Menu



Cuando se trata de ayudar a los pobres

Cuando se trata de ayudar a los pobres
La conferencia que la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha celebrado del 10 al 14 de septiembre en Cancún (México) no ha dado ningún fruto en la gran prioridad que debe ser la ayuda internacional a las poblaciones de los países pobres.


Por:  Joan Miquel Corbí | Fuente: www.e-cristians.net



Cumbre de la OMC en Cancún: Cuando se trata de ayudar a los pobres, no se puede vivir de pactos

La conferencia de la Organización Mundial del Comercio no ha dado ningún resultado concreto para la economía de los países pobres




La conferencia que la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha celebrado del 10 al 14 de septiembre en Cancún (México) no ha dado ningún fruto en la gran prioridad que debe ser la ayuda internacional a las poblaciones de los países pobres. En un principio parecía que el sur había triunfado, porque se había negado a seguir la pauta marcada por las grandes potencias, pero la ausencia de acuerdos puede acabar pasando factura a estas naciones más desfavorecidas; dicho de otra manera, puede acabar matando de hambre a muchas personas. Y es que, más allá de rondas negociadoras (hay una en marcha desde 1999) y de grandes reuniones (como ésta) que no sirven para nada, la ayuda a los pobres es una necesidad que no entiende de acuerdos, negociaciones o pactos. Entre los ricos y los pobres, no cabe negociación alguna. La vida humana está muy por encima. La Santa Sede, en una nota publicada en L´OSSERVATORE ROMANO, recuerda que el objetivo que se debe plantear el mercado internacional es el de promover un desarrollo auténticamente humano, capaz de superar ´´intereses nacionales´´ y promover, de esta forma, el bien de ´´la familia de las naciones´´.

El documento eclesial, publicado en inglés, presenta como principio fundamental esta reflexión: ´´En el contexto del comercio internacional, un discernimiento ético se tiene que basar en el principio del valor inalienable de la persona humana, fuente de todos los derechos humanos y de todo orden social´´. En esta línea, asegura que ´´el ser humano debe ser siempre un fin y no un medio, un sujeto y no un objeto; es decir que no es una mercancía comerciable´´. Pero el gran acierto de este escrito no termina aquí, porque incluye también referencias a la actual tendencia a basar el progreso humano exclusivamente en la economía. ´´Libertad económica es sólo un elemento de la libertad humana, y la economía es sólo una dimensión de toda la actividad humana. La vida económica no se puede absolutizar. Las actividades económicas se tienen que desarrollar en un contexto más amplio de desarrollo humano, de promoción de los derechos humanos y, en particular, de políticas y objetivos que busquen eliminar la pobreza´´, explica la nota.

Esta Conferencia de la OMC en Cancún se ha organizado, como todas las de estas características, con la idea de hacer un balance de las negociaciones comerciales multilaterales iniciadas en Doha (Qatar) en noviembre de 2001. Por eso la Santa Sede avisa que el gran peligro de estas grandes reuniones es hacer que prevalezcan ´´los intereses nacionales en las negociaciones comerciales, a pesar de todas las declaraciones de respeto por las metas de desarrollo de los países pobres´´. También recuerda que, ´´en una auténtica familia de naciones, el más fuerte no domina; al contrario, se da a los miembros más débiles, precisamente a causa de su debilidad, una mejor bienvenida y un mejor servicio´´.

Desgraciadamente, la Santa Sede no ha sido escuchada en Cancún. Planteaba ´´crear un marco legal de comercio que diese a los países en vías de desarrollo tanto ventajas económicas como una autonomía política para lograr los objetivos de desarrollo humano, respetando sus legítimas preocupaciones en materia de estándares laborales, sociales y ambientales´´. Según el organismo rector de la Iglesia católica, ´´sólo se llegará a un sistema de comercio auténticamente multilateral cuando los países pobres sean capaces de integrarse plenamente en la comunidad internacional´´. Y como conclusión, un mensaje dirigido a todos los países representados en el organismo económico: ´´El propio interés y los esfuerzos por fortalecer las propias posiciones o el propio dominio deben ser dejados de lado. Las naciones en vías de desarrollo tendrían que ser asistidas, con condiciones especiales de comercio para convertirse en auténticos socios dentro de un orden internacional más justo´´.

En cualquier caso, no es momento de lamentaciones, sino de mirar adelante. La cumbre de Cancún ha sido un fracaso porque no ha habido acuerdo de Estados Unidos y la Unión Europea con el grupo de países (G23) liderados por la India, China y Brasil y formado por varios estados africanos. No se puede esperar a otra gran reunión internacional, porque la ayuda a los pobres ´´no puede esperar´´ (como decía la Madre Teresa de Calcuta). Inversión, competencia, transparencia en compras gubernamentales y facilidades para el comercio son las 4 grandes cuestiones que han provocado el fracaso de Cancún, pero la esperanza no se puede perder. El G23 sostiene que es mejor no llegar a ningún acuerdo que un mal acuerdo. Tendrán razón o no, pero no es ésta la cuestión que más preocupa, por ejemplo, las más de 30 organizaciones sociales españolas, entre ellas Cáritas, que se manifestaron públicamente delante del Ministerio de Agricultura coincidiendo con esta Conferencia de la OMC. Las entidades lamentan, en un comunicado conjunto, que ´´el derecho de los pueblos a definir su propio modelo de sociedad, y a implementar aquellas políticas más acordes con su realidad y con sus objetivos de bienestar humano se está viendo socavado por un modelo único que impulsa la privatización, la liberalización y la mercantilización de todos los bienes y recursos, lo cual desposee a las personas de grandes cuotas de libertad y capacidad de decisión´´.

Ya hace unos cuantos años que colectivos como por ejemplo Intermon o el Movimiento de los Focolares promueven, respectivamente, el comercio justo y la economía de comunión. Además de proyectos, son verdaderas filosofías que se ponen ante nuestros ojos para que nos demos cuenta de que el desarrollo económico y comercial no tiene que perseguir beneficios sino, sobre todo, paz y justicia. En palabras de Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, ´´es mucho más importante el ser que el tener´´. En Cancún, por lo visto, se ha tomado como punto de partida exactamente la idea contraria.








Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |