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Ancianos, niños e inmigrantes, los más afectados por el aumento de la pobreza en Barcelona

Ancianos, niños e inmigrantes, los más afectados por el aumento de la pobreza en Barcelona
En la ciudad de los multimillonarios acontecimientos, como el Forum de las Culturas, dos de cada tres personas mayores sobreviven con menos de 540 euros al mes


Por: Isabel Ordóñez | Fuente: www.e-cristians.net



En la ciudad de los multimillonarios acontecimientos, como el Forum de las Culturas, dos de cada tres personas mayores sobreviven con menos de 540 euros al mes


Paseando por las calles de la Barcelona del Forum Universal de las Culturas 2004, la ciudad que pretende ser modelo de modernidad, de desarrollo, de diseño, de permisividad y, por supuesto, también de trasgresión, la del derroche en restaurantes y locales de ocio nocturnos, tropezamos también con indigentes que piden ayuda utilizando cualquier recurso; con jóvenes madres que, sentadas en el suelo con un bebé que se supone que es suyo, suplican con voz monótona una limosna; con alcohólicos, o no, clavados de rodillas con algún cartel ilegible y desconcertante; y con algún que otro anciano o anciana que implora asistencia. Y si nos desplazamos a zonas concretas, vemos una hilera incontable de mujeres que han recurrido a la prostitución como única tabla de salvación.

Después de casi 25 años de gobiernos municipales de izquierdas, la pobreza ha trazado en los últimos años una línea curva ascendente en constante crecimiento. El fenómeno es particularmente lacerante en el caso de los ancianos, de los niños de la calle y del colectivo de inmigrantes. Mientras tanto, las administraciones, y particularmente el Ayuntamiento de la ciudad, invierten cifras más que considerables en publicidad o en patrocinar todo tipo de actos festivos, culturales y políticos, así como en eventos con gastos multimillonarios, como es el caso del Forum. Los más desfavorecidos, los mendigos, siguen optando a las "migajas" que quedan de los recursos disponibles.

Un estudio presentado por la Diputación de Barcelona el pasado 23 de marzo viene a confirmar que dos de cada tres ancianos sobrevive como puede con menos de 540 euros al mes en la provincia de Barcelona. La cosa se complica todavía más para un tercio de nuestros mayores, que tan sólo perciben 360 euros mensuales. Según este informe, la soledad, la falta de equipamientos en sus viviendas y la viudedad son las peores barreras que padecen las personas de la tercera edad. Si a estos inconvenientes añadimos la crueldad con que el llamado mobbing inmobiliario se ensaña con los ancianos, el panorama que obtenemos es como para avergonzar a toda la sociedad en general.

El estudio constata que, al problema económico que sufre la gente mayor, especialmente las mujeres, se suma la precariedad de la vivienda. Casi un 38 por ciento de las personas mayores de 65 años viven en pisos viejos, en la mayoría de los casos de alquiler y sin ascensor, con unos equipamientos e instalaciones insuficientes y con la amenaza de un más que probable asedio inmobiliario flotando sobre sus cabezas, un problema al que nos hemos referido en anteriores artículos ( ver aquí yaquí ). Además, tal como remarcan los datos hechos públicos, hay un mayor envejecimiento de la población, propiciado por una mayor esperanza y calidad de vida: alrededor de un 11 por ciento tienen más de 85 años. Ante estas cifras, las perspectivas de un futuro agradable para los ancianos no son de lo más halagüeñas.

Inmigración: viaje a la pobreza


Se calcula que aproximadamente unas 2.000 personas duermen cada día a la intemperie en las calles de Barcelona. El evidente déficit actual de plazas de acogida para indigentes, menos de 500, es denunciado regularmente por organizaciones, en su mayoría cristianas, que reclaman a las administraciones más inversión en este campo.

La mayoría del colectivo de los "sin techo" son personas inmigrantes, seres humanos que llegan a España intentando encontrar un lugar en el que vivir dignamente y que hallan, en la mayoría de los casos, un país más rico donde siguen siendo pobres, más pobres aún si cabe, al tener como referencia en el entorno más riqueza de la que observaban en sus países de origen. Es el resultado de un "viaje a ninguna parte" que, además, se cobra innumerables vidas humanas al intentar llegar a las costas españolas. Es una vergüenza para Occidente, que no acaba de hallar soluciones eficaces para frenar la avalancha de inmigrantes o para ayudarles, bien sea aquí o en sus países de origen, para que no tengan necesidad de "escapar".

El bebé como reclamo

Dentro del colectivo que "patrulla" por las calles en busca de ayuda, los casos más sangrantes son los de los niños y bebés que se ven obligados a mendigar, a veces en condiciones lamentables. En el caso de los niños y adolescentes, que ya hemos tratado anteriormente ( ver aquí ), la indigencia se transforma en demasiadas ocasiones en consumo de drogas, agresiones, violencia indiscriminada y delitos más graves, como en el caso del asesinato de un joven colombiano de 17 años que sacudió a los barceloneses a finales del año 2003.

Sin embargo, todavía impresiona más esa imagen de una mujer joven, inmigrante en la mayoría de los casos, con un bebé medio dormido o medio "anestesiado" en los brazos, que pide limosna sentada en la acera de cualquier calle del centro de Barcelona, con la espalda apoyada en el lateral de algún coche. Estos bebés, en muchas ocasiones, están envueltos en asfixiantes mantas e inmovilizados con cintas que les sujetan al cuerpo de la supuesta madre. Fuentes policiales señalaban, en el verano de 2003, que alrededor de un centenar de niños, desde bebés hasta menores de edad, eran utilizados en Barcelona para mendigar en las calles. Utilizar el reclamo de una criatura de pocos meses para pedir limosna es de por sí un hecho deplorable y que merece sanción. Pero ignorarlo y consentirlo, como si no existiera, es igualmente injustificable, y esa responsabilidad recae directamente sobre el consistorio de la ciudad.

Prostitución, alternativa a la indigencia

Otra de las consecuencias inmediatas de la pobreza suele ser el recurso de la prostitución como alternativa. En España, cientos de mujeres acaban por prostituirse para escapar de una situación de indigencia. En la mayoría de los casos, son jóvenes inmigrantes controladas por mafias que les han facilitado el viaje desde sus países de origen. Las administraciones, lejos de encontrar una solución digna para estas mujeres, en muchos casos lo que hacen es "ofrecerles", indirectamente, una solución que denigra aún más sus vidas: la futura posibilidad de legalizar la prostitución, con lo que tiene de efecto "llamada" una medida de tal envergadura. E-Cristians ya ha tratado este espinoso tema en otras ocasiones.

Ante este panorama, se hace cada vez más necesario que las diferentes administraciones tomen cartas en el asunto y destinen más recursos a la creación de centros de acogida que puedan atender a todos aquellos indigentes que lo necesiten y lo soliciten. Pero, además, es también necesario que la sociedad en su conjunto reaccione ante este fenómeno, que no nos acostumbremos a normalizar esta lacra y presionemos en la medida de nuestras posibilidades a los políticos para que incorporen en sus programas propuestas efectivas para acabar con el problema y, además, que las cumplan después. Las administraciones no pueden ni deben argumentar falta de recursos cuando se hacen inversiones millonarias en acontecimientos, a veces, "de cara a la galería". La solución pasa, necesariamente, por tomar conciencia del problema y aplicar soluciones prácticas, en la línea de las que propone el Pacto por la Vida y la Dignidad .







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