Cómo nos duele ver la facilidad con que hoy las familias se van resquebrajando, cómo se hieren, se separan y se destruyen. La secuela de dolor, frustración, resentimientos y vacío que trae, nos hace perder el equilibrio, la armonía y la paz querida por Dios. ¿Qué estará pasando?, ¿será que hoy los hombres hemos cambiado en relación al pasado?, ¿o será más bien que el ambiente nos está golpeando, gracias a sus políticas de egoísmo, placer, individualismo y materialismo?

El Papa Benedicto XVI lo deja muy bien plasmado en su última audiencia general en Roma: “En nuestros días, mientras por desgracia, se constata la multiplicación de las separaciones y de los divorcios, la fidelidad de los cónyuges se ha convertido en sí misma un testimonio significativo del amor de Cristo, que permite vivir el matrimonio para lo que es, es decir, la unión de un hombre y de una mujer que, con la gracia de Cristo, se aman y se ayudan durante toda la vida, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad. La primera educación a la fe consiste exactamente en el testimonio de esta fidelidad al pacto conyugal; de ella los hijos aprenden sin palabras que Dios es amor fiel, paciente, respetuoso y generoso” (Benedicto XVI audiencia general miércoles 8 de junio de 2011).

Quisiera compartir unos sencillos consejos, que espero te ayuden a triunfar en tu matrimonio, por el bien de tu pareja, de tus hijos y de ti mismo.

• Los cónyuges buscarán, ante todo, conocerse, respetarse, comprenderse, aceptarse, compenetrarse, saber pedir perdón y perdonarse.

• Mantendrán cada uno la propia identidad y buscarán perfeccionarla siempre.

• Se valorarán mutuamente y cultivarán una profunda admiración por su pareja.

• Se expresarán constantemente que se aman y lo harán cuantas veces y de cuantas formas puedan.

• Su amor no tendrá condiciones, ni su generosidad límites.

• Desarrollarán y mantendrán entre los dos un clima de máxima amistad y afectividad e intimidad profunda inter-personales.
• Vivirán un amor en constante proceso de maduración, arraigado y comprometido en la fidelidad.

• Mantendrán siempre una buena y constante comunicación.

• Desarrollarán una especial habilidad para prevenir, evitar o resolver las situaciones conflictivas.

• Harán buen uso de lo material y conservarán una sana independencia de ello.

• Se esforzarán por formar juntos un verdadero hogar, del cual serán ambos amantes responsables y asiduos colaboradores.

• Buscarán cada día fortalecerse y enriquecerse espiritualmente.

Terminemos esta reflexión, pidiéndole al Señor su luz y protección.

Oración de los esposos:

Señor:

Haz de nuestro hogar un sitio de tu amor
Que no haya injuria, porque Tú nos comprendes
Que no haya amargura, porque Tú nos bendices
Que no haya egoísmo, porque Tú nos alientas
Que no haya rencor, porque Tú nos perdonas
Que no haya soledad, porque estás con nosotros
Que cada mañana amanezca un día más de entrega
Y la noche nos encuentre con más amor de esposos
Haz, Señor, de nuestros hijos, lo que tú anhelas
Ayúdanos a educarlos en tu camino
Que nos esforcemos en el consuelo mutuo
Que hagamos del amor, un motivo para amarte más
Y cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro,
Nos concedas el hallarnos unidos para siempre en Ti
AMÉN

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P. Dennis Doren LC



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