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Perdonar

Perdonar
Muchas veces te habrás preguntado qué es el perdón. Y la respuesta se te ha antojado difícil. El perdón requiere en ti un gran corazón y una memoria capaz de olvidar la ofensa recibida.


Por: Felipe Santos |



Muchas veces te habrás preguntado qué es el perdón. Y la respuesta se te ha antojado difícil. El perdón requiere en ti un gran corazón y una memoria capaz de olvidar la ofensa recibida.


Hay quien dice: Te perdono pero no te olvido. Eso es tanto como decir que no se perdona.

Perdonar es decir a alguien:” Sí, me has herido, me has ofendido y, sin embargo , quiero entrar en relación de nuevo contigo, volver a tejer los lazos de amistad contigo.

Sólo aquel que ha sido ofendido y herido puede conceder el perdón. A veces, el perdón es difícil de dar, pues la ofensa recibida es profunda.

¿Qué es pedir perdón?


Ante todo, es reconocer la propia falta y dar un paso hacia el ofendido y después buscar el modo de cómo reparar el prejuicio sufrido.

El cristiano reconoce que al ofender a alguien, es a Dios mismo a quien se ha ofendido. A esto es a lo que se llama pecado. Y de él se pide perdón a Dios.

El perdón no quiere decir olvido. Jesús perdonó a los hombres que lo crucificaron. El conserva los estigmas de los clavos y de la lanza.

El perdón de Dios


Sean cuales sean los rechazos del hombre, Dios es fiel. A lo largo y ancho del Antiguo Testamento, los hombres se dejan seducir por los ídolos (culto del becerro de oro por ejemplo), persiguen y se aprovechan de la debilidad de los más pobres...

Sin embargo, Dios propone cada vez la renovación de su alianza con su pueblo.

En la Biblia, y más particularmente en el Nuevo Testamento, Jesucristo acoge a los pecadores y les perdona sus faltas (la Samaritana, la mujer adúltera, el paralítico, Zaqueo, la negación de Pedro...)

El perdón del padre al hijo pródigo hace bascular el deseo mezquino de la justicia del hermano mayor.

La confianza concedida al que ha cometido una falta, le hace crecer y lo restablece en su dignidad.

Después de la resurrección, Cristo da la misión a los apóstoles de continuar su obra de reconciliación entre los hombres y entre los hombres y Dios.

Entre los católicos, el perdón que Dios da al pecador por medio de Cristo se significa con la palabra y el gesto del sacerdote, en el sacramento de la reconciliación.

Textos

1) Marcos 2,1-12: Perdón y curación del paralítico.
2) Juan 8,11: La mujer adúltera.
3) Juan 18,15-27: Negación de Pedro.
4) Juan 4,7: La mujer Samaritana.
5) Lucas 19,3-10: Zaqueo.


Cuando se piensa, medita y reflexiona despacio sobre estos textos, se llega a la conclusión de que el perdón es el gran don de Dios para con la humanidad pecadora.

Quien mucho ama, perdona mejor que aquel que ama poco. Este conserva en su corazón el odio y la antipatía hacia el ofensor.

Ama y perdonarás con mayor facilidad. La intransigencia es propia de seres que, encerrados en sus castillos, creen tener la razón en todo.







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