miércoles, 05 de agosto de 2009

Observemos el comportamiento habitual de las personas que rodean nuestro quehacer cotidiano, son personas que en su mayor parte viven confusas sobre cómo deben aceptar los cambios sociales, económicos, políticos y familiares. La razón de esta confusión radica en que se ignora el significado de autenticidad, esta palabra tan relacionada con acomodar nuestra personalidad a una moda.

Hablando en términos cristianos, autenticidad es "adecuarse al proyecto de vida que la divina providencia tiene trazado para cada uno de nosotros; descubrir y seguir ese proyecto debe ser la razón de nuestro existir y el norte de nuestro comportamiento"[1].

México atravesó del año pasado al actual (2009) dos sucesos devastadores para algunos, la crisis económica mundial y la pasada influenza que, al igual que la primera, dejó pérdidas financieras.

El desconcierto derivó posiciones opuestas; unos recurrieron a solicitar mayor ayuda divina, y otros ¬–por desgracia– cayeron en desesperación y se alejaron de Dios, principalmente las personas que van al día con la manutención personal o familiar. Para estos últimos, la solución rápida a su problema fue recurrir a prácticas espiritistas (brujería, acercamiento a chamanes o la preferencia por el culto a la santa muerte).

En el libro Imitación de Cristo leemos que "el constante amador está firme en las tentaciones y no cree en las astucias engañosas del enemigo. Como yo le agrado (léase que Cristo se dirige al hombre) en las prosperidades, así no le descontento en lo adverso"[2].

Pareciera ser que muchos mexicanos –hombres como mujeres– no se sintieron agradados por Dios en la adversidad y esperaron solución pronta a su necesidad mediante prácticas anticatólicas. El resultado, devastador.

Por ejemplo, en la Diócesis de Querétaro semanalmente se suscitan más de 50 posesiones diabólicas, en su mayoría han sido a mujeres. De acuerdo al vicario general de esa diócesis, Salvador Espinoza Medina, no toda la gente está endemoniada, "hay quienes tienen influencias diabólicas o que tienen maleficios que el demonio les está haciendo, rondando cerca de la persona, oye ruidos, le apagan la luz, le encienden la televisión"[3].

En efecto, el problema puede erradicarse, no reduciendo el hecho cristiano a una práctica puramente exterior; práctica que empujaría a los cristianos a perder la verdadera conciencia de los fundamentos de la fe junto al valor que representa para la entera existencia humana.

El Cardenal Stafford nos ilustra que sin un fundamento razonable, la fe se basaría simplemente en el sentimentalismo y ya no sería realmente interesante para el hombre, pues dejaría de influir en la realidad y, de hecho, se subordinaría a los valores de la mentalidad dominante en la sociedad [4].

A juicio de su servidor, con el transcurrir de los años se tendrán dos alternativas a adoptar para nuestro modus vivendi: vivir con una visión plana o humana (vida sin Dios), o elegir la visión profunda (incluir en nuestra vida lo sobrenatural). Sin duda el cristiano coherente adoptará la segunda, la única importante para llevar a la práctica la santidad.

Concluyo esta reflexión recordando algunas de las bienaventuranzas: "los pobres poseerán la tierra" (Mt 5,3), "los que lloran serán consolados" (Mt 5,4); oímos también al Señor decir: "¡Ay de los ricos…!" (Lc 18,25). "Nosotros, sin embargo, ambicionamos riquezas, no entendemos la voluntad de Dios en medio de contradicciones aparentes como reveses de la fortuna, accidentes o enfermedades y muerte inesperada"[5].
[1] Manifiesto anticonservador, Temas de sociología cristiana. Autor: José Pérez Adán. Identidad. Páginas 11-12.

[2] Imitación de Cristo. Autor: Tomás de Kempis. "Capítulo VI, De la prueba del verdadero amor". Página 123.

[3] Excésior. "Cunde epidemia de exorcismos". La Iglesia de Querétaro aumentará el número de sus especialistas antiposesiones. Publicado el jueves 23 de julio de 2009. Por Rosa Álvarez, corresponsal. Sección, Nacional. Página 21.

[4] El Sentido Religioso, Curso básico de cristianismo Volumen I. Autor: Mons. Luigi Giussani. "Prefacio S.E.R. el Cardenal Stafford, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos". Página 8.

[5] Manifiesto anticonservador, Temas de sociología cristiana. Autor: José Pérez Adán. "Coherencia". Páginas 16.

*El autor es fundador de Analistas Católicos.