En tiempos de crisis como los actuales, ¿cómo mejorar la productividad, innovación y competitividad de una empresa? Esta es una pregunta que a buen seguro se hacen muchos empresarios y que tiene una respuesta que no supone costes adicionales: convierta a sus empleados en propietarios.

"Convertir a los empleados en propietarios es un requisito fundamental", asegura Joe Kaeser

"Si los trabajadores sienten como suya la compañía, sin importar la posición o el departamento que ocupen, se sentirán más responsables del futuro de la misma" y el rendimiento de la empresa mejorará notablemente.

Lejos de lo que podría parecer, no es un teórico, un economista ´progre´ o un adalid político de la izquierda quien así se expresa, sino Joe Kaeser, presidente y consejero delegado de una gran empresa: Siemens AG.

En un artículo publicado en La Vanguardia con el título "¡Convierta en propietarios a sus empleados!", Kaeser considera además que "es importante que los legisladores se den cuenta de esto y adopten políticas que hagan más sencilla la participación del empleado en el accionariado de una empresa".

"Algunos países ya están muy avanzados en este sentido, pero a otros todavía les queda camino por recorrer", añade.

La clave: actuar como dueño, no como empleado

Kaeser encuentra respuestas para algunas de las preguntas más frecuentes que se hacen los empleados de cualquier gran empresa, del tipo: "¿cómo puedo contribuir al desarrollo de esta compañía?, ¿cómo puedo asumir más responsabilidad en una organización que cuenta con miles de empleados?".

Y esas respuestas sirven también para las cuestiones que se plantean los directivos: "¿cómo puedo contratar a personas de todo tipo y que actúen al unísono siguiendo el interés de la empresa?".

"En una gran compañía que cuente con miles de empleados esta puede ser una pregunta clave y mi respuesta siempre sería la misma: “Actúe como si no fuera un empleado, sino el dueño de la empresa” y a esto es precisamente a lo que me refiero cuando hablo de una actitud responsable", subraya el presidente de Siemens.

"Convertir a los empleados en propietarios es un requisito fundamental, ya que la propiedad tiende un puente entre el rol de la persona como empleada y como propietaria de una sociedad. Esta nueva situación promovería la responsabilidad entre nuestros colaboradores, pero también incrementaría su motivación e intensificaría su sentimiento de pertenencia con la empresa", agrega.

Menos absentismo y más competitividad

Además, Kaeser está convencido de que este tipo de decisiones tiende a minimizar el absentismo laboral: "Está demostrado que gracias a esta estrategia, los días de ausencia en la empresa se reducen considerablemente y los empleados interactúan con los clientes desde una posición más firme y confiada, lo que repercute en un mayor número de ideas en la actividad diaria, en un aumento de la innovación y, por supuesto, de la competitividad".

La cuestión radica en que, en demasiadas ocasiones, las políticas empresariales de motivación de cara a los trabajadores no dan los resultados deseados. "Incrementar la motivación y la lealtad a la empresa no son los únicos argumentos que debiéramos manejar para aumentar la participación de los empleados en las compañías para las que trabajan", observa Kaeser.

En ese sentido, "para muchas personas, la propiedad puede ser una buena inversión y una parte importante de sus planes de jubilación, lo que aliviaría la presión sobre los planes públicos de pensiones", destaca.

Una de las conclusiones de aplicar esta fórmula es que "la propiedad participada beneficia a una empresa más que cualquier otro tipo de propiedad de acciones. Esto se debe a que los empleados tienden a mantener su participación durante mucho más tiempo y están más interesados en el éxito a largo plazo de la compañía, ya que así se aseguran su puesto de trabajo".

Es cierto que la participación de los empleados en la empresa plantea también algunas incógnitas, como qué pasaría si una empresa quiebra, con lo que el empleado pierde su empleo y sus accviones en la compañía. Pero, "esta es una cuestión que puede controlarse con fondos de pensiones más seguros que cubren este tipo de riesgos", señala. el experto.

Las ventajas

En su artículo, Kaeser enumera las múltiples ventajas de que los empleados participen en la propiedad de la empresa: "aumentar los beneficios de la jubilación, proporcionar estabilidad y seguridad en la planificación de las empresas, fortalecer la motivación de los empleados y fomentar su sentido de la responsabilidad".

"Esta cultura es muy valiosa si se establece de forma transversal en toda una compañía: desde directivos hasta el último peldaño en la escalera empresarial como es el personal en prácticas. Sin embargo, los directivos son los que más deben predicar con el ejemplo, ya que la tenencia responsable supone, sobre todo, la responsabilidad de ser un modelo a seguir", concluye el presidente de Siemens.

Cabe recordar, como hace él en su artículo, que "en Siemens, 135.000 empleados en 60 países de todo el mundo tienen acciones de la compañía y representan aproximadamente el 5,3% del accionariado del grupo".