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La Eucaristía, motor del compromiso por la justicia y la solidaridad
En realidad, la Eucaristía nos mueve al compromiso por un mundo más justo y solidario


Por: . | Fuente: AICA



 

Gualeguaychú 13 Feb. 12

El obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Eduardo Lozano, señaló que todos en la Iglesia están llamados a ser santos, es decir a vivir a pleno el Evangelio, pero aclaró que esta santidad no es obligada o a la fuerza, al reconocer que “en muchos cristianos la vida dista mucho de la enseñanza de Jesús”.

“A veces el pecado y las incoherencias de miembros de la Iglesia-catequistas, sacerdotes, consagrados, obispos, laicos en general- pueden ser un obstáculo para la fe de algunos hermanos. Alguno incluso puede llegar a pensar que Cristo no está en la Iglesia”, indicó en su columna semanal en el diario Crónica.

El prelado recordó en este sentido que el obispo brasileño Helder Cámara, fallecido en 1999, escribió: “¿Opinas entonces que las debilidades de la Iglesia llevarán a Cristo a abandonarla? Dejar a la Iglesia sería como dejar el propio cuerpo”.

Monseñor Lozano sostuvo que “el pecado, la falta de testimonio son un dolor grande, que nos muestra que necesitamos conversión. Por eso cada año tenemos tiempos especiales para revisar la vida a la luz de la Palabra de Dios. Pronto comenzaremos la Cuaresma. No desoigamos la voz de Dios que llama al arrepentimiento y a crecer en amistad con Él y los hermanos”.

Tras destacar la importancia de vivir la fe en vinculación con otros cristianos, puso ejemplos de dos situaciones que definió como “buenas, pero incompletas”: “A veces escucho decir ‘yo rezo en mi casa, no me hace falta ir a la iglesia’. O también: ‘a mí me gusta ir al templo cuando no hay nadie’”.

“Rezar en la intimidad del hogar alimenta la fe y también visitar a Jesús en el templo a solas. Pero hace falta completar la experiencia de la fe rezando con los demás, especialmente en la Eucaristía de los domingos”, explicó.

El obispo también recordó que “una joven dijo: ‘Yo prefiero ir a ayudar a los pobres a una villa, antes que ir a misa’. Y yo le pregunté cuántos domingos al año iba a la villa, y me dijo que muy de vez en cuando”.

“En realidad, la Eucaristía nos mueve al compromiso por un mundo más justo y solidario. De ninguna manera nos aísla de los problemas de los demás, nos impulsa y nos da fuerza para estar cerca de nuestros hermanos. ‘Todo camino integral de santificación implica un compromiso por el bien común social. Nunca hemos de disociar la santificación del cumplimiento de los compromisos sociales. Estamos llamados a una felicidad que no se alcanza en esta vida. Pero no podemos ser peregrinos al cielo si vivimos como fugitivos de la ciudad terrena’”, concluyó parafraseando el documento “Navega mar adentro”.
 

 







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