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Adviento

Retiro virtual de Adviento
Nuestro Señor nos regala tres dones: la fe, por lo cual creemos en Dios; la esperanza, por la cual esperamos en Él, y la caridad, por la cual lo amamos.


Por: Gustavo Lombardo, IVE | Fuente: Catholic.net



Nuevamente  estamos en Adviento, tiempo de espera, de preparación para la venida de Dios, que como un Niño espera ser recibido en nuestros corazones.

Aunque sabemos y queremos prepararnos…. a veces no encontramos el tiempo para poder parar nuestro rápido caminar, nuestras ocupaciones de cada día.

Catholic.net te invita a prepararte en este Adviento a través de este “Retiro virtual” donde podrás hacer un alto en tu camino, y a la hora que tú puedas, tener un tiempo  de silencio y meditación.

El P Gustavo Lombardo IVE, sacerdote argentino (1980), del Instituto del Verbo Encarnado, llamado por triple vocación (religiosa, sacerdotal y misionera) a dar a conocer a Jesucristo, ha difundido los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Ahora, con este Retiro de Adviento, nos ayuda, meditando las Virtudes Teologales de la Fe, la Esperanza y la Caridad, a encontrar el horizonte que el papa Francisco nos invita:

“Como en la vida de cada uno de nosotros siempre hay necesidad de volver a partir, de volver a levantarse, de volver a encontrar el sentido de la meta de la propia existencia, de la misma manera para la gran familia humana es necesario renovar siempre el horizonte común hacia el cual estamos encaminados. ¡El horizonte de la esperanza! Ese es el horizonte para hacer un buen camino.



 El tiempo de Adviento, nos devuelve el horizonte de la esperanza, una esperanza que no decepciona porque está fundada en la Palabra de Dios. ¡Una esperanza que no decepciona sencillamente porque el Señor no decepciona jamás! Él es fiel, Él no decepciona. ¡Pensemos y sintamos esta belleza!”  Ángelus del Primer Domingo de Adviento. Diciembre 2013.

Dejémonos guiar por María, que es Madre  y sabe cómo guiarnos. Dejémonos guiar por Ella en este tiempo de espera y de vigilancia.

 

¿Cómo se hace un retiro por internet?

Algunas recomendaciones prácticas:

1. Programa el tiempo suficiente para hacerlo.
2. Dedica el momento más oportuno, en el que te encuentres en paz y no tengas muchas ocupaciones y que tampoco te encuentres muy cansado.
3. Elige un lugar apropiado donde puedas escuchar y orar sin distracción alguna: una iglesia, tu recámara o estudio, un sitio donde haya silencio y no te interrumpan y así obtener el silencio interior que necesitas.
4. En el retiro no se plantean temas discutibles. Por eso no vamos a opinar o a hacer debates; vamos a aprovechar el tiempo, a aprender y a adquirir la doctrina cierta, en la que se fundamenta la vida espiritual.

Algunos actos de piedad que se recomiendan en un día dedicado al retiro espiritual de Adviento

1. Rezar en silencio, porque es en el silencio del corazón donde habla Dios.
2. Hay que estar en gracia, haber conseguido antes el perdón de nuestros pecados a través del Sacramento de la Confesión.
3. Asistir a la Santa Misa. Es lo más importante en la vida de un cristiano; es "el centro y la raíz de la vida interior".
4. Realizar, si es posible, una visita al Santísimo Sacramento. La ceremonia de la exposición con el Santísimo es sencilla y solemne, y mueve mucho a la piedad.
5. Realizar una lectura meditada de los Evangelios, o del Catecismo de la Iglesia Católica.
7.
Rezar  el Santo Rosario, el Ángelus o la Salve. Busca modos personales para tratar a la Virgen.
8. Hacer un exámen de conducta y de conciencia: repasar nuestra vida reciente y pasada, con relación a Dios y al prójimo.

9.Visita por unos mometos el Nacimiento, para ver la humildad de Su nacimiento, y la actitud de silencio y oración de José y María.



  
PROGRAMA

1. Empezamos cada meditación con una oración de Navdad.  Entra en la presencia de Dios y cierra la puerta a otros pensamientos. Recítalas despacio; que cada palabra salga de tu corazón.
2. Empieza la primera meditación tratando de hacer tuya cada palabra y pensamiento.
En cada meditación puedes:
a) Leer el texto   b) Escuchar el audio
  c) Ver el video
3. Al terminar cada meditación, quédate unos momentos en silencio, deja que Dios te hable y después platica con Él, compártele tus inquietudes, tus deseos, tus sufrimientos.
4. Establece un propósito práctico para que te ayude a mejorar lo que necesites y lo recuerdes siempre.
5. Continúa con la segunda y la tercera meditación de la misma manera que la primera.
6. Pídele a la Virgen María que te ayude, que te lleve de su mano, para que puedas aprovechar todas las gracias que Dios te ha a regalado.
7. Finalmente, despídete de Dios agradeciéndole este tiempo de oración y meditación.
8. Lo más importante es experimentar a Cristo y profundizar en su gran amor y misericordia, por eso, termina tu retiro de Adviento participando en la Sagrada Eucaristía.
9. Trata de aprovechar bien este retiro, y vendrán los frutos: propósitos de cambio -grandes o pequeños- en algún aspecto de tu vida. Y con la gracia de Dios, cambiar lo que haya que cambiar; mejorar lo que haya que mejorar. Después vendrá la vida ordinaria, en la que tendremos que poner por obra, luchando, lo que con la gracia de Dios hemos visto durante este retiro.

 

Retiro de Adviento para preparación de Navidad

"Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Caridad "


 

 

   Introducción y Primera Meditación: Dios creído; la Fe

  1.  Oración a la Virgen del Adviento

   En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Virgen del Adviento,
esperanza nuestra,
de Jesús la aurora,
del cielo la puerta.

Madre de los hombres,
de la mar estrella,
llévanos a Cristo,
dános sus promesas.

Eres Virgen Madre,
la de gracia llena,
del Señor la esclava,
del mundo la reina.

Alza nuestros ojos
hacia tu belleza,
guía nuestros pasos
a la vida eterna.

   2. Objetivo:  Crezcamos en la fe en el amor de Dios en este Adviento, meditando aquello que dijo el  Señor: Porque tanto amó Dios al mundo (Jn 3, 16) ¡Eso creemos! La venida de ese único Hijo que nos muestra el amor del Padre.

Empieza con la primera meditación

 

  

   Segunda Meditación: Dios esperado: la esperanza

  1.  Oración a la Virgen María

   En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

   Madre de Jesús y Madre nuestra,  que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por madre suya, te suplicamos  nos prepares y dispongas para  aceptar la Palabra del Señor en nuestro corazón  que nos impulse a ser promotores de verdad, justicia, reconciliación y paz.

   2. Objetivo:  Adviento es un tiempo especial para hacer crecer en nosotros esta esperanza. Esperanza en un Dios que vino a nosotros en  Jesucristo y que viene a cada momento en nuestra búsqueda, como el pastor busca a la oveja perdida.


Empieza  la segunda meditación

 

  

   Tercera Meditación: Dios amado: la caridad

     1.  Oración al Niño de Belén de San Juan XXIII

   En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

   Dulce Niño de Belén, haz que penetremos con toda el alma en este profundo misterio de la Navidad. Pon en el corazón de los hombres esa paz que buscan, a veces con tanta violencia, y que tú sólo puedes dar. Ayúdales a conocerse mejor y a vivir fraternalmente como hijos del mismo Padre.

   Descúbreles también tu hermosura, tu santidad y tu pureza. Despierta en su corazón el amor y la gratitud a tu infinita bondad. Únelos en tu caridad. Y danos a todos tu celeste paz. Amén.

  2. Objetivo:  De las tres virtudes teologales, la caridad es la más importante: la fe de algún modo baja a Dios al nivel de nuestro conocimiento. La esperanza nos hace tender a Él, esperar algún día verlo cara a cara y que Él mismo nos dé todas las gracias para llegar a eso. Pero la caridad es la más perfecta porque nos une de una manera muy particular, nos eleva, nos transforma, nos hace una sola cosa con Dios.
 

Empieza la tercera meditación


Oraciones

Adviento, tiempo de esperanza

Adviento, tiempo de esperanza, en el seno de María crece el fermento de un mundo nuevo, el hijo del Dios vivo
que llega a compartir con nosotros.

Nace Emanuel, Dios-con-nosotros, hecho niño, pobre, pequeño y necesitado. María nos enseña el camino
para hacer nacer a Jesús en nuestro tiempo: confianza, entrega, fidelidad, coraje, y mucha fe en el Dios de la Vida.

Tiempo de espera, de atención y cuidados, de respeto y contemplación. Señor, hay mucho dolor en nuestro tiempo, hay sufrimiento e injusticia, ayúdanos a sembrar semillas de esperanza.

Descúbrenos la alegría de la paciente espera, activa y fecunda, comprometida por la vida de los que nos rodean. Enséñanos a hacer crecer la esperanza de algo nuevo, anímanos a entregar nuestras vidas para la construcción del Reino.Es tiempo de espera, Señor, pero también es tiempo de donación y compromiso efectivo.

Contagianos la fe sencilla de María, que dio su vida para alumbrar el Reino y hacer nacer la esperanza en medio de su pueblo.

Desde el pesebre de Navidad nace una esperanza nueva. En la sonrisa de un Dios que es niño se asoma, frágil, la luz del Reino. Un niño Dios que necesita cuidados, caricias, atención. Una esperanza nueva que crecerá con el esfuerzo de todos.

Una madre atenta, dispuesta para lo que Dios pide, que no vacila en decir sí y entregar la vida entera.La Madre,
del Señor y Madre nuestra. María de Nazareth, camino que conduce al Padre.Dios que nace en un pesebre, olvidado, a la intemperie, recordándonos su presencia entre los pobres que sufren.

Navidad, el signo de un Dios que se hace pobre para llamar al Reino desde los olvidados del mundo. ¡Alégrense!
Cantemos con alegría, unamos voces y manos. Vamos a ver al Dios vivo, festejemos su nacimiento.

Desde el pesebre de Navidad, un grito surge, de aliento, Dios está con nosotros, marchemos hacia su encuentro.

El Dios que nace es un niño necesitado y pequeño, que requiere nuestra entrega para hacer crecer el Reino.

Navidad, como María, contemplar desde el silencio, el misterio de Dios hombre, que nos convoca a cambiar, a vivir para los otros, a construir en el mundo el inmenso sacramento de la presencia de Dios que nos contagia su aliento.

Un Dios que llega a los hombres que se hace hermano nuestro.



Oración final de acción de gracias al terminar el retiro

Gracias Señor por traerme a la oración. Gracias por la alegría de la entrega, el arrepentimiento y el perdón. Gracias por enviarme a Tu Espíritu Santo a enseñarme y a guiarme. Gracias por los frutos que Tu Espíritu está trabajando en mí como el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la amabilidad, el control de mi mismo. Gracias por enviarme personas que necesitan ayuda.

Gracias por romper el dominio de hábitos pasados y traerme a una conversión más profunda.
Gracias por hacerte presente en todos los momentos de mi vida, por tu Palabra que me da vida y por levantarme cuando caigo. Gracias por guiarme y darme sabiduría, por Tu amor abundante que quita todo temor.
Gracias por abrirme las puertas del cielo y derramar Tus bendiciones sobre mí.
Gracias por aquellos que me han ayudado en mi camino hacia Ti, bendícelos Señor. Gracias por el regalo de mi vida, así como es. Gracias por el mejor regalo de todos, Tu hijo Jesús y ayúdame a cumplir tu Voluntad en mi vida. Amén

 



 

 

 

 

 

 



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