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¿Conoces las habilidades para el verdadero liderazgo?

¿Conoces las habilidades para el verdadero liderazgo?
Jorge Madrigal Fritsch (Yoinfluyo.com) habla sobre el liderazgo, la inteligencia emocional y la conciencia social


Por: Jorge Madrigal Fritsch | Fuente: Yoinfluyo.com



martes, 06 de julio de 2010

Cada uno de los cuatro dominios de la inteligencia emocional: conciencia de uno mismo, autogestión, conciencia social y gestión de relaciones, aporta un conjunto esencial de habilidades de liderazgo resonante.

Como es natural, todas esas competencias se hallan muy estrecha y dinámicamente relacionadas.


Difícilmente un líder podrá gestionar adecuadamente sus emociones si no es consciente de ellas o las pasa por alto. Si, por otro lado, sus emociones le desbordan, tampoco podrá gestionarlas adecuadamente.

A este respecto, nuestra investigación ha puesto de relieve la relación que existe entre todas estas competencias, una relación que bien podríamos resumir diciendo que la autoconciencia posibilita la empatía y la gestión de uno mismo, y que la adecuada combinación de estas dos últimas permite la gestión eficaz de las relaciones. Según esto, la conciencia de uno mismo constituye el fundamento esencial del liderazgo emocionalmente inteligente.

La autoconciencia, una habilidad lamentablemente soslayada en el mundo laboral, constituye el fundamento de las demás competencias de la inteligencia emocional. Si no reconocemos nuestras propias emociones, difícilmente podremos gestionarlas y comprender las de los demás.

Los líderes conscientes de sí mismos permanecen en contacto con sus señales internas y se dan cuenta del modo en que sus sentimientos les afectan e influyen en su rendimiento laboral.

Por eso no permiten que el enfado crezca hasta desbordarles y lo descubren a tiempo para advertir sus causas y el modo de encauzarlo en una dirección constructiva.

Los líderes emocionalmente inconscientes de sí mismos, por el contrario, no se dan cuenta de sus emociones y pierden fácilmente los estribos.

La conciencia de uno mismo también desempeña un papel fundamental en la empatía, es decir, en la capacidad de experimentar lo que otra persona siente en una determinada situación. Difícilmente podrá conectar alguien con lo que otra persona está sintiendo si no es consciente de sus propios sentimientos.

El siguiente paso en la tarea de un líder que le permite impulsar la resonancia se asienta en la conciencia social, especialmente en la empatía.

El líder sólo podrá decir y hacer lo que sea apropiado, ya sea disminuir el miedo, serenar el enfado o mantener elevada la moral, si logra conectar con lo que experimentan los demás en un determinado momento.

Esta sintonización también le permite darse cuenta de los valores y prioridades compartidas que puede utilizar para dirigir adecuadamente al grupo.

Por el mismo motivo, el líder que carece de empatía se hallará desconectado de sí mismo y de los demás y, en consecuencia, sus palabras y sus acciones despertarán reacciones negativas.

La empatía, que incluye la capacidad de escuchar y tener en cuenta el punto de vista de los demás, permite que el líder detecte los vínculos emocionales que promueven la resonancia. Sólo entonces podrá sintonizar con ellos y ajustar el mensaje de tal modo que aliente la sincronía.

Cuando el líder comprende su propia visión y valores y puede darse cuenta de las emociones de los demás, su capacidad de gestionar las relaciones es la que contribuye a catalizar la resonancia.

Pero para determinar el tono emocional de un grupo, el líder debe conocer bien sus propias prioridades, lo que pone nuevamente de relieve la importancia de la conciencia de uno mismo.

Las relaciones dinámicas entre los cuatro dominios fundamentales de la inteligencia emocional que acabamos de señalar no sólo tienen una importancia teórica sino eminentemente práctica.

Ellas constituyen los ingredientes fundamentales del liderazgo eficaz. Es decir, del liderazgo que promueve la resonancia (Daniel Goleman).









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