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Dignidad

Dignidad
Tema muy profundo y difícil de sintetizar; de él sólo se comentará lo que corresponde a este tema.


Por: Dr. Alberto Abdala |



Tema muy profundo y difícil de sintetizar; de él sólo se comentará lo que corresponde a este tema.

Los adolescentes -más la mujer- debe mantener su dignidad no solo en su cuerpo sino también en su comportamiento. Hay tratados muy complejos sobre este, cada vez más importante, tema pero aquí solo se recordarán los conceptos básicos.

1.- En dignidad referida al físico: arreglo personal, vestimenta, presentación, manos, cabellos, etc., etc. no solo en sociedad sino dentro del hogar. No se puede dar pautas para cada circunstancia porque son infinitas, pero sí estar lo mejor presentada(o) posible en todo momento.

En el hogar frente al esposo(a) y los hijos la dignidad, en especial de la madre es importantisima no solo porque los hijos la heredarán, es decir, cuando mayores tendrán la misma preocupación por estar bien presentados, sino por que es un detalle muy importante para caracterizar y jerarquizar un matrimonio.

2.- Dignidad referida al comportamiento en fiestas, reuniones, en el diario vivir con los compañeros, etc. y sobre todo en adversidades: malas noticias, desgracias personales, enfermedades, etc. Es decir tener una conducta (comportamiento y presentación en vestimenta) acorde con su condición y no manifestaciones exageradas histeroides. No siempre son problemas graves, irreparables. El comportamiento en reuniones, más en las adolescentes, es muy importante demostrar dignidad a través del diálogo, léxico, actitudes personales, etc., etc. porque así se demuestra la personalidad.(Ver: la enfermedad de la esposa, etc.)

3.- Dignidad en las manifestaciones muy personales: eructos, bostezos, comer, beber, etc.

4.- Dignidad en intimidad matrimonial es un detalle muy importante comenzando por el orden en el dormitorio, la presentación personal y conducta caracterizan la personalidad de la esposa y la ubican en un determinado nivel que es muy difícil de mejorar.

Merece especial referencia,porque es parte de la dignidad el "ser mártir" y el "no tener tiempo" dos circunstancias que no las tolera el grupo familiar y que desdibujan mucho la imagen materna como se comenta a parte. (ver capítulo correspondiente).

Jamás hablar tanto de "enfermedades y dolores" como si el propio cuerpo fuera su enemigo. Esta desvalorización del cuerpo será captada por todo el entorno que la tratará de acuerdo a la calidad que la propia persona le atribuya. Nadie va querer tanto ese físico como la propia persona.

Son dos entes: una psíquica que piensa, razona, aprende, ama, etc., etc., y por ella se evoluciona y una persona física -organismo- sustento del anterior. Respetar ese físico, cuidarlo, quererlo y jamás referirse a él en términos peyorativos: soy una inútil, como igual que una vaca, soy una vieja, etc.

Es cierto que unos sirven por su inteligencia -científicos- otros, los atletas, por su físico pero no por ello se debe sabotear, desprestigiar el propio físico, cofre que nos acompañará por vida, motivo de atracción y generador de estímulos indispensables en el matrimonio. Otro tanto o más en lo referente a la inteligencia: el decir soy una burra, nunca aprendo nada, etc. no hacen más que desvalorizarse delante de familiares y amigos.

Los deportistas que sirven por su cuerpo jamás desprestigian su intelecto.

Expresiones como: qué vieja me veo, vivo enferma, vivo deprimida, mi cabello me da asco, con este cuerpo todo me cae mal, mejor morir, ya ni me peino, etc., etc. no hacen bien a nadie, desvalorizan a quién las repite demostrando su inmadurez porque reflejan muy poca seguridad. Si una mujer dice semejantes calificativos de ella misma, es fácil deducir como la verán los que conviven con ella.

Muchas son las causales de no evolucionar la seguridad porque es una condición exclusiva humana, que no se hereda y junto a la educación debe ser desarrollada, es pues adquirida y no heredada. Aspecto de la formación humana casi siempre muy descuidada.

Los adolescentes actuales creen que demostrar muy poca seguridad personal es estar más actualizado y peor se muestran cuando copian actitudes que aparecen en películas o T.V que no son más que eso: películas.

La dignidad al ser obra de la enseñanza y de la imitación si la primera no lo hace las posibilidades de imitar bien son muy pocas.

La seguridad personal se logra por educación en la escuela, por imitación a los padres en el hogar y sobre todo por la ponderación que todos los padres deben hacer de sus hijos para que no sean solo jóvenes fuertes, bien alimentados sino con muy buena auto-estima. Ello hará que ocupen, en la sociedad el nivel que les corresponde porque han aprendido su valer y buscarán no solo compañeros y amistades en ese nivel sino que también adecuarán su conducta (estudios, trabajos, compañeros, novia, etc.) al mismo nivel alcanzado. ES -LA Educación en la dignidad- EN ULTIMO ANÁLISIS LA MEJOR PROTECCIÓN QUE SE LE PUEDE OFRECER A UN JOVEN Y MAS A UNA JOVEN.

Repito: la valorización (ponderación) crea la seguridad, que no está predeterminada genéticamente, no aparece como el color de los ojos, la forma de la cara, etc. sino que DEBE SER ENSEÑADA Y APRENDIDA.

Tantas y tan variadas son las actitudes que asume -más la mujer que el hombre- que traslucen la pérdida o no evolución de la dignidad que no pueden ser analizadas. Si recalcar que es un motivo más y muy importante de muchas infelicidades conyugales.

La condición de esposa no es sinónimo de abandono. Es cierto que atender el hogar, hijos, trabajo, etc., etc. no deja mucho tiempo a la madre para su decoro personal pero debe saberlo: los hijos, mas las hijas, harán lo mismo a su tiempo.

Los padres, una vez más, están obligados a enseñar a los hijos la autoestima comenzando por ponderarlos, destacando sus mejores condiciones. El niño aunque no lo manifieste lo asume y crece en su interior.

Lo opuesto es NEFASTO: DESVALORIZAR AL HIJO ES VENCERLO, es convencerlo que no sirve y como tal pensará, actuará y será tratado por sus familiares y amigos; así será su conducta en todo sentido.

Una persona digna no es soberbia ni es sentirse superior. Debe ser tal que no moleste el entorno familiar ni social en actitudes, comportamientos, etc.

LA EDUCACIÓN Y LA EVOLUCIÓN DE LA Seguridad personal ES LA PIEDRA ANGULAR PARA QUE EL COMPORTAMIENTO DEL SER HUMANO SEA AGRADABLE, JUSTO, EVOLUCIONADO.

No se puede dar indicaciones para cada situación porque sería interminable.

Una persona bien formada en la escuela y el hogar hará que la conducta y la presentación de la adecuada en cada caso: desde un bostezo, una grosería, desproligidad en el vestir, en el comer, etc.

Tema tan profundo que abarca toda la actividad y el sentir humano no puede ser desarrollado en forma total, solo ideas generales.

En un matrimonio feliz de esposos cultos, una actitud de "celos" de cualquiera de los dos indica poca seguridad personal, porque quien tenga bien cimentada su dignidad no pensará jamás que otra persona ocupará su lugar en el afecto.

La dignidad obliga a actitudes, conceptos, comportamientos, etc., etc. determinados, que a veces no serían los que mas gustan, pero sí se ubica en un nivel se tiene los beneficios de ello perro también las obligaciones correspondientes. Por ejemplo: un profesor o un médico no debe tomar ciertas actitudes o conductas que no corresponden a su jerarquía aunque nadie lo conozca.

Al enseñar a un niño a comportarse dignamente, hará que busque amigos de su mismo nivel; novia e esposa de su mismo nivel; esto tan simple es fundamental y por ello vemos matrimonios formados por esposos tan desiguales aunque tengan la misma cultura, aunque los dos sean universitarios o los dos sean analfabetos.

Al explicar el capítulo de matrimonio se afirmó que el casamiento no mejora ningún vicio: así el vicioso seguirá siendo vicioso, lo mismo el jugador, el haragán, etc.,etc.; lo mismo para la mujer : la desarreglada, poco aseada, grosera, etc., etc. seguirá después de casada en el mismo nivel.

Además la dignidad poco evolucionada produce sentimientos de inferioridad, inhibiciones y marcada falta de madurez y de independencia personal.

La valoración del matrimonio se forma con el pasar de los años. Como todo matrimonio son tres: ella, él y el matrimonio; la valoración del matrimonio no es la suma de la valoración de los esposos sino la valorización que ellos manifiesten de su matrimonio. Ese mismo nivel de valor será brindado por familiares, amigos y en especial por los hijos.

Si los esposos ponderan su matrimonio -la felicidad que trasuntan los esposos es su mejor evidencia- los familiares, amigos e hijos formarán u concepto elevado de ese matrimonio y así será el trato que reciban.

El puede tener una seguridad que se exterioriza en un bien estar en toda circunstancia, lo mismo ella; pero el matrimonio no suma sus seguridades sino que hasta puede enfrentarlos de ahí las expresiones de amigos: "que raro que este matrimonio no ande bien siendo que tanto ella como él son tan bien." Sólo el amor puede limar esas asperezas y el esmero de los esposos para valorar su matrimonio; si ellos no lo hacen nadie lo hará. Claro que no solo la seguridad es la base de la felicidad conyugal pero contribuye y mucho al concepto que de ese matrimonio se formen familiares, amigos, hijos y también los mismo esposos. LO MAS DESCALIFICANTE ES QUE LOS MISMOS ESPOSOS DESPRESTIGIEN SU PROPIO MATRIMONIO.

La dignidad del matrimonio se refleja en todo lo común, en todo lo matrimonial de los esposos. Si los esposos exteriorizan felicidad ya se descarta la mutua valorización. ¡Cuanto significa la felicidad que muestran los esposos...!

La dignidad del matrimonio se logra día a día en el trato diario acorde con las circunstancias que se vive. Tampoco se puede pensar y actuar todo el día en función de agradarse mutuamente. Cada uno tiene su propia personalidad ya formada y si existe amor la dignidad del matrimonio se desarrolla sola con el pasar de los años.. Pero no olviden los esposos, se repite, si ellos mismos no valorizan su propio matrimonio nadie más lo hará. Si ella critica a su esposo y él a su esposa -hablan mal de su matrimonio- la valorización de ese matrimonio por familiares y amigos será muy pobre. Ni él ni ella hablan mal de sí mismos, pero la relación -el matrimonio- está mal.

Con esto se destaca que el valor DEL MATRIMONIO NO ES LA SUMA del valor DE CADA ESPOSO SINO LA VALORIZACIÓN DE LA RELACIÓN DE ESOS ESPOSOS: El valor DE CADA ESPOSO ES 10 PERO LA DEL MATRIMONIO NO ES 20.

Se debe inculcar en los jóvenes (novios) este concepto, uno de los pilares de la felicidad matrimonial.

Cuando los esposos han sabido valorizar su matrimonio, además de las satisfacciones que a diario recibirán, los hijos vivirán un ambiente de tanta paz y amor que crecerán y se formarán con los mejores atributos; ellos también serán buenos esposos con buen matrimonio porque imitarán el matrimonio de los padres, tantas veces repetido en este texto, porque es lo que ellos ven y viven a diario del matrimonio paterno.

Las críticas repetidas entre los esposos menoscaban el matrimonio y predisponen psicológicamente a los esposos a distanciarse. No es lógico que un esposo que criticó a su esposa en rueda de amigos, a la noche manifieste su "amor"; ella, criticada, no estará en condiciones ni predispuesta para vivir su intimidad matrimonial y tener relaciones sexuales matrimoniales, máxima demostración de amor y cariño. Los esposos que critican su matrimonio se están desprestigiando porque ellos se eligieron e hicieron su matrimonio.

Se debe adquirir el don de la ubicuidad, o sea esperar el momento oportuno para aclarar cada problema y si es un problema conyugal solo en intimidad matrimonial tratarlo y resolverlo.

QUIEN MENOSCABA EL PUDOR PIERDE SU dignidad PORQUE ES EL CUSTODIO DE LA INTERIORIDAD MATRIMONIAL.







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