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Resuena en tu empresa

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Jorge Madrigal Fritsch reflexiona sobre el liderazgo, la empatía y el rendimiento


Por: Jorge Madrigal Fritsch | Fuente: Yoinfluyo.com



martes, 25 de mayo de 2010

Un tipo de liderazgo que se halla tan desconectado de los sentimientos del grupo que moviliza sus emociones negativas y lo sume en una espiral descendente, que comienza en la frustración y termina abocando en el resentimiento, el rencor y la rabia, constituye el ejemplo más claro de lo que nosotros hemos denominado liderazgo disonante.

Cuando el líder no sabe empatizar ni interpretar adecuadamente las emociones ajenas genera disonancia y transmite innecesariamente mensajes perturbadores, en cuyo caso la atención del grupo se desvía de su misión y se centra en el malestar colectivo.


Por eso, el indicador más claro del impacto emocional y comercial provocado por el liderazgo disonante en el entorno laboral, reside en el alto grado de malestar de los empleados y en la disminución de su rendimiento.

Liderazgo resonante es un tipo de liderazgo que sintoniza con los sentimientos de las personas y los encausa en una dirección emocionalmente positiva, al expresar sinceramente sus propios valores y sintonizar con las emociones de quienes lo rodean; es el líder que logra conectar con sus interlocutores, llegando incluso a transformar positivamente su estado de ánimo en momentos complicados.

Es en este sentido que el liderazgo resonante también es fácil de advertir en el brillo e interés que se refleja en el rostro de sus empleados. No olvidemos que el significado etimológico del término resonancia resulta muy revelador, ya que deriva de la palabra latina “resonare” que significa resonar.

Según el Oxford English Dictionary, resonar es el “ refuerzo o prolongación del sonido mediante el reflejo” o más concretamente, “mediante vibración sincrónica”.

El análogo humano de esta vibración sincrónica tiene lugar cuando dos personas sintonizan en la misma “longitud de onda emocional”, es decir, cuando se sienten “en sincronía “. Y, al igual que ocurre con el significado original del término resonancia, la sincronía “resuena” y prolonga el tono emocional positivo.

Uno de los signos más patentes del líder resonante es el optimismo y entusiasmo que exhiben sus subordinados. Como afirma uno de los axiomas fundamentales del liderazgo primal, la resonancia amplifica y prolonga el impacto emocional del liderazgo.

En este sentido, las personas más resonantes son aquéllas que sintonizan mejor con los demás y las que mantienen relaciones transparentes, porque la resonancia minimiza el ruido del sistema.

Recordemos que, según cierto mantra” comercial: “Un equipo significa más señal y menos ruido”. Así, pues, las emociones constituyen el aglutinante fundamental de un equipo que compromete a sus integrantes con una determinada organización.

El modo en que el líder gestiona y canaliza las emociones para que un determinado grupo alcance sus objetivos, depende de su grado de inteligencia emocional. En este sentido, los líderes emocionalmente inteligentes despiertan de manera natural la resonancia y su pasión y entusiasmo reverberan en todo el grupo.

También hay que decir que este tipo de líderes sabe movilizar, cuando ello es preciso, el estado de ánimo más adaptado a las circunstancias, utilizando la empatía para sintonizar con el tono emocional de sus subordinados.

En el caso, por ejemplo, de que haya ocurrido algo que preocupe o entristezca a todo el mundo (como el cierre de un determinado departamento o la enfermedad grave de un compañero de trabajo), el líder emocionalmente inteligente no sólo empatiza con esas emociones, sino que también las expresa para el grupo reforzando la sincronía, al permitir que las personas se sientan respetadas y comprendidas.

Los líderes emocionalmente inteligentes alientan en sus subordinados cierto grado de bienestar que les lleva a compartir las ideas, aprender los unos de los otros, asumir decisiones grupales y permitir, en suma, que las cosas funcionen.

El vínculo emocional que se establece en tal caso, permite que los integrantes del grupo permanezcan centrados en su actividad aun en medio del cambio y la incertidumbre.

Pero lo más importante de todo es que la conexión emocional con los demás infunde un significado especial al trabajo. Todos sabemos lo que se siente al compartir el entusiasmo y la satisfacción que acompaña al trabajo bien hecho, sentimientos que llevan a las personas a emprender nuevos proyectos, que van mas allá del alcance de cualquier individuo aislado.

Y el líder emocionalmente inteligente es la persona que conoce perfectamente el modo de establecer este tipo de vínculos.

Cuando, por el contrario, el líder carece de resonancia, sus subordinados se “limitan” a llevar a cabo su trabajo sin dar lo mejor de sí mismos. Y es que, a falta de la adecuada dosis de “corazón”, el líder puede saber “mandar”… pero ignorar el modo de “dirigir” (Daniel Goleman).









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