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Ver a Cristo en la oración diaria

Ver a Cristo en la oración diaria
Dios habla en la oración, nos permite conocerlo mejor en la oración, por ello ser cristiano significa ser hombre de vida de oración, de diálogo con Dios.


Por: P. Jesús Franco Castellanos |




Dios habla en la oración, nos permite conocerlo mejor en la oración, por ello ser cristiano significa ser hombre de vida de oración, de diálogo con Dios. En la oración se trata de conocer que Jesús es el Hijo amado del Padre, la Segunda persona de la Santísima Trinidad que se encarnó para salvarnos y que va a la muerte y la resurrección para llevarnos con él. Escuchar a Cristo significa vivir su Evangelio, seguir con fidelidad sus consejos e imitar su vida. El Papa Juan Pablo II nos dice: “Es necesario un cristianismo que se distinga ante todo en el arte de la oración” TMI 32.


Escuchar al Hijo Amado del Padre y conocerlo significa buscar la santidad del Santo por excelencia. El Papa dice que hoy más que nunca es una urgencia pastoral el hacer hincapié en la santidad. Santidad entendida en el sentido de pertenecer a Aquél que por excelencia es el Santo, el “tres veces Santo”. Este don de la santidad se da a cada bautizado. El don se plasma a su vez, en un compromiso que ha de dirigir toda la vida cristiana. Preguntar a un catecúmeno “¿quieres ser bautizado?” significa preguntarle, “¿quieres ser santo?” TMI 30, 31.

Ver a Cristo en la oración diaria poniendo esfuerzo para abrir nuestra alma a Dios. En la oración, Dios se manifiesta al alma haciéndole atractivo su Evangelio. Debemos ser contempladores de su rostro. Hay que contemplar a Cristo por la fe. Como nos dice el Papa Juan Pablo II “sólo la experiencia del silencio y de la oración ofrece el horizonte adecuado en el que puede madurar y desarrollarse el conocimiento más auténtico, fiel y coherente, de aquel misterio.” TMI, 20. “El rostro de Cristo es rostro del Hijo, rostro doliente en la cruz y rostro de resucitado. Yo lo descubro en cada persona humana, en cada persona que sufre, en cada persona que goza. En el rostro de Cristo ella, su Esposa, contempla su tesoro y su alegría” TMI 28.

A Cristo lo contemplamos en la Biblia, pues ignorar la Sagrada Escritura es ignorar a Cristo mismo. Todos los textos de la Sagrada Escritura nos hablan de Cristo.

La Eucaristía nos une como hermanos que se alimentan del mismo pan. Descubrimos a Cristo en la fracción del pan, en el compartir y ayudar, en la entrega mutua a los demás por amor a Cristo.

Ver el amor de Cristo, Buen Pastor a través de la solicitud por toda la Iglesia que tienen el Papa y los Obispos que enseñan en comunión con él. Descubrir el amor de Cristo también a través de los sacerdotes que me administran los sacramentos.

Ver el rostro de Cristo en los demás y apreciarlos como a Cristo, dedicándonos con gozo a ayudarles. Debo vivir el amor fraterno como Cristo. Debo ver en cada persona a Cristo.


"¡Qué bien se está aquí!" Mt. 17, 4. Es tan grande el gozo de los apóstoles que les basta con mirar a Cristo eternamente. No piensan en ellos, sino en los que conversan. Desean hacerles tiendas para que permanezcan allí. El gozo de ver a Dios supera cualquier otro gozo. Con Cristo conocido en toda su belleza no hay descontento, sino plenitud.

El enamoramiento de Cristo da plenitud a la persona porque Cristo libera y hace feliz. Nuestra experiencia nos dice que hemos sido más felices en la medida que más cerca hemos estado de Cristo contemplándole en la oración y amándole en el cumplimiento amoroso de la voluntad de Dios sobre nuestra vida. Cuando se llega a contemplar a Cristo en el contacto personal, se es capaz de todo por Él.

Hablemos con convencimiento, con enamoramiento de Cristo. Que nuestra vida manifieste que para nosotros Cristo lo es todo, que es el gran amor de nuestra vida.

Que en todo y sobre todo busquemos conocer más a Cristo para mejor poderlo comunicar al mundo que tanto lo necesita. Esforcémonos todos los días por hacer la experiencia de Pedro de valorar la grandeza de Cristo, de admirarme de su hermosura, de pensar sólo en Cristo, olvidándonos de nosotros mismos. Es mejor la compañía de Cristo que la posesión de todos los mundos. Más vale estar con Cristo sin tienda, que estar sin Cristo en el mejor hotel del mundo.


Conocer más a Jesucristo y enamorarme más de Él. Anhelar todos los días estar en contacto con Él por medio de la oración, que es el diálogo entre dos personas que se aman. Agradecerle todos los caminos que me ofrece para conocerlo.




Se suele rezar la Novena a la Virgen del Carmen en estos dias de julio, dado que el día 16 se celebra su fiesta. Si deseas realizarla, puedes encontrarla en: Novena a Nuestra Señora del Carmen









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