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Los "buitres" de la crisis económica

Los "buitres" de la crisis económica
Alejo Fernández Pérez nos habla sobre las dificultades económicas y la corrupción producto de mandatarios alejados de la mano de Dios


Por: Alejo Fernández Pérez | Fuente: yoinfluyo.com



Hace algún tiempo vimos por Internet y otros medios, una foto impresionante: un niño de color, de dos o tres años, sentado en el suelo, esquelético, con la cabecita caída, los ojos tristes y llorosos esperaba el fin inmediato de su corta vida. Un buitre cerca de él le observaba hambriento.


En la crisis que padecemos también han aparecido buitres humanos esperando darse un banquete con pueblos a los que entre ellos mismos, con la colaboración de conciudadanos satánicos o enfermos de mente, los están llevando al precipicio.

Antes, los pueblos para vivir mejor o presumir de tener las fincas más grandes se metían en guerras. Hoy son innecesarias, se utilizan armas más finas, delicadas y eficaces. Cuando un pueblo tiene dificultades económicas (y si no las tienen se les crean) se le ofrecen préstamos, baratos en principio, y se le anima a gastar y vivir bien por encima de sus posibilidades.

Poco a poco el pueblo, sin darse cuenta (o dándosela) se encuentra entrampado hasta las cejas. “Saca y no pon, pronto se llega al hondón”. Entonces pide más préstamos cada vez más caros, pierde la confianza de los prestamistas y se mete en una vorágine infernal de la que no puede salir solo.

Aparecen buitres hambrientos, mueven los hilos de las bolsas como ellos saben, aumentan las trampas del pueblo que se convierten en imposibles de pagar. Los buitres aprietan, las acciones de las mejores empresas del país continúan bajando y, cuando valen la mitad o la quinta parte de su valor, aparecen los buitres y compran y compran y compran… para hacernos un favor.

Cuando las potentes empresas arruinadas están en sus manos, se dan órdenes a las bolsas: subir, subir y subir. A los pocos días lo que se compró a bajo precio vale muchos millones. Un pueblo con todas sus riquezas, incluidos jóvenes y técnicos bien formados están bajo sus manos, trabajando para ellos.

Los responsables se conocen, pero ni uno es llevado ante la justicia, ni a la cárcel y hasta se premian por lo bien que lo han hecho. Responsables… otros. Siempre otros y así en todo el mundo civilizado.

Causa: políticos sin Dios, que despreciaron los 10 mandamientos, sin más leyes que las suyas. Corruptos, viciosos, mentirosos y ladrones, que han dejado a su tierra devastada, ardiendo y oliendo a tierra quemada por todos sitios. La solución, como enseña la Biblia, no llegará hasta que los pueblos retornen a Yahvé.

www.ideasclaras.org

@yoinfluyo







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