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El celibato y la secularización* explicados a los hijos (I)

El celibato y la secularización* explicados a los hijos (I)
Explicación del celibato explicado de manera breve y sencilla.


Por: Francisco | Fuente: www.micumbre.com



El celibato y la secularización* explicados a los hijos (I)

Preguntas más frecuentes de algunos jóvenes a sus padres, motivadas por lo que escuchan en la escuela, en la calle y en los medios de comunicación.

•¿Qué es y qué significa el voto del celibato de los sacerdotes?
•¿El voto del celibato es para siempre?
•¿Por qué no pueden casarse los sacerdotes?
•¿Qué es la secularización* religiosa?*

Celibato

El celibato o voto de castidad, es una promesa solemne, voluntaria y
perpetua de libre elección personal, que hacen los sacerdotes de la Iglesia Católica, los de la Iglesia Ortodoxa, los monjes Budistas, los monjes Hinduistas y de otras religiones, así como los monjes y monjas pertenecientes a algunas órdenes religiosas, por la que se comprometen ante Dios y ante la sociedad, a no contraer matrimonio, ni a tener una pareja sexual.

El voto de castidad es, el correcto uso de la sexualidad en todas sus formas. En los sacerdotes se llama celibato (ausencia de relaciones sexuales), en los casados se llama fidelidad (ser fiel a su pareja), en los solteros se llama abstinencia (ausencia de relaciones sexuales hasta el matrimonio) y en todas las personas se llama castidad.

La Iglesia Católica estableció el celibato, de manera definitiva y obligatoria, como se conoce en la actualidad, en el siglo XVI, en el Concilio de Trento (1545 – 1563), con el fin de presentar en la figura del sacerdote, a un hombre totalmente dedicado a sus feligreses y sin ninguna atadura familiar. En aquella época, la Reforma Protestante permitió y promovió, el matrimonio de los sacerdotes, suprimiendo las órdenes religiosas ya existentes y sus votos.

El celibato permite que los sacerdotes o religiosos, se consagren totalmente servicio de Dios y de las personas, además de dedicarse a administrar los sacramentos. Están disponibles las 24 horas del día, siete días a la semana, para entregarse de todo corazón a sus feligreses, sin tener que preocuparse de dividir su corazón y su mente, con su familia y con sus feligreses. También permite al sacerdote, una mayor eficacia y una mejor actitud psicológica y afectiva, para el ejercicio continuo de la caridad perfecta, lo que le habilita mucho mejor para darse todo él, para utilidad de los demás. También le garantiza una mayor libertad y disponibilidad, en sus actividades pastorales y en su activa y amorosa presencia, en medio del mundo al que Cristo le ha enviado.

En la antigüedad el celibato era impuesto a los esclavos y a los soldados, para impedirles contraer matrimonio, y así que no tuvieran ni compromisos, ni preocupaciones, para hacer su trabajo o combatir en las guerras.

Hay un mito muy difundido por los medios de comunicación en algunas sociedades, principalmente donde la Iglesia Católica ha cuestionado el comportamiento de los gobiernos y de determinados segmentos de la sociedad, de que el celibato en los sacerdotes, les hace proclives a los abusos sexuales y a la pedofilia. Solamente un muy pequeño porcentaje de sacerdotes católicos 0.2%, ha caído en ese gravísimo pecado. El clero católico o cualquier otro clero célibe, son menos propensos a involucrarse en conductas inapropiadas o abusos, que el clero de cualquier otra denominación y muchísimo menos, que los laicos comprometidos con el compromiso matrimonial. Sin embargo, determinados medios de comunicación, ven el asunto como una crisis del celibato, aseveración que sencillamente no tiene fundamentos.

El celibato religioso es un tema, que está lleno de controversia, principalmente espoleada por los que están más alejados de la Iglesia Católica, los que menos han estudiado o leído el Catecismo y los que lo practican, muy pocas veces. Es casi a los únicos, que les interesa confrontar el celibato, a sabiendas que la inmensa mayoría de los religiosos que tiene votos, saben vivir perfectamente con lo que voluntariamente escogieron. De algunos haz lo que dicen y no lo que hacen, de otros haz lo que hacen y no lo que dicen.

Estos activistas contra la Iglesia Católica, suelen ser los que más cosas tienen que ocultar de su comportamiento irregular, para tapar el remordimiento de sus conciencias. Son los mismos que cacarean, para que haya mujeres sacerdotes, para que haya divorcios en los matrimonios católicos, para que se favorezca el crimen del aborto, los anticonceptivos, las uniones entre homosexuales y para que el Papa no sea infalible. ¿Se imaginan la ridiculez de que alguien, que solamente jugó al fútbol de niño en el patio de su escuela, le dijera hoy al mejor futbolista del mundo, lo que tiene que hacer en ese deporte? Son curiosidades de la vida.

Antes de voluntariamente, tomar la auténticamente personal decisión de realizar el voto perpetuo del celibato, los futuros sacerdotes siguen un largo y profundo proceso de formación, meditado a la luz de la Palabra de Dios y con la inspiración del Espíritu Santo, sobre todas sus exigencias y renuncias, considerando su propia vida y las posibilidades de responder a ella, que cada uno tiene. El sacerdote tiene a su disposición, todos los medios humanos y Divinos, para poder conservarse fiel en el celibato. Esta formación no se reduce solamente al aspecto sexual, sino también a profundizar en los aspectos positivos, para su vida interior y exterior del celibato.

Los futuros sacerdotes, tienen pleno conocimiento de su autodecisión y están completamente maduros física y psicológicamente, para saber lo que van a hacer, sus ventajas e inconvenientes, respecto a las dificultades y a la duración del compromiso que toman sobre sí. Desde que comienzan sus estudios en los seminarios, les van preparando durante muchos años, para que conozcan a ciencia cierta, las responsabilidades que van a asumir.

El voto del celibato es completamente voluntario, para los que lo quieren asumir. Si no lo quieren asumir, no tienen porque pedir que les consagren con el Sacramento del Orden, pueden llegar hasta ser Diáconos, para los cuales, no es obligatorio tomar votos de celibato.

El mantenimiento del voto del celibato, no produce en los sacerdotes soledad, amargura ni desaliento, que le empuje a actos prohibidos, infidelidades o desordenes, ni que le impida dar un completo testimonio de vida cristiana y total participación en la vida social. No es una renuncia al amor, sino la elevación a un amor superior, sobrenatural. Nunca se sienten solos, si descubren este amor hacia Dios y hacia los hombres. El celibato es un vehículo para la generosidad, al donar su propia vida, al amor de los demás.

Son cientos de miles de obispos, sacerdotes y religiosos que viven de modo intachable el celibato voluntario y consagrado, además de millones de jóvenes de ambos sexos, que también lo viven hasta que contraen matrimonio, todos fieles a su compromiso de perfecta castidad, adquirido voluntariamente, no por desprecio del don divino de la vida, sino por un amor superior a la vida, vivida con valiente austeridad, con gozosa espiritualidad, con ejemplar integridad y con relativa facilidad.

Los que normalmente protestan por la existencia del voluntario voto del celibato, casi siempre son, lo que llevan una vida muy alejada de la Iglesia, a la que continuamente quieren enseñarle, lo que en su opinión, debería cambiar. No quieren ni oír hablar del procedimiento, también voluntario de secularización* de los sacerdotes y religiosos, a los cuales la Iglesia les dispensa, si lo solicitan, de los votos solemnes que en su día prometieron, pero pueden seguir siendo “sacerdotes in Eternun“. Aunque se casen posteriormente, siempre serán sacerdotes, estén en activo o secularizados* pues tienen el Sacramente del Orden, como una marca indeleble hasta la muerte.

Ese mismo grupo de gente, es la que insistentemente aboga con miles de nuevas ideas, de lo que la Iglesia Católica tendría que hacer, para ver si así, terminan con sus dos mil años de existencia ininterrumpida. Estos suelen ser personas, a las que el éxito de la Iglesia Católica les molesta y corroe la conciencia, quieren oír algo en su contra que auto justifique sus actuaciones personales o que les adormezca su conciencia.

Esas opiniones personales están bien orquestadas, por los enemigosde la Iglesia Católica y son producto de una gran ignorancia de las personas, sobre estas y otras cuestiones relacionadas, como por ejemplo: Las nulidades matrimoniales (principalmente de los católicos casados, divorciados civilmente y vueltos a casar por lo civil), los abortos, las bodas entre homosexuales, el sacerdocio de las mujeres, los abusos infantiles de los religiosos pederastas, los dineros de la Iglesia y un largo etcétera. Nunca hablan de la gran publicidad dada a los problemas de la Iglesia Católica y la curiosa circunstancia de que son ocultados, los de otras instituciones o colectivos (Iglesias Protestantes, Ejercito, maestros, médicos, Boy Scouts, etc).

Si algún sacerdote o religioso, falla en sus votos del celibato, debemos tener mucha piedad y compasión con el pecador y odiar fuertemente al pecado, pues “el que no tenga pecado que tire la primera piedra”.

En la parte (II) comentaré lo que significa la secularización* religiosa, la posibilidad que tienen los sacerdotes y religiosos, para conseguirla y las obligaciones y derechos que conllevan como la prohibición de celebrar la Santa Misa, Consagrar e impartir otros Sacramentos. También comentaré sobre lo que ha servido de escándalo o mal ejemplo, dado por algunos religiosos y la malévola publicidad dada a cualquier supuesto o real defecto de la Iglesia Católica.

Si tiene algún comentario, por favor escriba a francisco@micumbre.com

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