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¿Secuestrado por la ansiedad?

¿Secuestrado por la ansiedad?
Jorge Madrigal Fritsch nos ofrece un interesante artículo sobre las emociones negativas y su afectación en el mundo laboral


Por: Jorge Madrigal Fritsch | Fuente: Yoinfluyo.com



martes, 13 de abril de 2010

Las emociones negativas, especialmente el enfado, la ansiedad y la sensación de inutilidad crónica, secuestran la atención y dificultan el trabajo.

Una investigación realizada en la Universidad de Yale sobre los estados de ánimo y su contagio descubrió que el rendimiento de los grupos que debían asignar los pagos de beneficios anuales, se veía notablemente favorecido por los sentimientos positivos y obstaculizado por los negativos.


Resulta muy significativo, en este sentido, que los miembros del grupo no advirtieran la influencia determinante que tuvieron en ello sus propios estados de ánimo.

Otra investigación realizada en una cadena hotelera de ámbito internacional puso de relieve que nueve de cada 10 interacciones que los empleados sostenían con los jefes provocaban sentimientos negativos, como frustración, decepción, enfado, tristeza, disgusto o resentimiento, un hecho que resultó mucho más determinante que el estrés que se deriva de la relación con los clientes, las presiones laborales, la política de la empresa o los problemas personales.

Pero hay que señalar que con ello no sostenemos que los líderes tengan que ser necesariamente “buenos”, sino que el arte emocional del liderazgo consiste en saber forzar la realidad laboral sin incomodar innecesariamente a los demás. Una de las leyes más antiguas de la psicología afirma que más allá de cierto nivel, la ansiedad y la preocupación acaban menoscabando seriamente la capacidades mentales.

Pero la ansiedad no sólo erosiona estas capacidades, sino que también disminuye la inteligencia emocional, porque las personas angustiadas tienen más dificultades para interpretar adecuadamente las emociones de los demás, lo cual reduce su empatía y obstaculiza, en consecuencia, sus habilidades sociales.

Señalemos por último que, según una reciente investigación realizada a este respecto, el grado de satisfacción, y en consecuencia, la calidad de la vida laboral, depende fundamentalmente de las emociones que las personas experimentan en su puesto de trabajo.

En este sentido, el porcentaje de tiempo durante el cual los trabajadores experimentan emociones positivas constituye uno de los mejores indicadores del grado de satisfacción laboral (y también, por cierto, un indicador indirecto del grado de movilidad laboral).

Del mismo modo, el éxito de una empresa está ligado directamente al estado de ánimo de sus líderes, hasta el punto de que bien podríamos decir que quienes más tiempo pasan inmersos en estados de ánimo negativos, son más perjudiciales para el negocio, mientras que quienes pasan más tiempo en estado de ánimo positivos, por el contrario, contribuyen a impulsar el éxito. (Daniel Goleman)







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