablar con una voz corporativa;
- trabajar por el cambio sistémico;
- practicar la no violencia;
- actuar en armonía e interdependencia con toda la creación; y
llamarnos mutuamente a una conversión continua en nuestra manera de vivir y en nuestros ministerios.

Obras Espirituales y Corporales de Misericordia

"Las obras espirituales y corporales de misericordia que sustrae a las religiosas de una vida de contemplación, en lugar de separarlas del amor de Dios, las unen más cercanamente a Él y aumentan el valor de ellas en su santo servicio". Catalina McAuley

Las obras corporales de misericordia son:
- Alimentar al hambriento;
- Dar de beber al sediento;
- Vestir al desnudo;
- Acoger al extranjero;
- Visitar al enfermo;
- Visitar al preso;
- Enterrar al muerto.

Las obras espirituales de misericordia son:
- Instruir al que no sabe;
- Aconsejar al incierto;
- Amonestar al pecador;
- Soportar los males con paciencia;
- Perdonar las ofensas voluntariamente;
- Consolar al afligido;
- Rezar por los vivos y los muertos.


Historia de la Misericordia

Catalina McAuley, una mujer laica católica irlandesa, reconoció las grandes necesidades de la gente económicamente pobre durante el siglo diez y nueve en Irlanda y decidió que ella y otras mujeres como ella podían hacer muchas cosas para aliviar su sufrimiento. Usando una herencia, estableció la primera Casa de Misericordia en la Calle Baggot Baja en Dublín, Irlanda, el 24 de septiembre de 1827 como un lugar para ofrecer refugio, alimento y educación a mujeres y niñas.

La intención original de Catalina era reunir a un grupo de trabajadoras sociales católicas. Impresionado por su buena obra y deseoso de que la obra continuara después de la muerte de Catalina, el Arzobispo de Dublín sugirió que ella estableciera una congregación religiosa.
El 12 de diciembre de 1831, Catalina y dos compañeras tomaron sus votos y regresaron a la Calle Baggot como las primeras Hermanas de la Misericordia.




CONTACTO

Puedes escribirles aquí:
Hermanas de la Misericordia

Conoce su página web: Hermanas de la Misericordia




 

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