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La unidad de los cristianos es una meta hacia la que debemos ir irrenunciablemente
Entrevista al Catholicos armenio apostólico Aram I, acerca de la situación actual en Armenia y Oriente Medio


Por: Gianni Valente | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it



Los filósofos griegos decían que ni siquiera Dios podía cambiar el pasado. Y la reacción de Turquía ante las palabras de Papa Francisco sobre el genocidio de los armenios deja ver un intento para ocultar y cancelar un exterminio planificado del que existen pruebas documentales inconfutables. Lo explicó a Vatican Insider el Catholicos armenio apostólico Aram I, Catholicos armenio de la Gran Casa de Cilicia, mientras continúan las reacciones turcas contra las frases que pronunció el obispo de Roma durante la liturgia del domingo pasado. Según el líder del Catholicosato de la Gran Casa de Cilicia, que participó en la ceremonia en la Basílica de San Pedro, los cristianos occidentales deben manifestar en esta época, «de forma tangible y concreta», su cercanía con los cristianos del Medio Oriente. Pero, añade Aram I, «no estoy diciendo que es necesario promulgar nuevas Cruzadas. Nosotros estamos en contra de esto».

 

Santidad, Turquía reaccionó con virulencia a las palabras del Papa sobre el genocidio armenio. ¿Tiene legitimidad esta reacción?

La dinámica de la reacción nunca es buena, y no lleva nunca a las personas por la vía de una solución positiva de los problemas. Si Turquía quiere afrontar seriamente la cuestión del genocidio armenio, debe dejar a un lado sus reacciones y tomar la iniciativa. Tarde o temprano, tendrá que reconciliarse con la propia historia. Y si esto sucede, también habrá una reconciliación con el pueblo armenio. Porque pueden existir interpretaciones y profundizaciones sobre muchos eventos individuales. Pero el genocidio armenio no es ninguna ficción. Es historia, y nadie puede negar o cambiar la historia.

 



Turquía dice que no se puede usar la palabra genocidio, que surgió en el lenguaje jurídico internacional en 1948...

Del genocidio armenio hay prueba inconfutables. Están los documentos, las verificaciones, los testimonios de testigos oculares, los informes de los diplomáticos de la época. Y las investigaciones de legiones de historiadores, en su mayoría no armenios. Todos dicen lo mismo: fue un verdadero genocidio. Y la intención fue genocidiaria. Querían exterminar al pueblo armenio, cancelar de la historia y de los mapas todo lo que fuera armenio. La diáspora armenia es enorme. En la nación que se llama Armenia actualmente hay 3 millones de habitantes, mientras otros 8 millones viven en diferentes países. ¿Quién creó esta diáspora? No decidimos nosotros convertirnos en una diáspora. Incluso la diáspora armenia es en sí una constatación de lo que fue un genocidio en el sentido real y también jurídico de la palabra.

 

También las reacciones turcas recurren al arsenal del enfrentamiento religioso entre el islam y el cristianismo. Dicen que el Papa hizo una discriminación al hablar solo de los sufrimientos de los armenios cristianos, ignorando a los turcos musulmanes...

Yo creo que tratan, deliberadamente, de plantear la cuestión en un marco erróneo, discutible y peligroso. Lo que les sucedió a los armenios, en el genocidio, no fue planificado porque los armenios fueran cristianos. Lo que lo provocó fue la ideología panturca, el panturanismo que inspiraba las estrategias políticas y los planes de los Jóvenes Turcos. Y los armeniso eran el mayor obstáculo para llevar a cabo ese proyecto turco concentrado en la afirmación de la etnicidad turca. La simple presencia de los armenios era un obstáculo para este proyecto. Por ello planearon el genocidio. EL factor religioso, como máximo, sirvió de instrumento ideológico. Y ahora lo hacen también: están usando la religión, tratando de irritar la actual hipersensibilidad en las relaciones entre el islam y el cristianismo. Y esto es inaceptable.



 

El Medio Oriente sufre por conflictos sectarios. Usted que vive allí, ¿ha comprendido qué es lo que está pasando verdaderamente?

Hay muchos factores que han llevado a la situación en la que nos encontramos. Está el conflicto entre chiitas y sunitas. Y luego hay muchas naciones guiadas por regímenes dictatoriales, y la gente está cansada de vivir bajo estos regímenes opresivos. En muchos países hay problemas económicos tremendos, con pequeñas minorías muy ricas rodeadas de masas de miserables, y esto crea tensiones entre los que tienen demasiado y los que no tienen nada.

 

Y luego están los flujos de armas y dinero, como dice el Papa.

¡Claro! Esta gente se mata con armas. ¿Quién se las dio? Ellos responden que las compraron... y entonces, ¿quién les dio el dinero? En este contexto, a menudo los que pagan un mayor precio son los cristianos, pocos e inermes. Pero seguimos siendo una parte integral e inseparable de las sociedades del Medio Oriente. Algunos cristianos se han ido, pero otros se han quedado. Y las Iglesias comparten la decisión de pedir a los cristianos que se queden. El cristianismo no puede ser presentado por nadie como un elemento extranjero en un país en el que vivimos desde siempre.

 

¿Qué puede ayudar a los cristianos a superar este tiempo de prueba?

Conociendo todos los problemas y las necesidades de nuestros pueblos, nos damos cuenta de que muchas urgencias van simplemente mucho más allá de lo que puede hacer la Iglesia. Debemos ser realistas. No podemos resolver nosotros todos nuestros problemas. Por ello, el enfoque posible y necesario es un enfoque pastoral. Acompañar a nuestro pueblo, tratar de estar con él, ayudarlo a permanecer unido en medio de los problemas en los que está sumergido. Por otra parte, en este momento la solidaridad de nuestros hermanos y hermanas que viven en el Occidente y en todo el mundo es muy importante. Es tiempo de que la Iglesia en Occidente exprese de manera más concreta y tangible su cercanía con los cristianos del Medio Oriente.

 

Hasy quienes, en nombre de la defensa de los cristianos, proponen y justifican incluso posibles intervenciones militares...

No estoy diciendo que sea necesario promulgar nuevas Cruzadas. Nosotros estamos en contra de esto. Es necesario encontrar vías cristianas para expresar la cercanía a los cristianos del Medio Oriente. Debemos evitar los dos extremos. El extremo de los que se agitan y dicen que hay que hacer algo e ir al Medio oriente para proteger a los cristianos. Y el extremo opuesto, del inmobilismo que se convierte en indiferencia. Todos deben ver que los cristianos en el Medio Oriente no han sido abandonados. Que son parte de una sola Iglesia de Cristo, que forman parte del único Cuerpo de Cristo. Y este mensaje debe ser enviado a los líderes políticos y religiosos del Medio Oriente. Y este mensaje debe ser enviado por líderes religiosos y políticos de Occidente. No se trata de hacer presiones ni de usar lenguajes amenazadores, sino decir: nosotros somos hermanos, vivimos en diferentes partes del mundo, pero pertenecemos los unos a los otros, y nos queremos los unos a los otros. Porque todos pertenecemos a Cristo. Este sentido de comunión puede ser expresado de formas diferentes. Es lo que está haciendo el Papa.

 

Y a nivel político, qué deben hacer las potencias regionales y globales?

Si las potencias occidentales quieren ser serias en relación con el Medio Oriente, deben ayudar a los pueblos y a los líderes políticos y religiosos a comprometerse en procesos de construcción nacional. Y para ello deben repetirles que cada ciudadano, cristiano o musulmán, es igual ante la ley, y que tiene los mismos derechos y responsabilidades.

 

Papa Francisco ha hablado muchas veces sobre el ecumenismo de la sangre. Mientras tanto los cristianos del Medio Oriente siguen divididos. ¿Cuáles son los obstáculos que impiden la plena comunión, incluso sacramental, entre quienes comparten la misma fe?

La unidad de los cristianos para nosotros es una meta hacia la que debemos ir irrenunciablemente. Estamos involucrados en un diálogo teológico alrededor de temas controvertidos que en el pasado provocaron la división, para verificar si mediante un proceso se puede llegar a una convergencia. Y luego está el nivel de la vida cotidiana. Hay muchos campos y muchas cuestiones en los que las Iglesias pueden actuar juntas y expresar, ahora, su unidad.

 

Por ejemplo...

Le propuse al Papa que podía ser una buena idea fijar una fecha común para celebrar a los mártires cristianos. El día de todos los mártires, como celebramos el día de todos los santos. Y luego, encontrar cada año una fecha común para celebrar la Pascua, y acabar de una vez con la celebración separada entre las Iglesias que siguen el calendario juliano y el gregoriano. La Iglesia armenia es una Iglesia flexible, abierta, ecuménica. Una Iglesia que desea verdaderamente la unidad visible de las Iglesias.

 

¿Cómo puede ayudar el Papa en esto?

Me gusta mucho el estilo que Papa Francisco ha dado a su ministerio pontificio. Cuando me reuní con él por primera vez, el año pasado, le dije que en muchos aspectos nuestras Iglesias, las Iglesias más antiguas, y particularmente las Iglesias católicas y ortodoxas, se han institucionalizado demasiado. Y la institución acaba por mantener a la Iglesia en límites congelados. Pero la Iglesia es esencialmente la comunidad que reza y confesa la fe en Cristo. Por esto me ha dado mucho consuelo lo que el Papa ha comenzado a hacer. Y creo firmemente que esta es nuestra responsabilidad común. El título de uno de mis libros es “For a Church beyond its Walls”, “Para una Iglesia más allá de sus Muros”. Y esto puede favorecer un tipo de ecumenismo concentrado en el pueblo de Dios, y orientado hacia el pueblo de Dios. El ecumenismo al que estamos acostumbrados está hecho de instituciones, comités, programas de los que se ocupan personas seleccionadas. Yo creo que nosotros debemos desarrollar nuevos modelos y estilos de ecumenismo, con metodologías que ayuden a que el ecumenismo sea confiable e incisivo. Creo que tenemos que trabajar todos juntos en esto, incluidos los cristianos protestantes.

 

Usted vive en Líbano. Un país que, hasta ahora, no se ha visto afectado por las convulsiones de la región.

Líbano es un país de comunidades. Hay 18 comunidades religiosas y étnicas. Hay divisiones entre partidos, orientaciones políticas... Cuando en una familia hay muchos hijos, puede implicar ciertos problemas. Nosotros somos como una familia con 18 hijos. Pero todos los hijos sabemos que pertenecemos a una sola familia. Y esta familia se llama Líbano.

 







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