Boletín semanal
Sugerencias para la Liturgia: Tercer domingo de Cuaresma, ciclo B
Por: Varios | Fuente: Catholic.net
Con el fin de actualizar nuestros servicios y así dar un apoyo más completo a la liturgia dominical, ofrecemos en un solo boletín semanal cuatro medios que pueden ser auxiliares para la celebración de la Santa Misa y de gran utilidad para vivir más profundamente la Palabra del Señor el domingo.
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Índice:
1. Lecturas de la Misa para el tercer domingo de Cuaresma ciclo B
2. Sugerencias para la homilía del Domingo 3o. de Cuaresma (ciclo b)
3. Lectio Divina: Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna
4. Moniciones para el III Domingo de Cuaresma - Ciclo B
- Primera lectura: Éx 20, 1-17
1Entonces pronunció Dios todas estas palabras diciendo:2«Yo, Yahveh, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre.3No habrá para ti otros dioses delante de mí.4No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra.5No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian,6y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos.7No tomarás en falso el nombre de Yahveh, tu Dios; porque Yahveh no dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso.8Recuerda el día del sábado para santificarlo.9Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos,10pero el día séptimo es día de descanso para Yahveh, tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad.11Pues en seis días hizo Yahveh el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo Yahveh el día del sábado y lo hizo sagrado.12Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar.13No matarás.14No cometerás adulterio.15No robarás.16No darás testimonio falso contra tu prójimo.17No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo.»
- Salmo responsorial: Salmo 19:8-11
8La ley de Yahveh es perfecta, consolación del alma, el dictamen de Yahveh, veraz, sabiduría del sencillo.9Los preceptos de Yahveh son rectos, gozo del corazón; claro el mandamiento de Yahveh, luz de los ojos.10El temor de Yahveh es puro, por siempre estable; verdad, los juicios de Yahveh, justos todos ellos,11apetecibles más que el oro, más que el oro más fino; sus palabras más dulces que la miel, más que el jugo de panales.
- Segunda lectura: 1Cor 1, 22-25
22Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría,23nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles;24mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.25Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres.
- Evangelio: Jn 2, 13-25
13Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.14Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos.15Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas;16y dijo a los que vendían palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado.»17Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu Casa me devorará.18Los judíos entonces le replicaron diciéndole: «Qué señal nos muestras para obrar así?»19Jesús les respondió: «Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré.»20Los judíos le contestaron: «Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»21Pero él hablaba del Santuario de su cuerpo.22Cuando resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús.23Mientras estuvo en Jerusalén, por la fiesta de la Pascua, creyeron muchos en su nombre al ver las señales que realizaba.24Pero Jesús no se confiaba a ellos porque los conocía a todos25y no tenía necesidad de que se le diera testimonio acerca de los hombres, pues él conocía lo que hay en el hombre.
Por: P. Octavio Ortíz | Fuente: Catholic.net
- Nexo entre las lecturas
"Nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (segunda lectura). En esta frase veo resumido el mensaje central de los textos litúrgicos de este domingo tercero de cuaresma. Fuerza y sabiduría de Dios que superan y perfeccionan la fuerza y sabiduría del Decálogo (primera lectura). Fuerza y sabiduría de Dios que instauran un nuevo templo y un nuevo culto, situado no ya en un lugar, cuanto en una persona (Él hablaba del templo de su cuerpo): la persona de Cristo crucificado, muerto y resucitado en quien la relación entre Dios y el hombre alcanza su plenitud y su paradigma.
- Mensaje doctrinal
1. Jesucristo, sabiduría de Dios. La revelación de Dios es un largo y progresivo camino de sabiduría divina. Esa sabiduría se revela adaptándose a los eternos designios de Dios, pero también al desarrollo espiritual y humano de los hombres. Esto no es imperfección de Dios, sino condescendencia, aceptación de la historicidad del ser humano con todos los condicionamientos que ella comporta. Después de largos siglos en que la sabiduría divina se fue manifestando en enseñanzas, instituciones, profetas y sabios, la sabiduría de Dios se encarna en Jesús de Nazaret, pero con caracteres bastante diversos a lo esperado. Jesús dirá que no ha venido a abolir la ley sino a perfeccionarla, por eso no basta el decálogo con su amor a Dios y al hombre, es necesario añadir que se trata de amar a Dios en su misterio trinitario revelado por Jesucristo, y de amar al prójimo, incluso si es nuestro enemigo. Jesús, como nuevo templo, interioriza el culto cristiano, fundado no en sacrificios ni ritos externos, sino en la acción del Espíritu de súplica, alabanza y adoración. Tanto en uno como en otro caso, se trata de una sabiduría que mana del Espíritu de Dios, no obra del hombre ni de sus capacidades superiores.
2. La cruz, sabiduría de Cristo y del Cristiano. La sabiduría de Jesucristo brilla con una fuerza particular en la locura de la cruz. La cruz era el objeto más horrible a los ojos de un buen romano, y para un piadoso judío era signo de maldición divina. Para los contemporáneos de Jesús el escándalo debió de ser mayúsculo. ¡A quién se le ocurre hacer de la cruz el signo más elocuente de la sabiduría de Dios y del cristianismo! Ciertamente no a los hombres, pero se le ocurrió a Dios. Ante la figura de Cristo crucificado, la sabiduría humana o cae de rodillas en actitud de reconocimiento de una ciencia misteriosa y superior, o se rebela y sucumbe bajo el peso insoportable de algo que sobrepasa el humano razonamiento. Desde hace veinte siglos Jesús sigue proclamando desde el Gólgota que el madero de la cruz es el verdadero árbol de la ciencia del bien y del mal, de la ciencia de la vida. Los cristianos hemos de ser muy conscientes de que en la cruz está nuestra verdadera sabiduría, y que hemos de anunciar a todos el Evangelio de la cruz, el evangelio del sufrimiento.
3. La potencia de Cristo crucificado. Ningún crucificado antes de Cristo pudo hacer de la cruz su trono y su cetro. Solamente Cristo ha podido llevar a cabo esa transformación tan imposible: ha cambiado el signo de ignominia en signo de poder. Para los que creemos, en efecto, la cruz es potencia de Dios. El decálogo era signo del pacto entre el Dios soberano e Israel su vasallo; el templo, con su imponente grandiosidad de edificio, de rito y de sacrificio, era signo del poder y trascendencia de Dios. Con Jesús la omnipotencia de Dios se hace patente en la debilidad de la carne, en la maldición de un madero, en la humana ignominia de un crucificado. Los hombres, generación tras generación, somos reacios a entender un poco al menos este gran misterio. Quienes se dejan seducir por él y en él entran por la fe y la humildad, logran para sí la auténtica sabiduría y son capaces de despertar el interés por ella en los demás.
- Sugerencias pastorales
1. Sólo se puede volar con dos alas. El hombre contemporáneo tiene un confianza sin límites en la inteligencia científica, por el hecho mismo de que ve las grandes conquistas a las que ha llegado: en el mundo astronómico, en la técnica biogenética, en la electrónica, y en cualquier forma del saber empírico. La inteligencia humana abarca otros aspectos, que necesitan un desarrollo, como la inteligencia filosófica, o la moral o la religiosa. Desgraciadamente la inteligencia en estos campos en vez de aumentar, ha ido disminuyendo en los últimos lustros. ¡Es un grande déficit en la vida y en la formación del hombre actual! Precisamente porque la inteligencia filosófica, moral o religiosa preparan o facilitan el camino hacia la fe, mientras que la científica no pocas veces lo obstaculiza o peor todavía lo liquida. Es verdad que la sola inteligencia no hace creyentes, se requiere de la fe. Pero sin el soporte de una verdadera inteligencia, la fe se convierte en fideísmo, al igual que la inteligencia sin el complemento de la fe se convierte en puro intelectualismo o en positivismo científico. ¿Cuál es tu mentalidad, la de tus familiares y vecinos? ¿Aceptas la fe como verdadera ciencia de Dios al servicio del bien del hombre? ¿Qué podemos hacer los fieles cristianos para volar, en las tareas de cada día, con las dos alas de la fe y de la razón? ¿No hay muchos cristianos que pretenden volar sólo con un ala? ¡Empresa imposible!
2. El decálogo de la oración. Jesucristo en el evangelio supera el culto ritual del templo, y lo sitúa en el interior del hombre. En 1973 el Papa Pablo VI propuso a los fieles que le escuchaban el decálogo de la oración, una manera práctica de vivir el culto interior y de expresarlo de modo adecuado a nuestro tiempo.
1) Aplicar de modo fiel, inteligente y diligente la reforma litúrgica.
2) Hacer una catequesis filosófica, bíblica, teológica, pastoral, sobre el culto divino.
3) No apagar el sentimiento religioso al revestirlo de nuevas y más auténticas expresiones espirituales.
4) La familia debe ser la gran escuela de piedad, de espiritualidad, de fidelidad religiosa.
5) Considerar el precepto festivo no sólo un deber primario, sino sobre todo un derecho, una necesidad, un honor, una fortuna.
6) Si está permitida una cierta autonomía en la práctica religiosa en grupos distintos, no debe faltar la comprensión del genio eclesial, es decir de ser pueblo, una sola alma socialmente unida, de ser Iglesia.
7) El desenvolvimiento de las celebraciones litúrgicas es siempre un acto de gran seriedad, que se debe preparar y realizar con gran esmero.
8) Los fieles colaboran al fiel cumplimiento del culto sagrado con su silencio, compostura, y sobre todo con su participación.
9) La plegaria tenga sus dos momentos propios de plenitud: el personal y el colectivo.
10) El canto, a través del cual se expresa la riqueza espiritual de los fieles cristianos.
Este decálogo sigue siendo actualísimo después de casi treinta años. El cumplimiento de este decálogo será renovador y enriquecerá la vida espiritual de cada cristiano, de los grupos, de las parroquias.
Por: P. Martín Irure | Fuente: Catholic.net
Jn 2, 13-25
1. INVOCA
El Señor te va a decir su Palabra. Prepara tu ánimo para escucharle. Haz el silencio exterior e interior. El Espíritu está listo para descubrirte el sentido de la Palabra de hoy y para animarte a vivirla. Reza la invocación Veni, Sancte Spiritus: Ven, Espíritu Santo, te abro la puerta, entra en la celda pequeña de mi propio corazón, llena de luz y de fuego mis entrañas, como un rayo láser opérame de cataratas, quema la escoria de mis ojos que no me deja ver tu luz. Ven. Jesús prometió que no nos dejaría huérfanos. No me dejes solo en esta aventura, por este sendero. Quiero que tú seas mi guía y mi aliento, mi fuego y mi viento, mi fuerza y mi luz. Te necesito en mi noche como una gran tea luminosa y ardiente que me ayude a escudriñar las Escrituras. Tú que eres viento, sopla el rescoldo y enciende el fuego. Que arda la lumbre sin llamas ni calor. Tengo la vida acostumbrada y aburrida. Tengo las respuestas rutinarias, mecánicas, aprendidas. Tú que eres viento, enciende la llama que engendra la luz. Tú que eres viento, empuja mi barquilla en esta aventura apasionante de leer tu Palabra, de encontrar a Dios en la Palabra, de encontrarme a mí mismo en la lectura. Oxigena mi sangre al ritmo de la Palabra para que no me muera de aburrimiento. Sopla fuerte, limpia el polvo, llévate lejos todas las hojas secas y todas las flores marchitas de mi propio corazón. Ven, Espíritu Santo, acompáñame en esta aventura y que se renueve la cara de mi vida ante el espejo de tu Palabra. Agua, fuego, viento, luz. Ven, Espíritu Santo. Amén. (A. Somoza)
2. LEE LA PALABRA DE DIOS Jn 2, 13-25 (Qué dice la Palabra de Dios)
Contexto bíblico
En el relato de la boda de Caná, Jesús transforma el agua en vino. Con este signo, el evangelista Juan anuncia la sustitución de la Alianza antigua por la Nueva.
En el relato de hoy, Jesús comienza el primer ciclo de su actividad: sustituir las instituciones que pertenecían a la Antigua Alianza. La primera será el templo, centro religioso y símbolo nacional de Israel. Este texto denuncia la corrupción del templo y, en consecuencia, la del culto a Dios.
Texto
- 1. En el templo se encontró con los vendedores (v. 14)
Jesús no se encuentra en el templo con adoradores de Dios ni peregrinos que buscan a Dios. Sólo hay comercio. La fiesta era un medio de lucro para las autoridades religiosas.
Jesús ocupa el centro de la actuación y del relato. Según Juan, Jesús comienza su vida pública en la capital, en el templo y en una gran festividad: la Pascua. Es la ocasión propia para impartir una gran lección.
- 2. Echó fuera del templo a todos (v. 15)
Jesús, al estilo de los grandes profetas, condena con este gesto valiente, la falsedad de aquello que llamaban "culto a Dios". Un culto hipócrita que no conducía al cambio de la vida sino a la explotación de los devotos peregrinos.
Al expulsar del templo a todos los animales, materia de los sacrificios, declara con esto que tales sacrificios son inútiles y que el culto ofrecido, a base de animales, está abolido. Jesús va más allá que los profetas, que proponen la reforma de los sacrificios, no la abolición.
- 3. No conviertan la casa de mi Padre en un mercado (v. 16)
Jesús actúa como Hijo, cuando afirma "mi Padre". Pues es Él quien representa de verdad al Padre en el mundo. Así declara que Él es el Mesías, de acuerdo al salmo 2, 7: Tú eres mi hijo.
La casa del Padre la han convertido en casa de negocios. El culto se ha convertido en un pretexto y ocasión para el lucro. Esto es intolerable, pues también ante los sencillos, bajo el nombre de Dios, se cometen muchos abusos. El templo era y sigue siendo el lugar donde Dios manifiesta su gloria. Y los hombres lo convertimos en lugar de negocio.
Al llamar a Dios mi Padre, Jesús pone al mismo Dios, no sólo en el templo sino en la misma vida familiar, en donde se utiliza esa palabra refiriéndose al progenitor. La relación con Él ya no es de temor sino de amor.
- 4. Destruyan este templo y en tres días yo lo levantaré de nuevo (v. 19)
Es la frase y mensaje central de este texto o perícopa. Jesús se presenta como el verdadero templo donde Dios habita. Jesús reemplaza el gran templo de Jerusalén por sí mismo, lugar definitivo de la presencia de Dios entre los hombres.
La señal que Jesús les da es la destrucción (la muerte) de sí mismo. Y así sucederá históricamente. Jesús será entregado a la muerte por las mismas autoridades que le piden un signo. Las autoridades religiosas condenarán a Jesús porque sus señales son un atentado contra el templo. Pero, Jesús afirma que Él es la señal auténtica de la presencia de Dios entre los hombres.
Dios aprobará la actuación de Jesús, porque resucitará a su Hijo.
- 5. El templo del que hablaba Jesús era su propio cuerpo (21)
El cuerpo de Jesús es el verdadero santuario porque contiene en sí la plenitud del Espíritu de Dios (Jn 1, 32). Es el sacramento visible de la presencia de Dios entre los humanos. Jesús es el templo verdadero donde encontramos a Dios, ya que Él es el camino, la verdad y la vida (Jn 11, 25).
Por Jesús y en Jesús el cristiano se convierte también en templo de Dios. ¿No saben que son templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes (1 Cor 3, 16). De hecho, los primeros cristianos durante siglos no construyeron templos. Sentían que la asamblea era la comunidad donde se hacía presente el Señor. Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mt 18, 20).
3. MEDITA (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)
Los templos vivos donde Dios habita son las personas, creyentes o increyentes. Desde que Jesús se hizo hombre, toda la humanidad es como el gran ámbito o templo de la divinidad. Dios habita plenamente en Jesús. Y en nosotros también habita el Señor por la participación en la persona de Jesús.
¡Cuánto respeto nos merecen los templos, las imágenes, los objetos religiosos! Pues, muchísimo más hemos de respetar y "venerar" a las personas. Les aseguro que cuando lo hicieron con uno de éstos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron (Mt 25, 40).
4. ORA (Qué le respondo al Señor)
Gracias, Padre, por el don de tu presencia en mi persona. Por el bautismo, me hiciste hijo tuyo.
Gracias, Jesús, porque nos has incorporado a Ti mismo, formando el Cuerpo Místico.
Gracias, Espíritu, porque nos otorgas la vida verdadera, la del Padre y la de Jesús.
Gracias, por la Iglesia que somos y que formamos, aunque limitados.
5. CONTEMPLA
A Jesús que valientemente proclama que Él es verdadero templo donde habita la divinidad.
A la asamblea de fieles que forma verdadera comunidad, sobre todo, en la celebración de la Eucaristía.
A cada uno de los hermanos, donde habita la Trinidad comunicándole su misma vida.
6. ACTÚA
Mira con ojos de fe a cada hermano/a que te encuentres. Es también hijo/a de Dios. Participa con gozo en la celebración de la Eucaristía siendo consciente de que la asamblea es el lugar privilegiado donde el Señor está presente. Repetiré: Nosotros somos templos de Dios vivo (2 Cor 6, 16).
Por: P. Domingo Vásquez Morales | Fuente: Catholic.net
"La religión y el culto de la vida"
- Monición de entrada:
Buenas noches (días, tarde) hermanas/os en Cristo: Hoy, tercer domingo de Cuaresma, es una muy buena ocasión para pensar en nuestra escala de valores. Las lecturas nos hablan de los diez mandamientos, la sabiduría de la cruz, el templo con sus sacrificios externos y el nuevo templo de Cristo resucitado. En él se dará la presencia de Dios entre los seres humanos y está en medio de nosotros para presentar al Padre nuestra acción de gracias. Empecemos esta liturgia cantando.
- Primera lectura: Ex 20, 1-17 (La ley fue dada por Moisés)
La liberación de la esclavitud egipcia y el pacto con Dios en Sinaí, hacen de Israel el pueblo escogido. En su nuevo estado recibieron ellos una nueva ley, el Decálogo, que tiene sentido de respuesta, reconocimiento y acción de gracias por la gran intervención salvífica de Dios. Pongamos atención.
- Segunda lectura: 1 Cor 1, 22-25 (Predicamos a Cristo crucificado)
Un tema muy espacial para san Pablo es el misterio de la cruz de Cristo en su muerte y en su resurrección. Para los cristianos comprometidos la cruz es fuerza y sabiduría salvadora para el mundo. Escuchemos.
- Tercera lectura: Jn 2, 13-25 (Destruyan este templo y en tres días lo levantaré)
La expulsión de los traficantes del templo lo hace Jesús para que no conviertan en mercado la Casa de su Padre, que es Casa de Oración. Esto nos revela a Jesús como el enviado por Dios para establecer una nueva Alianza y una religión en espíritu y verdad. Con su resurrección se levantará un templo nuevo, su Cuerpo resucitado, la Comunidad nueva en que lo más importante es la fe y la vida interior. Mis hermanos pongan atención a estas palabras.
- Oración universal
1. Por toda la Iglesia: para que cada día sea un signo más claro de reconciliación, de servicio fraterno y de culto en espíritu y verdad. Roguemos al Señor.
2. Por los que sufren, los enfermos, los presos, y los que no han podido venir a nuestra celebración: para que participen en la gracia de esta Eucaristía. Roguemos al Señor.
3. Por los catecúmenos que se preparan para el bautismo: para que el Señor haga de ellos piedras vivas y templo espiritual en su honor. Roguemos al Señor.
4. Por las naciones del mundo: para que se reine la paz y cesen de una vez y por toda las guerras y el odio. Roguemos al Señor.
5. Por los que estamos aquí presentes: para que aprovechemos las ocasiones que nos ofrece este tiempo: la Eucaristía diaria, las estaciones cuaresmales, las vigilias, los ayunos y las obras de caridad fraterna. Roguemos al Señor.
- Exhortación final
Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 258
Gracias, Padre, porque tanto amaste el mundo que nos diste a tu Hijo para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Su pasión y su cruz son escándalo para unos y necedad para otros, pero fuerza y sabiduría salvadoras de Dios para los que creemos. Por medio de Jesús estableciste con tu pueblo una alianza nueva en la que Él mismo es la religión, el culto y el templo nuevos. Queremos ser piedras vivas del templo de tu Iglesia, transvasando la fe, el culto y la religión a la vida diaria. Al mundo, a la familia,, al trabajo, a los hermanos todos. Así podremos adorarte y darte culto como tú quieres: con una religión auténtica en espíritu y en verdad. Amén.
Mientras más personas nos conozcan, habrá más católicos que profundicen en su fe y transformen la cultura por el conocimiento, amor e imitación de Jesucristo en su vida diaria