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El canto de la saeta
Este canto, en su origen, fue un rezo en voz alta dirigido a la Virgen María o a Jesús, pidiendo ayuda o alguna gracia


Por: Varios | Fuente: Wikipedia / Otros



La saeta es un canto religioso tradicional interpretado fundamentalmente en las procesiones de Semana Santa en España, especialmente en Andalucía y algunas zonas de Extremadura, Castilla La Mancha y Murcia.

En el siglo XIX, Antonio Machado Álvarez definía las saetas como "cancioncillas que tienen por principal objeto traer a la memoria del pueblo, especialmente en los días del Jueves y Viernes Santos, algunos pasajes de la pasión y muerte de Jesucristo (...) coplas disparadas a modo de flechazos contra el empedernido corazón de los fieles".

Las saetas cantadas actualmente son las llamadas saetas flamencas, que supusieron una transformación producida a finales del siglo XIX, a partir de otras primitivas saetas, más cortas y sobrias de estilo, que aún se pueden oír en algunos pueblos andaluces. La saeta flamenca presenta dos variantes principales: la saeta por seguiriyas, que es la más extendida, llamada de este modo porque su carácter y modo musical recuerda a la seguiriya flamenca; la otra es la saeta carcelera, de carácter algo más alegre.

La saeta se canta al paso de las imágenes de una procesión de Semana Santa, frecuentemente desde un balcón bajo. Al comenzar a oírse, y mientras los asistentes buscan el lugar de donde proviene la voz, el capataz del paso manda parar a la cuadrilla de costaleros. El saetero puede ser contratado por alguien de la cofradía titular de la imagen o ser un devoto espontáneo de la imagen deseoso de mostrar su devoción, o su arte. Las saetas son frecuentes al paso de las imágenes por su barrio, unas veces apagadas por el ruido ambiental o por la banda de música y otras en medio del silencio, representan una combinación confusa de sentimiento, arte y devoción.

Aunque el origen musical de las primitivas saetas es incierto, se les atribuye una raíz árabe relacionado con las llamadas a la oración de los almuédanos de las mezquitas andaluzas complementada por cantos judíos (salmodias sefardíes) y estructuradas por los cantos procesionales cristianos de los misioneros franciscanos en los siglos XVI y XVII, quienes llamaban saetas a "los avisos y sentencias que en forma de coplillas recitaban o cantaban por las calles en determinados momentos de sus misiones". Esta visión del parentesco entre la saeta y determinados cantes religiosos orientales ha sido recalcada por la etnografía comparada. A principios del siglo XX, la saeta tradicional se transforma hacia la llamada saeta flamenca, un canto a solo muy elaborado y de extrema dificultad interpretativa. La edad de oro de la saeta, se produce en el primer tercio del siglo XX, tras el cual vino una crisis que no terminó hasta la llegada de Caracol y Antonio Mairena. Durante la década de los ochenta se entró en otra etapa de desconcierto, de la que Mairena comentaba: "Se están perdiendo, se están perdiendo... Ahora todo el mundo las canta igual".



Este canto, en su origen, fue un rezo en voz alta dirigido a la Virgen María o a Jesús, pidiendo ayuda o alguna gracia. Las saetas tienen su origen en el folclore andaluz.

Imagen:

La saeta es un cuadro realizado en 1918 por el pintor español Julio Romero de Torres. Sus dimensiones son de 180 × 177 cm.

En este cuadro, Romero de Torres, resume parte de la Semana Santa de Córdoba, uniendo los pasos de la Virgen de los Dolores y el Cristo de Gracia, también conocido como "el Esparraguero", en un paisaje imaginario de la ciudad.

Se conserva en la Colección Cajasur, Córdoba.



 

Así son las saetas en la actualidad (video)







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