Menu



Mercedes Aroz y la encíclica Spe Salvi

Mercedes Aroz y la encíclica Spe Salvi
El anuncio de la senadora y destacada dirigente socialista, Mercedes Aroz, sobre su conversión al cristianismo y por ello el abandono de la política, por su incompatibilidad con el catolicismo, guarda una relación providencial con la Encíclica “SPE SALVI


Por: Josep Miró i Ardèvol | Fuente: forumlibertas



05/12/2007

El anuncio de la senadora y destacada dirigente socialista, Mercedes Aroz, sobre su conversión al cristianismo y por ello el abandono de la política, y más específicamente, del PSC-PSOE, por su incompatibilidad con el catolicismo, guarda una relación providencial con la Encíclica “SPE SALVI facti sumus” que nos dice que la salvación aporta la esperanza necesaria para afrontar nuestro presente.

Y en este afrontamiento la esperanza se convierte en acción transformadora capaz de cambiar y salvar al mundo.

“La fe nos da algo”, dice la Encíclica, “una prueba de lo que aún no se ve”. Esto es, “el hecho de que este futuro exista cambia el presente”.

Y esto define perfectamente el testimonio de Mercedes Aroz. Su fe, de la que surge su esperanza, deviene acto transformador tan importante y tan difícil como el abandono de la carrera política por unas razones que están en las antípodas de lo que al pensamiento políticamente correcto le gustaría escuchar.

Solo la sólida trayectoria de esta mujer, procedente de la izquierda marxista, miembro fundador y dirigente del Partido Socialista Catalán, excelente economista, ha evitado una reacción contraria a su persona, porque las trayectorias no pueden borrarse de un plumazo y el rigor y seriedad que Mercedes Aroz siempre ha mostrado en su vida profesional y política constituyen una barrera infranqueable a pesar que lo que ha dicho no pueda ser del agrado del PSOE.

Si alguna duda podía existir de la fuerza de la fe en los tiempos presentes, el de Mercedes Aroz es un testimonio precioso porque señala exactamente lo contrario. Nos confirma lo que nos ha sido dicho de que nada es más fuerte que una fe vivida de manera coherente, y que no existe mayor esperanza que la que esta fe nos aporta.








Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |